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Carlos Maslatón: "Karina Milei tiene un poder inmenso, casi más poder que el propio Milei”

En diálogo con El País, el abogado y analista financiero analizó los primeros cien días del gobierno del libertario y dijo que la secretaria general de la Presidencia Argentina “inhabilita a personas”.

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Carlos Maslatón
Carlos Maslatón, abogado y analista financiero argentino
Foto: Romina Santarelli

Esta semana se cumplieron cien días de la llegada de Javier Milei al poder en Argentina. En un contexto de tensión en el Congreso, donde los legisladores resisten a las reformas económicas que el presidente argentino ha impulsado, el Pacto de Mayo con los gobernadores parece ser el norte de un consenso del que hasta el propio Milei es pesimista. Han sido cien días de un gobierno que tiene como principal objetivo bajar la inflación a través de un severo ajuste repudiado a nivel social. “Yo conozco bien a Milei. Se equivocó política y económicamente”. Quien habla es Carlos Maslatón, abogado y analista financiero que supo militar en La Libertad Avanza y ser cercano al mandatario.

Con la característica tranquilidad que transmite en sus intervenciones en medios o en sus posteos en redes sociales, Maslatón dice, en entrevista con El País, que la gestión económica “es dirigista y estatista” y las medidas económicas del ministro de Economía Luis Caputo han sido “decepcionantes”. Además, explica que el discurso contra la casta “no va a ningún lado”, y reconoce que subvaloró el rol de Karina Milei, que “tiene un poder inmenso, casi más que Milei”.

—¿Cómo evalúa los primeros cien días de gobierno de Milei?

—Son cien días en los que se equivocó política y económicamente. Se equivocó políticamente porque se puso frente al Poder Legislativo y le dijo “ustedes tienen que votarme esto” y “esto es así porque yo lo digo” y pretendió que hubiera una adhesión lisa y llana a todo lo que él propuso. No hay forma de conseguir eso, además de que había muchas fallas en las normas que mandó para ser prácticamente firmadas a libro cerrado o como si fuesen plebiscitadas.

—¿Por qué cree que las medidas económicas han ido en sentido equivocado? 

—En materia de política económica yo estoy en desacuerdo con lo que ha hecho, pero no por la parte que normalmente se comenta, que es la baja del gasto público. El problema pasa por el esquema monetario y financiero y cambiario que él ha impuesto, que es un sistema monetario de tasas de interés y de tipo de cambio que ya se puso en práctica muchas veces en el país y que ha terminado mal. Esta política del ministro (Luis) Caputo, que yo sé que es un tipo de política que a Milei le encanta, consistió en sobrevaluar el peso argentino pagando una fuerte tasa de interés. De esa manera, lo que hizo fue generar cada vez más y más pesos que representaban mayor cantidad de dólares. Yo creo que esto es un gravísimo error. Tiene una fuente de error muy grande que se va a mantener y va a causar efectos negativos mientras no se libere totalmente el mercado de cambios y mientras no se retire el gobierno del mercado de dinero. O sea, que no absorba más moneda remunerándola. Lo que ha logrado esta política de Milei en estos cien días es convertir a Argentina de un país barato en un país no caro, carísimo. Argentina históricamente no funciona como país caro. Y eso, a su vez, genera una recesión de consideración muy, pero muy grande. Básicamente, las ventas de todo cayeron de 30, 35 hasta 40%. Esto, si él quiere gobernar bien, lo va a tener que modificar lo más rápido posible. Lo que pasa es que él está bajo la gestión de un ministro de Economía al que le gustan este tipo de políticas. Son muy financieras, son muy de beneficio del mercado financiero, de los que saben especular. Yo pertenezco a ese mercado, por eso puedo hablar con esta libertad y diciéndoles: “sí, lo que ha hecho nos beneficia”. Pero perjudica a una Argentina productiva, a una Argentina industrial gravemente. Así que eso es malo. Si bien mis expectativas no eran muy buenas, porque yo conozco bien a Javier Milei, lo que ha hecho es decepcionante aún respecto a mis propias bajas expectativas.

