Redacción El País
Agentes de la Dirección General de Aduanas de Argentina detuvieron el contrabando de más de 6.400 piezas fósiles que un ciudadano de la provincia de Río Negro pretendía enviar a España.
El hombre utilizó doble fondos y revestimientos de yeso para enviar a España, con el pretexto de una supuesta mudanza, un cargamento de bienes culturales de "destacadísimo valor histórico", según indicó la Aduana. Entre la colección, expertos identificaron el fósil de una margarita de 47 millones de años, huevos de dinosaurio, el esqueleto completo de un hadrosaurus, un amonite de más de 20 cm de diámetro y múltiples piezas de ámbar de millones de años con insectos preservados en su interior.
Ninguna de estas piezas tenía las certificaciones requeridas, ya que para su exportación legal se requiere el aval del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia y el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (Inapl).
Las autoridades argentinas fueron notificadas por "movimientos extraños" de un vecino de la provincia de Río Negro, pero, al llegar la notificación a Aduana el cargamento ya había salido del país, por lo que se emitió una alerta internacional y fue la Aduana de España la que detuvo e inspeccionó los contenedores.
“Estamos ante el mayor secuestro de bienes culturales de la historia argentina y es un orgullo poder devolver nuestro patrimonio a su lugar de origen", dijo el director general de Aduanas de Argentina, Guillermo Michel, cuando se devolvió el cargamento a la provincia de Río Negro.
La Justicia argentina ya imputó a dos hombres en el caso, padre e hijo, y la fiscalía pidió el procesamiento de ambos. El padre se hacía pasar por director del Museo del Lago Gutiérrez, lugar que no se encontraba registrado ante la Dirección de Bibliotecas y Museos de la Secretaría de Estado de Cultura de Río Negro, y su hijo era empleado de esta última.