La Nación (GDA)
En medio de otra jornada tensa dentro y fuera del Congreso, el gobierno envió ayer por la tarde una contrapropuesta con modificaciones al nuevo dictamen sobre la Ley de Bases en debate en la Cámara de Diputados. En uno de los capítulos más conflictivos, el de privatizaciones de las empresas públicas, el oficialismo decidió acortar de 36 a 27 las compañías a ser declaradas sujetas de privatización total, mientras que otras tres -Banco Nación, Arsat y Nucleoelétrica- podrán ser privatizadas parcialmente.

Algunas de las que permanecen en la lista son Aerolíneas Argentinas, Ferrocarriles Argentinos, Correo Oficial, Enarsa, Belgrano Cargas, Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, entre otras.

La contrapropuesta descomprimió la tensión en torno a la aprobación en particular del megaproyecto del gobierno. En efecto, tomó varias de las sugerencias de los bloques de oposición dialoguista, que reclamaban no solo acortar y segmentar el número de empresas a ser privatizadas; también reclamaban especificar las potestades que tendrá la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones para ejercer el control de los procesos, en cuanto se pongan en marcha.

Por otra parte, en su contrapropuesta, el oficialismo también accedió a eliminar la declaración de emergencia en materia fiscal, con lo cual quedarán en seis la cantidad de emergencias a ser declaradas: económica, financiera, previsional, de seguridad, de salud, tarifaria, energética y administrativa.

En lo que el oficialismo no dio el brazo a torcer es en el artículo referido a la toma de deuda en moneda extranjera; en efecto, en la contrapropuesta se insiste con derogar el artículo primero de la norma aprobada durante el gobierno de Alberto Fernández, que establece límites para contraer deuda externa.

Esta última propuesta es el gesto que esperaba la oposición dialoguista para encauzar el debate en particular de la iniciativa, prevista para mañana. “En principio este nuevo texto acerca bastante las posiciones, vamos a evaluarlo”, indican desde los bloques del radicalismo y de Hacemos Coalición Federal.

La hermana del presidente y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el portavoz Manuel Adorni y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Ménem, se reunieron en horas de la tarde en la Cámara Baja para negociar el avance de la ley, por lo que Ménem dejó el debate en manos de Julio Cobos, de la Unión Cívica Radical.

Mientras se sucedían los discursos, en las inmediaciones del Congreso volvía a registrarse un clima de tensión entre manifestantes de izquierda y las fuerzas policiales federales y de la ciudad. Según pudo constatar La Nación, en el lugar hubo corridas, empujones y al menos un militante detenido. El accionar de las fuerzas de seguridad incluyó la detonación de postas de goma y la utilización de gas lacrimógeno, a la vez que avanzó un camión hidrante sobre la Plaza de los dos Congresos.

En el operativo participaron la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura Naval, que responden a las órdenes de la ministra Patricia Bullrich.

La tensión se generó cuando los policías avanzaron sobre los manifestantes para incautarles los palos en los que portaban sus banderas, por considerar que eran “elementos contundentes”.

La cantidad de militantes, que fue poca durante buena parte de la jornada, comenzó a aumentar durante la tardecita. A las organizaciones de izquierda se sumaron otras como el Movimiento Evita.

Ya entrada la noche, la diputada de izquierda Romina del Pla pidió pasar a un cuarto intermedio y se expresó en contra de la actuación de las fuerzas de Seguridad y del gobierno de la Ciudad.

Fue entonces cuando el diputado Miguel Ángel Pichetto, jefe del bloque de Hacemos Coalición Federal, tomó la palabra y aseguró que no permitiría que la labor del Poder Legislativo fuera interrumpida por los incidentes que sucedían afuera del Congreso Nacional.

Los diputados de Unión por la Patria Máximo Kirchner y Victoria Tolosa Paz fueron algunos de los que salieron del Congreso hacia la plaza para apoyar a los manifestantes.

“Están tirando gases, con un operativo represivo que no se condice con la gente que está en la plaza. Nos están obstruyendo la vía pública”, enunció Tolosa Paz en declaraciones para LN+.

“Bajamos en una muestra de solidaridad con un pueblo que tienen derecho a expresarse en la plaza. Este no es un proyecto viable, con represión, atacando a diputados nacionales. Tenemos que prohibir la represión a un pueblo, es inédito”, sostuvo la diputada.

Al volver al recinto, Máximo Kirchner puso el foco en la actuación de las fuerzas policiales y reclamó que “los conflictos evitables no sucedan”.

En su segundo día de manifestaciones, el dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, debió ser asistido por el SAME, luego de quedar tendido en el suelo, en medio de las protestas. El referente social había vivido un episodio similar el miércoles, día en que denunció que fue golpeado por efectivos de la Policía Federal y la Gendarmería.

El debate continuaba anoche; al cierre de esta edición todavía quedaban unos 100 diputados anotados para hablar.

Miguel Ángel Pichetto protagonizó uno de los momentos destacados del día. Tras ser aplaudido al pedir que la sesión no se suspendiera por las protestas, dijo: “No, no aplaudan nada, viejo. Dejen de aplaudir, no sean pelotudos, parece que están en una fiesta”. Sobre los incidentes, acotó: “Lamentamos los hechos de violencia, indudablemente, debe investigarse ese tema”.

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