—¿Qué medidas hubiesen sido las indicadas?

—La liberación total del mercado de cambios, la redención de toda la deuda cuasi fiscal, pagándola, acreditándola en la cuenta de los bancos, bajar tres o cuatro impuestos de tipo patrimonial y permitir la libertad de ingreso de capitales. Con esas cuatro medidas, que son muy financieras y un poco impositivas, Argentina hubiera continuado con una ronda de crecimiento que ya se venía dando en los últimos dos años. Argentina, en el 2021, logró un piso histórico, empezó a subir. Eso que yo llamo el bull market, que es un término sumamente financiero, no está destruido por el momento, pero lo ha deteriorado Milei con su política. Yo creo que la Argentina se va a reconducir y vamos a encontrar otra vez el camino de crecimiento. Ahora es con inflación, pero en el futuro va a ser crecimiento sin inflación. Pero para eso tiene que hacer una política distinta de la que ha presentado hasta el momento.

—En ese sentido, ha dicho que Milei puede “no hacer las cosas bien” pero igual tener éxito porque Argentina “está al alza” en materia económica. ¿Por qué?

—A mí Argentina me da claramente al alza. Ahora estamos como si fuese una corrección bajista dentro de un proceso alcista, que va a durar algún tiempo. Milei puede ayudar con sus medidas. Con las medidas correctas, no con las que ha tomado. Él ha centralizado todo el problema en los asuntos fiscales. Los asuntos fiscales no han sido en los últimos años el problema central de Argentina. Ni tampoco la relación con las provincias. A mí me da la impresión de que toda la dirigencia política está centralizada en un punto que tiene su significación, pero que no es el más importante.

—¿Pero por qué Argentina “da al alza”?

—Para mí el mundo va para arriba, no va para abajo. Desde el año 2009 en adelante está en un ciclo muy positivo, que le faltan unos cuantos años para terminar.

Argentina, en particular, se mantuvo al margen de este crecimiento mundial, especialmente el crecimiento norteamericano, pero por errores propios de política económica. Así y todo, hace dos años, con errores de política económica y todo, a simple vista se veía mucha más actividad en el país y los activos financieros subieron entre 600 y 800% en dólares. La voladura de precios argentinos de los últimos dos años en moneda dura es entre 600 y 800%. Ahora podemos recortar un poco de esa subida para después volver a ascender nuevamente.

—¿Las políticas de Milei han sido “libertarias” o “anarcocapitalistas”? ¿Cómo las define?

No, no son anarcocapitalistas ni libertarias. Está siendo, desde el punto de vista económico, una gestión sumamente dirigista y estatista. Con fuerte control de precios en aquellas variables de la economía que son más determinantes. Parece que nadie tiene en cuenta que esto es vital para una economía libre: tasa de interés, tipo de cambio y nivel de endeudamiento. Las tres cosas están mal, muy mal. Tanto Caputo como él están dando el aval para este tipo de cosas.

—Ahora, a nivel político, ¿cree que el Pacto de Mayo es un plan B de Milei en caso de que no avance el DNU y tras la negativa a la ley ómnibus? ¿Cree que puede prosperar que y los gobernadores lo acepten?

Me parecen frases, frases a las cuales hay que darle un contenido que no se va a materializar en un acuerdo como el que él está esperando. Creo que es una medida superficial y demagógica esto que presentó el 1 de marzo. No es una decisión extraordinaria. Dicen: “llamó a todos a un pacto”... Pero son chicanas políticas, nada más. Puede tener lugar, se van a juntar en Córdoba el 25 de mayo. Pero, ¿qué van a decir?

—Fue cercano a Milei y militó en La Libertad Avanza, por lo que conoce su personalidad. 

