La Nación/GDA
El kirchnerismo daba por cerrada la discusión sobre el reglamento electoral, pero desde las filas del precandidato Daniel Scioli, advertían que iban a llevar a la Justicia sus planteos si se mantiene la intransigencia, con el argumento de que se perjudican a las minorías partidarias.
Las mayores diferencias giran en torno al reglamento para competir en la provincia de Buenos Aires. Esas cláusulas y condiciones que escribió Máximo Kirchner (presidente del PJ bonaerense) junto a los partidos de Unión por la Patria (UP), le hace muy empinado el armado político a Scioli. Primero, porque no le deja lugares expectantes en la Legislatura Bonaerense ni en los concejos deliberantes municipales a la lista que pierda en la PASO.
Es decir, no da incentivos para participar en la nómina que quiera desafiar al poder territorial. Pero, sobre todo, ese reglamento fija que cada intendente irá colgado de un solo candidato a gobernador. Y la gran mayoría de intendentes del conurbano, incluso los que tienen más chispazos con La Cámpora, hoy prefieren jugar colgados de la boleta de Axel Kicillof, si efectivamente va por su reelección.
Desde las filas de Scioli están convencidos de poder lograr las exigencias, pero argumentan que la pelea va más allá de eso y tiene que ver con el “respeto a las minorías”. Lo concreto es que el grupo analiza la posibilidad de ir la Justicia. El primer paso es presentarse ante la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, que encabeza el juez Sergio Torres.
El episodio por el reglamento es solo uno de los capítulos del malestar con el exgobernador y exvicepresidente. El kirchnerismo, el Frente Renovador y La Cámpora no querían su candidatura y buscaron desalentarla por todos los medios, incluido el reglamento.