La Nación/GDA
En el aeropuerto de Sevilla, una escala de su vuelo a Bruselas para participar de la cumbre UE-Celac, el presidente argentino Alberto Fernández y su comitiva se enteraron de la paliza electoral sufrida por el PJ en las primarias a gobernador en Santa Fe, en las que el domingo ganó Juntos por el Cambio por más de 35 puntos de diferencia.
Maximiliano Pullaro, delfín de Horacio Rodríguez Larreta, fue el candidato más votado de la provincia y dejó muy lejos al peronista Marcelo Lewandowski, que aspiraba a convertirse en el postulante más votado individualmente.
En el entorno del presidente, dentro y fuera del avión presidencial, alegan que la oposición montó una interna “atractiva” de la que participaron no solo sectores antagónicos de Juntos por el Cambio sino también el socialismo santafesino, y sostienen que hubo además un voto castigo a la gestión del gobernador Omar Perotti, quien de todos modos ganó su interna en la puja por la cabeza de la lista de diputados provinciales.
“La interna de toda la oposición fue real y no pour la galerie, con candidatos atractivos. También la violencia narco influyó”, comentaron desde una de las terminales del oficialismo. En relación a Perotti, desde Buenos Aires hablaban de la “anomia” de su gobierno, y afirmaban que “su fracaso es tremendo y desde el principio”.
Para Sergio Massa y Agustín Rossi, candidatos a presidente y vice por Unión por la Patria, el domingo en Santa Fe solo trajo malas noticias.
En el caso del tigrense -que no jugó directamente aunque se mostró con Perotti hace diez días- la elección a la intendencia de Rosario arrojó un sorpresivo triunfo para Juan Grabois, su rival en la interna, a través de Juan Monteverde, que le ganó la interna al peronista Roberto Sukerman y enfrentará al actual intendente Pablo Javkin, del Frente Progresista, en las elecciones del 10 de septiembre.
Mal desempeño
El peronismo sufrió una sangría de votos al terminar con 27,9% en la suma de sus cuatro candidatos.
En la era democrática solo tuvo una cosecha más baja: fue en las generales de 2011, con Rossi al frente de la boleta a gobernador (sacó 22,8%).
Si se lo compara con las PASO de 2019, implica la pérdida de 282.000 votos netos: todo un retrato del castigo a la figura de Perotti, el gobernador saliente.
Uno de los ejes más importantes de la campaña de Juntos por el Cambio fue el narcotráfico y las consecuencias que provoca en Rosario desde hace diez años. Pullaro se mostró más sólido, aunque no aportó precisiones sobre cómo enfrentará ese “flagelo”, con el que no logró avances determinantes cuando fue ministro de Seguridad de la provincia.
Como sea, el triunfo fue arrollador. En el búnker del PJ en Rosario las recriminaciones iban dirigidas a Perotti, que escatimó su respaldo a Lewandowski hasta la última hora del cierre de listas.
Santa Fe corrobora así una conducta que se repitió domingo tras domingo: el peronismo nucleado en Unión por la Patria perdió votantes en prácticamente todas las provincias en comparación con 2019.
Acumula 410.000 votos menos en los distritos en los que ya se resolvieron las generales. A eso hay que sumarle una baja de 227.000 votos en las PASO de Mendoza, y que también perdió en Chaco (donde no hay parámetro de comparación dado que en 2019 se suspendieron las primarias).