—Yo soy un liberal histórico de Argentina, no soy un político en actividad. Me retiré hace más de 30 años, pero sigo todo lo que pasa en el país y opino con total libertad. Conocí a Milei hace 10 años. Él era habitualista de un programa radial que yo tenía y siempre seguí en contacto con él. Cuando él se lanzó a la política hace cuatro años, observó que yo estaba posteando a su favor, entonces me invitó a participar. Después, ellos decidieron que yo no tenía que estar por razones que no son claras. Algunas son de carácter esotérico. Yo me mantuve al margen. Por suerte, porque después vi la evolución que él tuvo tanto en la campaña como en el gobierno, y yo no hubiera querido formar parte de esto. Tengo otra visión de los problemas económicos. No soy un acusador absoluto de toda la actividad política, es una gran actividad la política. No creo que sea una casta corrupta. Y tengo un estilo de conversación más de acuerdo con los demás. No es que los demás sean enemigos porque no piensan como yo. Yo que sigo mucho, o he seguido la política uruguaya, creo que estoy más en ese estilo político. Menos violento. Creo que la violencia no es un estilo de conversación. La violencia termina siendo una torpeza política.

Carlos Maslatón - Javier Milei
Carlos Maslatón y Javier Milei, cuando ambos militaban en LLA

—¿Cuando todavía era militante, cuál era el rol de Karina Milei en La Libertad Avanza?

—Siempre tuvo un rol importante. Yo tengo que confesarte que lo subvaloré. No pensé que era tan determinante. Con el tiempo me fui dando cuenta de que es muy determinante y que es la persona que a veces habilita o inhabilita personas alrededor de Milei. A veces expulsa personas, a veces dice: “no, este que venga para acá”. Tiene un poder inmenso, casi que tiene más poder que el propio Milei.

—¿Puede Milei sostener todo un mandato con su discurso combativo, por ejemplo, atacando a “la casta política”?

—Él lo puede tratar de sostener, pero lo que no va a ocurrir es que pueda mantenerse solo con eso. Va a tener que mostrar buenos resultados económicos. El mejoramiento en el nivel de vida de las personas, que en este momento es muy bajo.

La gente está destruida. Los ingresos han caído un 30, 40% en pocos meses. En algunos casos más. Haciendo acusaciones genéricas a una supuesta casta que se roba todo, no va a ir a ningún lado para mí. Necesita tener buenos resultados económicos. 

—¿Cambió Milei desde su llegada al gobierno? ¿O continúa en actitud de campaña electoral?

—El discurso sigue, pero él descubrió que gobernar es mucho más difícil que hacer campaña. Lo primero que tiene que sortear es la propia línea administrativa del Estado, que es muy fuerte. No por oposiciones, sino que uno en política no hace lo que quiere. Uno en política hace lo que técnicamente, lo que políticamente puede. Y necesitas el consenso de los demás. Él, al no tener el consenso, insulta a todos los que no están con él. De hecho, cuando él mismo retiró la ley ómnibus, sacaron un comunicado oficial del gobierno, algo que yo nunca había visto; pusieron “los buenos y los traidores”. Nombraron a 61 diputados a los cuales consideraron traidores, cosa bastante impresionante.

—¿Cómo ve el rol de Mauricio Macri en lo que va del gobierno?

—Macri es el que le dio a Milei el aval para llegar a la segunda vuelta electoral. Sin esa alianza totalmente visible, no hubiera salido presidente. Lo que pasa es que Macri, todo indica que quiso influenciar mucho en el gobierno de Milei. Milei dice: “ya está, ya me apoyó. Ahora no quiero que él me maneje el gobierno ni una parte del gobierno”. Entonces está en un plano menos importante Macri.

Carlos Maslatón
Carlos Maslatón.
Foto: Archivo

—¿La famosa dolarización es una utopía o podría aplicarla a futuro?

