En base a Agencia EFE y La Nación/GDA
El primer debate electoral obligatorio entre los candidatos a la Presidencia en Argentina tuvo lugar anoche en Santiago del Estero. Javier Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Sergio Massa (Unión por la Patria), Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda) debatieron durante dos horas con estos ejes temáticos: economía, educación, derechos humanos y convivencia democrática.
A lo largo del encuentro sobraron las chicanas, Massa y Milei buscaron polarizar, Bullrich atacó a ambos pero tuvo dificultades en su oratoria, y el ministro de Economía trató de desmarcarse de la gestión de Alberto Fernández.
El escándalo del fin de semana, protagonizado por Martín Insaurralde, el jefe de gabinete de la Provincia de Buenos Aires (ver aparte), fue mencionado solo dos veces, por Bullrich y Bregman. Nadie más hizo referencia al tema.
El primer minuto fue de presentación. Comenzó Bregman, que responsabilizó al FMI de la crisis del país. Milei se presentó como el economista liberal capaz de “exterminar la inflación”.
“Sé cómo hacer crecer a una economía, terminar con la pobreza y exterminar la inflación. Villarruel -su candidata a vice- es especialista en seguridad y defensa. En frente, tenemos a la casta que nos va a hablar de un modelo que nos hunde hace 100 años. Somos los únicos que podemos terminar con la inflación y la inseguridad”, dijo.
Luego, Massa lo cruzó: “No vengo a plantearles discursos fáciles y sin contenido”. Y agregó: “Quiero decirles que entiendo claramente la dificultades de la Argentina y los problemas que tenemos que resolver (...) los jubilados, jóvenes y mujeres tienen que tener un lugar en serio”.
Bullrich, por su parte, apuntó de entrada contra el kirchnerismo. “El kirchnerismo nos deja una Argentina arrasada, caótica. La pregunta es quién puede hacer este cambio. Massa es casi presidente en funciones y su gestión es un desastre. Milei tampoco. Está solo y tranza con la política y los mafiosos”, dijo la candidata de Juntos por el Cambio.
Luego, Schiaretti buscó diferenciarse y dijo que es “el único de los candidatos que representa al interior del país”.
Dolarizar
Milei siguió con sus ataques a lo que denomina “casta”. Dijo que en 50 años la Argentina podría convertirse en una “gran villa miseria”, y que se sacaría a las “empresas nefastas” del Estado y cerraría el Banco Central. “Si me dan 20, seríamos Alemania, si me dan 35 años, Estados Unidos”, desafió Milei. Le pidió réplica Bregman, que lo cruzó por sus vínculos con el sindicalista Luis Barrionuevo, Massa y empresarios. “No es un león, sino un gatito mimoso del poder económico”, dijo ella.
Massa salió al cruce de las propuestas de Milei y buscó sembrar miedo. “No hay que rifar nuestra bandera”, dijo, sobre el proyecto de dolarizar la economía. “Zimbabue, Ecuador y El Salvador. Eso es lo que propone Milei”, aseveró.
Bullrich también apuntó contra la dolarización. “Le digo a todos los jóvenes que miran hoy en televisión. Te prometieron la dolarización. Pero sin dólares no se puede dolarizar”, dijo.
Educación
En el segundo bloque, Massa expuso sobre educación y prometió que pagará el presentismo de los docentes. Y prometió expandir el reparto de notebooks. Bullrich, luego, salió al cruce: prometió declarar a la educación como servicio esencial y garantizó 190 días de clases. “Papás, mamás, conmigo los paros no van más”, dijo Bullrich.
Cuando le tocó exponer a Schiaretti sobre el plan educativo de Córdoba ninguno de los contrincantes lo miró mientras exponía, resumiendo así el grado de protagonismo que tuvo el peronista disidente.
Con estadísticas, Milei expuso sobre educación. “Mis adversarios tiran palabras bonitas, pomposas. Pero por culpa de ellos, los chicos no terminan el colegio, no saben leer ni pueden resolver un problema de matemática básico. Y además son pobres. (...) Estamos modificando la manera de asistir al pueblo. No más darles pescado. Les vamos a enseñar a pescar o tener una empresas de pesca”, planteó el candidato libertario.
En el bloque de convivencia y derechos humanos, Bullrich nombró a José Mujica como ejemplo de líder, y lo ubicó a la misma altura que Nelson Mandela para compararse con ellos.
“Voy de frente. Me tildan de violenta. Pero no lo soy. Yo era parte de una organización juvenil (Montoneros). Y siempre lo dije. Lo digo aquí frente a millones de argentinos. Lo mismo le pasó a otros líderes, como a Mandela y Mujica, que fueron líderes de sus países”, dijo.
En este bloque, Milei habló “del curro de los derechos humanos”, y aseveró: “No son 30.000 los desaparecidos, son 8753. En los 70 hubo una guerra”.
Perdón al Papa.
En el segmento de preguntas entre los candidatos, Massa prefirió hacerle un “pedido” a Milei. “Milei, te quiero hacer un pedido. Ofendiste al líder de la Iglesia. Aprovechá estos 45 segundos para pedirle perdón al Papa que es el argentino más importante de la historia”.
El libertario le respondió: “Estás mal informado. Ya había pedido perdón con ello. Dejame hablar y sé respetuoso. Yo dije que si el Papa quería venir a la Argentina, se lo iba a respetar. Dejate de chicanear y dedicate a bajar la inflación y terminar tu gobierno de manera decorosa”.
Al final, cada uno se dirigió a los televidentes. Massa apeló a reconocer el enojo del electorado por la crisis económica y pidió: “A la urna no vayas con bronca, andá con esperanza”.
Bullrich, como al inicio, arremetió contra el gobierno. “Juntos por el Cambio es la única oposición que va a garantizar el cambio de lo que el kirchnerismo hizo en la Argentina. No voy a dar el brazo a torcer. Viva la patria”, cerró.
Milei moderó su tono, pero fue determinante. “Quiero decirles algo. Hay esperanza. Un futuro mejor es posible. Y ese futuro mejor es posible si es liberal”, finalizó.
La discusión de las 30.000 víctimas de la dictadura
Javier Milei negó que hubiera 30.000 desaparecidos durante la última dictadura militar. “Nosotros valoramos la visión de memoria, verdad y justicia. Empecemos por la verdad. No hubo 30.000 desaparecidos, fueron 8.753”, dijo. Agregó que su partido está “en contra de una visión tuerta de la historia”, porque “en los 70 hubo una guerra”, en la que “también los terroristas mataron gente, torturaron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad”.