Por Emiliano Pettovello/La Nación GDA
El hallazgo de los fósiles de un grupo familiar completo de osos perezosos incrustados en el norte de Mar del Plata implicó una expedición a cargo del paleontólogo Matías Taglioretti, quien junto a un equipo de investigadores del CONICET, del Museo de Ciencias Naturales de La Plata y del Bernardino Rivadavia de la Ciudad de Buenos Aires llevan a cabo, hoy por hoy, las tareas de extracción de los ejemplares de la especie Scelidotherium leptocephalum, para un posterior acondicionamiento y protección de los mismos en una unidad del museo Lorenzo Scaglia.
Los osos perezosos gigantes habitaron la provincia de Buenos Aires hace cinco millones de años, medían un 1.2 metros de alto y pesaban 850 kilos. Su fuerte estaba en los dos brazos con garras, que le permitían excavar madrigueras grandes, las cuales se consideran las mayores que alguna vez haya producido un animal en la historia del planeta. Los túneles de dichas madrigueras podían tener hasta dos metros de diámetro.
En el video que se publicó en las redes, Taglioretti indicó: “Pudimos dar con el hallazgo de una familia de perezosos terrestres gigantes que habría muerto en el seno de su madriguera, es decir, en la paleocueva. La fauna de estos animales cavadores solo existió en América del Sur, y el primer lugar en todo el continente donde se ha estudiado la relación de ellos con estas paleocuevas es aquí en esta zona de Mar del Plata”.
Por su parte, uno de los colegas del equipo de paleontólogos que acompañó a Taglioretti en el proyecto señaló: “Hay un montón de huesos. Siempre decimos que en Mar del Plata hay dos ciudades. La ciudad que nosotros conocemos arriba del suelo y hay otra ciudad que son todas las galerías y cuevas que dejaron nuestros animales. Como este animal murió dentro de su cueva, al estar contenido adentro de la misma, todos los huesos quedaron acá”.
Según indicaron desde el museo marplatense, debido a las mareas, el trabajo de campo se retrasó y lo que en un principio se especuló con que serían dos ejemplares, más tarde dio lugar a una sorpresa: apareció un tercero. De esta manera, confirmaron la presencia de dos Celidoterios adultos y uno joven.