La Nación/GDA
En una semana difícil para el gobierno debido a la escalada del dólar blue —que pasó los $1500— y a que el dato de la inflación dio por primera vez por encima del mes anterior —marcó 4,6% en junio—, el presidente Javier Milei minimizó la injerencia de estas dos cuestiones en el rumbo económico y buscó imprimir tranquilidad en medio de las presiones devaluatorias, pese a que alertó por movimientos cambiarios hasta fines de agosto.

Al respecto, el mandatario, que se encuentra en Estados Unidos en el campamento de Sun Valley, afirmó que tiene “cero pánico” por la suba de la moneda extranjera y marcó que la cifra publicada por el Indec para los precios del mes pasado es “muy buena”.

“Si yo tomara el dólar que tenía (Silvina) Batakis antes de (Sergio) Massa, lo traigo a hoy y da $3000. Nada de pánico, cero pánico”, aseguró en LN+ Milei con respecto al precio del dólar blue, que viene hacia arriba en las últimas semanas. Dijo, también, que hay una “anomalía” que observa el gobierno porque la moneda extranjera se encuentra en ascenso pero al mismo tiempo la Casa Rosada compra dólares.

De momento deslizó que “hay jugadores a los que les gusta” hacer mover el tipo de cambio pero les aclaró que va a “recrudecer la política monetaria” para evitar los vaivenes. “Tanto lo que queda de este mes como agosto van a ser meses difíciles en el mercado de cambio, es cuando se nos van más dólares por la energía. Vamos a restringir totalmente la cantidad de pesos. Es como darle un revólver a alguien pero sin las balas, no vas a poder hacer nada”, anticipó.

En tanto, reiteró que ya pasó la primera fase de su administración con la premisa del déficit cero y que ahora irán hacia la emisión cero, con el adelanto de que en la próxima semana, el miércoles, terminará con el problema de los puts —un instrumento que le permite a los bancos vender bonos del Ministerio de Economía al Banco Central en cualquier momento si proyectan una pérdida de valor y hacerse de los pesos— y que cerrará el “único grifo” que quedaba para inyectar pesos.

Foto: AFP

Entonces, en un momento de explicaciones técnicas, anunció que el gobierno se dispondrá a que la cantidad de pesos circulantes queden constantes y permitirá así que no se altere la base monetaria, lo que acelerará —según su visión— el proceso de desinflación y la salida del cepo, que se hará cuando tenga la macroeconomía en orden, a lo que de vuelta no le puso fecha.

“El precio del dólar es un precio más de la economía, que suba el dólar y los precios tiene que ver con que pierda poder adquisitivo el dinero. Si freno los grifos de emisión se acabo el problema. Vamos a hacer que el peso sea recontra escaso, habrá que bancarse fluctuaciones seguramente. Esto es de manual”, sintetizó.

Mientras, cuando el viernes el Indec dio a conocer la inflación para junio, que se ubicó en 4,6% —0,4 décimas arriba que en mayo, cuando marcó 4,4%— y cortó con el camino descendente que traía su gestión, Milei opinó: ”El dato que se publicó ayer es muy bueno, la mayoría de los analistas hablaban de 5,5% y dio 4,6%. Tenemos un programa que tiene una tasa de devaluación del 2%, por lo que el objetivo es llevar la inflación al 2%”.

En ese sentido dijo que como la núcleo, sin los componentes estacionales, quedó en 3%, esto significa que las cifras de la inflación y el crawling peg están yendo hacia una convergencia. “Para después pasar a 1% y después a 0%”, dijo sobre sus expectativas inflacionarias.

Incluso se mostró despreocupado de que la suba del blue pueda impactar sobre los precios. “Los que hicieron eso a principio de año después tuvieron que bajarlos y tuvieron problemas. Tienen que manejarse en una economía donde la cantidad de dinero no crece. Estamos en un contexto en que la economía está rebotando. Empezamos a tener muy buenos datos de recuperación. Tranquilidad, Roma no se hizo en un día, venimos a arreglar el desastre de 100 años, no existe la magia”, comentó, también indiferente ante quienes expresan incertidumbre sobre el nivel de reservas. “Tenemos de acá para perder hasta 3000 millones de dólares de reservas, estamos recontra holgados”, indicó.

Por otra parte, Milei descartó la posibilidad de sancionar a los gobernadores que no firmaron el Pacto de Mayo, de extracción peronista, aunque consideró que “los va a castigar la gente en las urnas en las elecciones de medio término”. Esto cuando su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, ya está enfocada en la estrategia para la campaña de 2025. “Demuestran que son el país del atraso, de la decadencia, que con tal de no renunciar a sus privilegios hunden a los argentinos en la más brutal de las miserias”, se quejó, aunque dijo que serán “bienvenidos” todos los que quieran abrazar esta “nueva Argentina” que viene de su mano.

“No se le cerró la puerta a nadie, pero hay algunos que con sus anteojeras ideológicas, o los que quieren estafar con cuasimonedas, no quieren entrar. Okey. La democracia hará su trabajo el año que viene, hay que esperar”, insistió, en un dardo directo al gobernador riojano, Ricardo Quintela, que ante el recorte de envíos de fondos nacionales implementó en su provincia una moneda propia que empezó a circular este mes: el Chacho.

Foto: Presidencia de Argentina/EFE

Desde Hailey, estado de Idaho, adonde fue para participar de la cumbre de multimillonarios en Sun Valley, el presidente destacó que la Argentina “es el mejor caso de negocios del siglo XXI” y aseguró que ya tuvo conversaciones “contundentes” por “potenciales inversiones” que llegarían a la Argentina. “Ya están hablando de cantidades de dinero a invertir”, dijo sobre los dueños de las compañías, pese a que evitó ahondar sobre los encuentros que tendrá allí porque la política del evento es de total privacidad y hermetismo.

“Voy a estar hablando de la agenda transformadora de la Argentina para convertirse en el país más libre del mundo, por lo tanto deben invertir porque va a ser grande nuevamente”, se limitó a decir, con un paralelismo con la frase del expresidente estadounidense Donald Trump, a quien venera, que decía “Make America Great Again”, es decir, hacer a Estados Unidos grande de nuevo.