Caso García Belsunce: los mensajes de Pachelo a su abogada y las pruebas que lo condenaron a prisión perpetua

Tras el fallo, el exvecino del country Carmel, donde fue asesinada María Marta García Belsunce, le dijo a su defensora, que "no tiene espíritu para seguir".

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Nicolás Pachelo.
Nicolás Pachelo.
Foto: La Nación (GDA)

Gabriel Di Nicola, La Nación/GDA
"Hasta acá llego Raquel. Tenía pensando ponerle fin esta misma noche. Buscaré mi momento". Eran las 19:41 de ayer y Nicolás Pachelo, condenado a prisión perpetua por el homicidio de María Marta Garría Belsunce, le escribía una serie de mensajes de WhatsApp a su abogada, Raquel Pérez Iglesias, donde elípticamente le anunciaba que había decidido quitarse la vida. Hoy a la mañana los chats continuaron: "Me estoy despidiendo de a poquito. Es difícil que lo entiendas. Pero no tengo más nada para dar ni para recibir. Se lo estoy explicando uno por uno a mis seres queridos y también lo hago con vos".

La Nación tuvo acceso a los chats entre Pachelo, de 47 años, y Pérez Iglesias. El intercambio de mensajes comenzó cinco horas después de que se conociera el fallo de la Sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense que revocó la absolución que había beneficiado al exvecino del country Carmel, donde el 27 de octubre de 2002 fue asesinada a balazos García Belsunce, y lo condenó a prisión perpetua como el homicidio.

Ayer al mediodía, Pachelo fue trasladado desde la Unidad 12 de Gorina, un establecimiento de régimen abierto, a una cárcel de máxima seguridad en La Plata. El indicado asesino no recibió bien la sentencia. Estaba convencido de que, en cualquier momento, se confirmaba en segunda instancia su absolución y que ordenaría su libertad, según pudo reconstruir La Nación.

Los chats entre Pachelo y su abogada tras conocerse el fallo
Los chats entre Pachelo y su abogada tras conocerse el fallo.
Foto: La Nación/GDA.
Chats entre Pachelo y su abogada
Chats entre Pachelo y su abogada.
Foto: La Nación/GDA.

Preocupada por los mensajes que recibía ayer a la tarde, Pérez Iglesias le envió un audio a Pachelo. Él le respondió: "Sos una gran persona y abogada. Te agradezco todo lo que has hecho por mí".

A las 19:47 de ayer la abogada llamó a su cliente y hoy a la mañana continuaron los mensajes de Whatsapp. "Nico querido, te veo en línea, hablemos cuando puedas/quieras", escribió a las 9:55 Pérez Iglesias.

Hasta ayer, Pachelo cumplía una pena de nueve años y seis meses de prisión por una serie de robos ocurridos entre 2017 y 2018 en el Tortugas Country Club, de Pilar, y en los barrios privados Abril y El Carmencito, de Hudson, en Berazategui.

Tras el primer mensaje de hoy a la mañana de Pérez Iglesias, Pachelo respondió al instante: "Me estoy despidiendo de a poquito. No es fácil. No puedo hablar, no estoy solo. Esto va más allá de García Belsunce".

Pérez Iglesias continuó con el intercambio de mensajes y le explicó a su cliente que, en ese momento, analizaba la sentencia de los jueces María Florencia Budiño y Fernando Luis María Mancini para determinar los pasos a seguir.

"Hola Nico. Estoy sentada trabajando en la sentencia de ayer. Por favor, dejame que pueda dar vuelta este fallo absurdo. Si te fueras en este momento quedaría esto así. No le des el gusto. Lo vamos a revocar", escribió a las 9:58 Pérez Iglesias.

Pachelo continuó con la referencia a quitarse la vida, pero siempre elípticamente. "Estamos contra una corporación, solo los tres [por él, Pérez Iglesias y el abogado Marcelo Rodríguez Jordán]. Yo no tengo más espíritu. Es difícil que lo entiendas. Pero no tengo nada más para dar ni para recibir. Se lo estoy explicando uno por uno a mis seres queridos y también lo hago con vos. Somos momentos y ya fui muy feliz".

Pérez Iglesias cerró la conversación virtual con un mensaje de aliento: "Y volverás a serlo, Nico [feliz]. Esto también pasará".

Los chats entre Pachelo y su abogada
Los chats entre Pachelo y su abogada.
Foto: La Nación/GDA

Ayer, los jueces Budiño y Mancini, en su fallo convalidaron el veredicto condenatorio de la minoría [el voto de Federico Ecke, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de San Isidro] "respecto del hecho que damnificara a García Belsunce, con el alcance fijado por el acusador público durante el juicio marginada la subsunción ampliada, en tanto ha quedado demostrada la intervención ejecutiva del acusado Pachelo". En cambio, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, los otros dos magistrados, se inclinaron por la absolución.

