La Nación/GDA
El balotaje entre Sergio Massa, candidato de Unión por la Patria, y Javier Milei, de La Libertad Avanza, se celebrará este domingo 19 de noviembre. Durante la jornada, los votantes definirán quién será el nuevo presidente de Argentina. Como cada vez que se celebran comicios, surge la duda de qué pasa si se vota en blanco.
¿Cuál es la diferencia entre el voto en blanco, el nulo y el impugnado?
Desde una óptica netamente matemática, no hay diferencias entre el voto en blanco, el nulo y el impugnado en esta instancia electoral. Ninguno de ellos es considerado un voto “afirmativo”, que son aquellos sobre los cuales se contabilizan los porcentajes de los candidatos en esta segunda vuelta. Las diferencias entre estas variantes del voto se da en los modos. El sobre vacío, sin boletas ni contenido de ningún tipo, se imputa como voto en blanco. También aquel sobre que contenga algún papel de un solo color, pero sin ningún tipo de inscripción.
Cuando el contenido del sobre no es ninguna de las boletas oficiales de los candidatos en soledad, se computa un “voto nulo”. Esto es, si dentro del sobre se encuentran boletas superpuestas de distintos partidos, o la única boleta que hay no se corresponden con la elección en curso, o se trata de una boleta oficial, pero con alguna tachadura. También sucede cuando en el sobre hay elementos ajenos al proceso electoral. El voto impugnado ocurre cuando alguna autoridad de la mesa presenta dudas acerca de la identidad del elector.
¿El voto en blanco es válido?
El voto en blanco es considerado válido, puesto que representa una opción electoral cuando no se quiere optar por ninguno de los candidatos. Sin embargo, no representa un voto “afirmativo”, que tanto en las elecciones generales como en el balotaje constituyen la base sobre la que se calculan los porcentajes de los candidatos.
Sin embargo, hay una diferencia de criterios entre las distintas instancias electorales, por lo que puede prestarse a confusión. En las PASO, el voto en blanco se toma como “un candidato más”, de manera que, al no ser excluido como sí sucede en las generales y en el balotaje, no recorta la base sobre la que se contabilizan los porcentajes.
La diferencia de criterios en el conteo de votos está anclada en la distinción entre los términos “válido” y “afirmativo”. El universo de votos “afirmativos” queda subsumido dentro del universo más amplio de votos “válidos”. Tanto en las elecciones generales como en el balotaje, el universo que se considera a la hora de sacar los porcentajes es el de los votos “afirmativos”, es decir, solo los que se pronuncian por algunos de los candidatos. Al achicarse la base, los porcentajes que obtienen los candidatos crecen.
¿Impacta de la misma manera votar en blanco y ausentarse?
La incidencia electoral es la misma, en términos matemáticos, puesto que no hay diferencias entre los votos “no afirmativos” y el ausentismo. Sin embargo, la votación es obligatoria y su incumplimiento está sancionado con impedimentos administrativos y penas económicas. Las sanciones son leves, puesto que los montos quedaron desactualizados y no superan los $ 500. Además, quienes figuren en el registro de infractores, mientras no cancelen la deuda y no regularicen su situación, no podrán ejercer cargos públicos durante los tres años que siguen a la elección.
Muchos entienden que el voto en blanco entraña una fuerza mayor al ausentismo, si lo que el votante desea es manifestar su descontento o ejercer algún modo de protesta contra los candidatos. Fundamentalmente, porque pese a que no se contabiliza, con el voto en blanco el votante muestra cierto compromiso con el sistema electoral y, a su vez, deja un registro material de su descontento en las urnas.
¿Qué diferencia tiene votar en blanco en el balotaje con la que tenía votar en blanco en las PASO y en las generales?
La diferencia radica en la distinción mencionada entre el voto “afirmativo” y el “válido”. Mientras que en las primarias los porcentajes se calculan sobre el universo de votos “válidos”, donde se encuentra el voto en blanco, tanto en las generales como en el balotaje, se computa sobre el universo de votos “afirmativos” —en favor de un candidato— el que se utiliza como base para la obtención de los porcentajes.
Por ejemplo, si en las PASO el voto en blanco se hubiera contabilizado como se hará en el balotaje, Javier Milei, en lugar de los casi 30 puntos que obtuvo, hubiera superado los 31.
¿El voto en blanco favorece a algún candidato?
El voto en blanco deja todo “tal cual está”, por lo que no beneficia a ningún candidato en particular en ninguna de las instancias electorales. Sin embargo, al no introducir ninguna modificación en el mapa electoral, es usual escuchar una segunda lectura según la que el voto en blanco favorece al candidato que lleva la delantera en el conteo. Por eso, es habitual que aquel partido político que crea correr con desventaja en las urnas, desaliente el voto en blanco.
De igual modo, pero en sentido inverso, al candidato que presuntamente lleva la delantera —como podría ser el caso del ministro Sergio Massa a partir del resultado de las generales— le es conveniente que el voto en blanco crezca.
“El voto blanco es válido según nuestro Código Electoral, no es nulo, pero no computa para ninguno de los dos candidatos”, detalló Sebastián Schimmel, autoridad de la Cámara Electoral. A su vez, agregó que los votos en blanco “quedan afuera antes de empezar este recuento” y “quedan excluidos al momento de determinar los porcentajes” del balotaje.