La Nación/GDA
Juntos por el Cambio sufrió una derrota dolorosa y convive con el trastorno de la peor pesadilla. Patricia Bullrich, la candidata a presidente del conglomerado opositor que integran el Pro, la UCR y la Coalición Cívica, entre otras fuerzas antikirchneristas, no pudo conseguir la remontada ni detener la sangría de votos que había sufrido el sello de JxC en las PASO del 13 de agosto en Argentina. Al contrario, ni siquiera logró contener los votos que habían sacado Horacio Rodríguez Larreta y ella en la interna de las primarias y quedó afuera del balotaje.
Lejos de los esperado, quedó en el tercer puesto detrás de Javier Milei (La Libertad Avanza) y Sergio Massa (Unión por la Patria).
El resultado de las elecciones generales significa un duro golpe para JxC, la alianza que nació en 2015 para desbancar al kirchnerismo del poder. Los jefes de la coalición quedaron en estado de shock después de que se conociera los primeros datos del escrutinio provisorio, que mostraban una victoria de Massa con el 35% de los votos, quien logró una hazaña con su remontada y pudo blindarse de forma inesperada del desgaste del descalabro económico por y los casos de corrupción en Buenos Aires, como el caso de Chocalate Rigau o el “yategate”, que sacudieron la campaña en el tramo final.
"En esta noche donde no hemos logrado los objetivos que queríamos para nuestra Argentina, venimos a ratificar con toda la fuerza los valores de nuestra causa. Nuestra causa va más allá de un momento electoral y más allá de un momento de derrota", dijo Bullrich en un acto en el búnker de Juntos por el Cambio.
"Tenemos una convicción profunda, la convicción de los valores que llevamos adentro, de la República, de la lucha contra la corrupción, de un país que debe abandonar el populismo si quiere terminar con la pobreza. Son los valores que llevamos adentro, quizás esos valores hoy han quedado dormidos, pero nosotros los vamos a despertar todos y cada uno de nuestros días para una Argentina sin pobreza. Importa siempre el camino, importan siempre los objetivos. Hace años que la Argentina se hunde en la decadencia", aseguró la exministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
"Desde el lugar que me toque no me voy a rendir nunca. Y nadie de Juntos por el Cambio se va a rendir nunca. El populismo empobreció al país", agregó.
En segundo lugar se ubicó Milei, el emergente antisistema, quien desplazó a JxC como la principal fuerza opositora, con el 31% de los sufragios. A ocho puntos quedó Bullrich, que llegaba apenas al 23%. Pese a su intento final por fidelizar los votos de Rodríguez Larreta, su rival en la feroz interna de agosto, al nominarlo como eventual jefe de Gabinete y de cerrar filas con Mauricio Macri, a quien sumó a su campaña en el último tramo de la campaña, la postulante no pudo siquiera asegurarse el 28% que cosechó JxC en agosto. Es que el espacio perdió cinco puntos entre las PASO y las elecciones generales. No rindió sus frutos tampoco la búsqueda de exhibir la marca o los equipos de JxC para contrarrestar a Milei.
Desde hoy el bloque que lideran el Pro y la UCR enfrentará el arduo desafío de evitar una ruptura y ahuyentar los fantasmas de la fragmentación. Con el correr de las horas comenzará un tortuoso proceso de pases de facturas por el el golpe en las urnas. Es una incógnita saber cómo hará el espacio para convivir bajo el mismo paraguas en caso de que se precipiten los alineamientos a favor o en contra de Massa o Milei. ¿Qué postura adoptarán los líderes del radicalismo? ¿Qué rol jugarán los gobernadores electos en provincias influyentes? ¿Y cómo se posicionará Mauricio Macri, quien supo elogiar las ideas de Milei, pese a criticar su falta de sustento político? Esas expresiones del expresidente en plena campaña, sobre todo la noche del revés en las PASO, irritaron por igual a Bullrich o popes radicales, entre otros referentes de JxC.