—Es un procedimiento que costaría 100.000 millones de dólares. Ellos dicen que cuesta menos. Yo digo que cuesta 100.000 millones de dólares. ¿Cómo lo van a hacer? Lo pueden hacer mal. O lo pueden hacer a un tipo de cambio muy alto, confiscando el patrimonio de la gente. Pero para mí es irrealizable por cómo va el país. Esto es más allá de que sea bueno, malo, conveniente o inconveniente.

—Una frase que usa mucho en sus redes sociales es que “todo en Argentina es una joda” ¿A qué se refiere?

—La frase “todo en Argentina es una joda” significa dos cosas: falta de seriedad, de coherencia, y una tremenda sorpresa por las cosas que pasan. Las cosas que pasan en Argentina son ridículas. O sea, es una joda. A su vez, esta joda lo torna un país sorprendente y sumamente divertido. Es lo antimonótono. Hay gente que sufre desgracias, pero si estás en un tono un poco más de humor… Y bueno, te reís un poco de lo que pasa, salvo cuando hay alguna desgracia personal. Pero quitando eso, pasan cosas como que dos tipos están recontra peleados, dijeron algo, y después actúan como amigos, como si no hubiera pasado, y viceversa. Los cambios de opiniones son tremendos, de un día para otro. O por ejemplo, alguien que es comunista toma una medida liberal, y uno que es liberal toma una medida comunista. Esto es una joda, no puede ser. Yo sé que en todo el mundo pasan estas cosas, pero acá es muchísimo más exagerado. Decenas, cientos de veces más exagerado.

—¿Qué espera del peronismo en este rol de oposición? 

—Se está reorganizando. El peronismo, por ahora, para mí está desorganizado. Hay algunas figuras de antes que tienen vigencia, otras figuras ascendentes, pero está faltando. Si hoy uno tiene que decir quién es el jefe de la oposición, no hay. La historia de Argentina al peronismo lo dio por muerto apenas empezaba. En 1945 estaba muerto y ganó las elecciones. Después, cuando fue expulsado del poder por un golpe militar, en el 1955, estaba muerto. Volvió en el 1973 con todo. Gobernó mal hasta 1976, hubo golpe de Estado, todo el mundo decía: “nunca más el peronismo” por lo malo que fue. Y volvió, no en el 1983, pero sí en el 1989. Y siempre hay distintos ropajes, distintas personificaciones del peronismo que hacen que vuelva. Yo creo que ahora va a surgir algo bueno del peronismo, no lo daría por muerto. 

—Hablaba del estilo de la política uruguaya ¿Le gusta algún político uruguayo en particular? Por ejemplo, el presidente Luis Lacalle Pou, los expresidentes Julio María Sanguinetti, José Mujica o Luis Alberto Lacalle Herrera.

Sanguinetti y Mujica me parecen buenísimos. Parece mentira, porque yo soy liberal y te estoy incluyendo uno de izquierda. Pero a veces uno valora más el método que el contenido. Mujica me parece un político verdaderamente brillante. Obviamente, yo no comparto sus antecedentes de los años 1960, 1970, nada. Pero me parece una persona razonable, negociadora, muy de la realpolitik. Y Sanguinetti, bueno, casi un estadista. Sigue hablando hasta el día de hoy. Hace mucho tiempo que fue presidente, y sin embargo, todos le prestamos atención cuando habla. Los que me llaman la atención son esos dos que has mencionado, y supongo que vendrán buenos en el futuro.

Biografía

Carlos Maslatón nació en Buenos Aires en 1958. Es abogado y especialista en análisis técnico de mercados. Se desempeña profesionalmente en el ámbito de las finanzas online desde 1997. También es militante político, actividad en la que se inició a los veintidós años cuando era estudiante de Derecho en la Universidad de Buenos Aires. En 1983 obtuvo su primera banca en el Centro de Estudiantes de esa facultad, en representación de su agrupación Unión para la Apertura Universitaria (UPAU). Entre 1987 y 1991 fue concejal de la Ciudad de Buenos Aires por la Unión del Centro Democrático (UCEDÉ).

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