Redacción El País
Tras el polémico Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) anunciado la semana pasada para desregular la economía, el presidente argentino Javier Milei vuelve a la carga con una “ley ómnibus” enviada ayer al Congreso. Se trata de un ambicioso proyecto que incluye profundos cambios en materia económica, impositiva, fiscal, electoral, social y de seguridad, cuya presentación coincide con la marcha convocada por laConfederación General del Trabajo (CGT) en contra del DNU, en la que se registraron incidentes entre manifestantes y la Policía.
El proyecto, con el que el Gobierno asegura que busca “restituir el orden económico y social basado en la doctrina liberal plasmada en la Constitución Nacional de 1853”, contiene amplias delegaciones legislativas al Poder Ejecutivo nacional de emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social por dos años, con la posibilidad de prorrogar este plazo por otros dos años más, es decir, hasta la finalización del mandato de Javier Milei.
En suma, la iniciativa promueve modificaciones de gran impacto. Pero además, en sus disposiciones finales, el Poder Ejecutivo requiere que el Congreso le apruebe el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23 -con sus 366 artículos- que dictó Milei la semana pasada.
En nombre del Poder Ejecutivo, el ministro del Interior, Guillermo Francos, le entregó ayer al presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, el proyecto que contiene 664 artículos. Se tratará en sesiones extraordinarias que se extenderán hasta el 31 de enero. “La emergencia en la que se encuentra el país no permite que perdamos tiempo. La semana próxima, una vez constituidas las comisiones, empezaremos el debate”, anticipó Menem.
En el primer artículo de los 664 se establece que el objeto de la ley es “promover la iniciativa privada, así como el desarrollo de la industria y del comercio, mediante un régimen jurídico que asegure los beneficios de la libertad para todos los habitantes de la Nación y limite toda intervención estatal que no sea la necesaria para velar por los derechos constitucionales”.
El proyecto es tan exhaustivo que incluso propone una reformulación copernicana del sistema político argentino. Además de la derogación de la ley de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), propone el sistema de circunscripciones uninominales para la elección de los diputados nacionales en reemplazo del actual sistema plurinominal. Esto significa que en cada elección legislativa se pone en juego una sola banca por circunscripción, lo que favorece a la fuerza política que más votos consigue y restringe el acceso a segundas y terceras fuerzas, que se quedarían sin representación. Otro punto polémico es la suspensión de la ley de movilidad jubilatoria aprobada durante 2020. Si bien el Poder Ejecutivo “podrá realizar aumentos periódicos atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos”, el proyecto no indica cuál sería la periodicidad.
Por otra parte, se incluye un amplio régimen de regularización de activos, el cual estará vigente hasta el 30 de noviembre de 2024. Permitirá regularizar hasta US$100.000 en efectivo, inmuebles o criptomonedas sin pagar impuestos. Superado ese monto se impondrá una escala de alícuotas que va desde el 5% hasta el 15% sobre el excedente según en qué momento se adhiera el contribuyente a la regulación.
En materia de seguridad, se establece un régimen para la organización de manifestaciones callejeras: incorpora en el Código Penal nuevos controles y agrava las penas por los cortes. A tal punto que se eleva de dos a tres años de cárcel al que “impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento” del transporte. Además, sanciona especialmente a los organizadores de los cortes y los hace solidarios por los daños que pudieran producirse sobre las cosas. (Con información de La Nación/GDA)
Hubo seis detenidos en marcha de la CGT
La CGT se movilizó ayer para escenificar su presentación en la Justicia para tratar de invalidar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que impulsó Javier Milei para desregular la economía y reformar la legislación laboral. La presentación judicial que hizo la CGT lleva la firma de los miembros del triunvirato de mando, Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, y quedó radicada en el juzgado laboral Número 69, a cargo del juez José Ignacio Ramonet. El magistrado rechazó conceder la medida cautelar interina porque todavía no está en vigencia el decreto de Milei. En tanto, sí se asumió competente para tramitar la acción de amparo que presentó la central obrera. La movilización por parte de la CGT, las dos CTA, la Unidad Piquetera, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y partidos de izquierda fue convocada para las 10 en la Plaza Lavalle y terminó pasadas las 13. Seis personas -cuatro hombres y dos mujeres- fueron detenidas por la Policía de la Ciudad en el Centro porteño por atentado y resistencia a la autoridad durante la desconcentración de la marcha, señalaron fuentes policiales a La Nación.
Respecto del “protocolo antipiquetes” desplegado por el Gobierno nacional, el sindicalista Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, dijo a La Nación: “Es ilegal”. “En este momento hay una demonización histórica del sindicalismo con provocaciones permanentes de Patricia Bullrich a los movimientos sociales. Esperamos no tener que lamentar un marco represivo”, sumó.
El operativo conjunto entre las fuerzas de seguridad nacionales y la Policía de la Ciudad se enfocó en contener a los manifestantes y evitar los cortes de calles. Si bien durante las primeras horas de la marcha, con solo una porción de los manifestantes presentes, las únicas vías cortadas eran las calles Tucumán y Talcahuano, la llegada masiva de militantes bloqueó todos los accesos a la Plaza Lavalle y obstaculizó el tránsito vehicular. Por eso, la Gendarmería y la Policía Federal se replegaron y se limitaron a custodiar el Palacio de Justicia así como otros edificios públicos de la zona.
Exfuncionarios de Alberto Fernández se expresaron en redes
El proyecto de ley generó fuerte rechazo por parte de actores que hoy integran el arco opositor, quienes se expresaron a través de las redes sociales.
“Si sancionan esta norma, en lo referido a la obediencia debida, por efecto de la aplicación de la ley penal más benigna, se terminaran todos los juicios de lesa humanidad”, advirtió el exministro de Seguridad de Alberto Fernández Aníbal Fernández. “Milei en 17 días desplegó los ejes de la sociedad que pretende: debilita la república, promueve decisiones autoritarias, impulsa una Policía brava, destruye capacidad regulatoria del Estado, rifa el patrimonio colectivo, ajusta ingresos. Veo al futuro repetir el pasado”, lamentó además el exministro de Educación bonaerense Nicolás Trotta. Entre otros funcionarios de la administración de Alberto Fernández que presentaron reparos sobre la normativa estuvo también el exministro de Defensa y compañero de fórmula de Sergio Massa para las elecciones generales de octubre, Agustín Rossi, quien anticipó que Milei podría convertirse en el nuevo “Fujimori”.
“Milei puede ser como (Alberto) Fujimori. ¿Por qué? El mandatario peruano disolvió el Congreso y reorganizó todos los organismos públicos, incluyendo la intervención del Poder Judicial, por lo que acumuló todo el poder en sus manos. No queremos eso para nuestro país”, escribió en X.
Lo propio hizo el también exministro de Economía Martín Guzmán, quien reapareció en la escena pública cuestionando enfáticamente uno de los artículos de la ley que le permite al Poder Ejecutivo realizar operaciones de crédito público para reestructurar la deuda pública. “Presidente Javier Milei, ¿no era que tomar deuda era inmoral?”, lo cruzó. “¿Sos consciente de que estás abriendo la puerta a nuevos saqueos históricos a los contribuyentes a partir de los manejos de deuda pública?”, criticó.
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