Para Budiño y Mancini se comprobó que "Pachelo ingresó en la propiedad situada en Santa Lucía sin número del barrio Carmel, donde residían García Belsunce y Carrascosa, y mientras se encontraba desarrollando su plan delictivo en el interior de la vivienda, advertida María Marta de la presencia del intruso, en la planta superior de la casa, a fin procurar su impunidad debido al conocimiento que de él tenía la víctima, procedió a propinarle golpes de puño en el rostro y en el cuerpo, para luego, con la inequívoca voluntad de darle muerte en busca de impunidad, efectuarle con el arma que portaba, un revólver calibre 32, seis disparos sobre la damnificada, siendo que uno de ellos le provocó una lesión superficial (rebote) en el sector de la bóveda craneana, mientras los cinco restantes fueron efectuados a corta distancia, siendo que uno de ellos le provocó una lesión contuso perforante con fractura de cráneo y los cuatro restantes impactaron en el pabellón auricular izquierdo".

Las pruebas que condenaron a Pachelo

El caso estuvo, desde el principio, rodeado de polémicas. Incluso antes de comenzar, el juicio que benefició a Pacheco, tuvo la suya.

En diciembre de 2020, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el último recurso de la fiscalía bonaerense y dejó firme la absolución del esposo de la víctima, Carlos Carrascosa, quien quedó así definitivamente desvinculado del caso en el que había sido sentenciado, sucesivamente, como encubridor y como homicida.

María Marta García Belsunce, asesinada en el country Carmel (Argentina) en 2002
Ponzetto, Fernando

Ocultos en el voluminoso expediente, donde siempre estuvieron, existieron una serie de elementos que sustentaron las sospechas contra el exvecino.

Durante la investigación se habrían producido intentos de Pachelo de influir sobre testigos que le permitieran armar una coartada que lo colocara fuera de Carmel en el momento en que asesinaban a María Marta García Belsunce. Un documento que habría sido escrito de puño y letra por la madre de Pachelo, Silvia Ryan, puso al descubierto, según la visión de los investigadores, que el acusado le dictó instrucciones acerca de lo que debía declarar.

En un escrito titulado "Hechos" figura en orden cronológico inverso lo que Pachelo dijo haber hecho desde las 19:40, cuando supuestamente fue a comprar un regalo en una juguetería para uno de sus hijos, hasta las 18:15, momento en que, según su coartada, salió de Carmel.

En un apartado del mismo escrito, pero con el título "Detalles", incluyó circunstancias que podrían colaborar en reforzar la coartada. Por ejemplo, que en un momento entre que salió de Carmel hasta que llegó a la casa de su madre y antes de ir a una de las jugueterías que visitaron, debió regresar porque se había "olvidado la billetera". Pero Ryan nunca pudo declarar a favor de su hijo: se quitó la vida en mayo de 2003, días antes de tener que desplegar, sin ayuda memoria alguno, el minuto a minuto de aquel lluvioso último domingo de octubre de 2002.

Héctor Moreira, uno de los forenses que realizó la autopsia de María Marta, afirmó que el homicidio se produjo a las 18:30 del 27 de octubre de 2002. A esa hora, según los testigos Marco Cristiani, Santiago Asorey y Pedro Azpiroz de Achaval, Pachelo estaba en Carmel. Afirmaron que lo habían visto cuando regresaban del club house de menores después de haber visto el superclásico entre Boca y River.

Eran las 18:12. Según los mismos testigos, un minuto más tarde pasó María Marta en bicicleta, en dirección a su casa. A partir de la reconstrucción del hecho realizada sobre la base de los testimonios y su correspondiente confrontación con los horarios, la víctima habría sobrepasado la marcha de Pachelo y llegó a su vivienda.

Al día siguiente de la muerte de María Marta, Pachelo concurrió al bar de una estación de servicio cercana a Carmel. Según el encargado y dos mozos del local, preguntó si alguien sabía algo de "la mujer que mataron en el country". Por esas horas nadie sabía que García Belsunce había sido asesinada; la creencia era que había fallecido en un absurdo accidente doméstico.

El fiscal Molina Pico -archienemigo de los García Belsunce- nunca investigó a Pachelo. En cambio, fue señalado siempre por la familia de la víctima y sí fue imputado y acusado por Andrés Quintana y María Inés Domínguez, los representantes del Ministerio Público que se hicieron cargo del expediente a principios de 2017.

El móvil de los hechos habría sido la intención de robar un millón de dólares que el sospechoso pensaba que María Marta y su marido atesoraban por la venta de un campo. Eran tiempos post-corralito, donde muchas personas guardaban sus ahorros en sus casas. El comentario sobre el dinero le habría llegado a Pachelo, según fuentes judiciales, por las masajistas que atendían a vecinos de Carmel.

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