El peronismo expone sus disputas internas con un senador que desafía sin rodeos a Cristina Kirchner

En una interna convulsionada, sectores del PJ ponen en duda el liderazgo de la exvicepresidenta, a quien un legislador se animó a confrontar públicamente.

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Cristina Fernández
Cristina Kirchner.
Foto: AFP

Después del terremoto político que significó la denuncia contra Alberto Fernández por violencia contra su expareja Fabiola Yañez, y tras bajar el frenesí mediático del episodio, quedaron nuevamente al descubierto las internas del peronismo. La formación, hoy acéfala, se divide en torno a los que buscan una alternativa a Cristina Kirchner para el liderazgo y los fieles a la referente.

Como telón de fondo, y desde hace ya meses, está la creciente tensión entre La Cámpora y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Es el kirchnerismo duro contra quien supo ser el ministro de Economía de Cristina y que construyó con ella una relación sólida.

Esta vez, lejos de un silencio que ya se había vuelto costumbre, la exvicepresidenta volvió a la escena desafiando nada menos que a un senador de su partido, y de paso, colando a la vicepresidenta Victoria Villarruel en una sola oración. “Pericia psiquiátrica les vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista”, tuiteó Cristina el lunes.

El mensaje se interpretó como una bajada de línea a figuras del peronismo que en las últimas semanas se han mostrado cercanas a la presidenta del Senado. Las señales de los dirigentes a Villarruel aumentan cuanto más se profundiza la interna del oficialismo y más se aleja la vicepresidenta del jefe de Estado, cuyas diferencias ya se volvieron imposibles de maquillar.

Por ejemplo, el formoseño José Mayans, jefe del bloque de senadores del Frente Nacional y Popular, dijo sobre Villarruel la semana pasada, en radio Perfil: “Quizá tiene visiones más próximas a la nuestra. Milei dice que es una persona anti-Estado, mientras que ella es muy nacionalista y, aparte, fue formada en esos valores. Obviamente hicieron una especie de coalición, pero, para mí, por la dicción que ella tiene, Villarruel se aproxima ideológicamente más a nosotros que a La Libertad Avanza (LLA)”.

No fue el único coqueteo. El jueves pasado, en el marco del debate por el proyecto de movilidad jubilatoria, el senador opositor consideró necesario “profundizar la amistad” con la vicepresidenta. Mayans hizo referencia al término “Jamoncito”, que Villarruel había usado una vez para referirse al jefe de Estado. “Disculpe, me gustó el calificativo. Tenemos que profundizar la amistad, vicepresidenta”, dijo el senador entre las risas de los legisladores.

Por su parte, el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, revolvió el avispero aún más: “Es un error garrafal pensar que la vicepresidenta no se puede hacer peronista”, dijo en Radio 10 tras el tuit de Cristina Kirchner. “Para mí, Villarruel es peronista. Lo he dicho hasta el cansancio. Tenemos que conversar con ella”, propuso.

“Si ella (Cristina) niega que una persona pueda ser peronista... El peronista tiene que peronizar a todo el mundo”, concluyó Moreno.

Mayans se atrevió a redoblar la apuesta. El senador apuntó contra la designación, en su momento, de Alberto Fernández como presidente del partido. “¿Qué hacemos con los que lo pusieron? ¿Los mandamos también al psiquiátrico?”, ironizó, usando el mismo término que CFK en su tuit.

Senador peronista Jorge Mayans
Jorge Mayans.
Foto: Hernan Zenteno / La Nacion GDA

Así, Mayans apuntó abiertamente contra Cristina Kirchner —que no es poco— exhibiendo las fisuras del partido. Antes era inconcebible cruzar en público a la exvicepresidenta.

¿Una mano en el Senado?

Si bien es incierto el impacto del conflicto mediático en las filas peronistas, la división está clara, no sólo en el debate del liderazgo del PJ sino también en bloque mismo del Senado.

La semana pasada, el debate político giró en torno a las designaciones al máximo tribunal. El voto a los jueces Manuel García-Mansilla y Ariel Lijo para la Corte Suprema es la carta del peronismo en la cámara alta para negociar un objetivo: la ampliación de la Corte.

Lijo es el motivo de discordia entre Milei, que lo impulsa, y Villarruel, que lo rechaza. Por eso se vuelven imprescindibles los votos del PJ para llegar a los dos tercios.

Allí es donde entran las pujas y los juegos de poder dentro del bloque peronista. Cristina buscaría colocar a Eduardo De Pedro, hombre de La Cámpora y compañero de bloque de Mayans. Según escribe Gustavo Ybarra en La Nación, otros sectores del peronismo quieren su tajada al ver “apagarse la estrella electoral de la expresidenta”. A su favor está haber retenido el poder en sus provincias.

Los próximos días son clave en esta negociación. Y también queda por ver cuánto puede escalar una pelea pública con la exvicepresidenta.

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