Por Hugo Alconada Mon, La Nación/GDA
El primer chisporroteo llegó cuando comenzaba en el Banco Central (BCRA) y quisieron darle un consejo. Le sugirieron que se amoldara a los usos y costumbres de la entidad. Que fuera vestido y peinado como la media de los empleados. No le plantearon más, ni menos. Pero jamás imaginaron la respuesta: una respuesta destemplada. En una palabra, insultos. Recién comenzaba, pero fue el principio del fin para Javier Milei en el organismo monetario, según confirmaron fuentes veteranas del Central a La Nación.
La pasantía de Milei en el Banco Central cuando tenía 22 años fue uno de los momentos más calientes e incómodos del debate que el candidato libertario y el postulante de Unión por la Patria, Sergio Massa, mantuvieron este domingo. Massa buscó vincular la propuesta de Milei de cerrar la entidad con aquella experiencia fallida de juventud e, incluso, con la idea de un test psicotécnico que no logró superar. Para Milei, su rival le había arrojado un “carpetazo”.
Según confirmaron fuentes de la entidad monetaria a La Nación, sin embargo, no hubo tal “psicotécnico”, que no estaban previstos para los pasantes. Pero Milei sí acumuló dos informes negativos cuando terminaba su desempeño. Consignaron que el entonces estudiante mostraba serias dificultades para acatar órdenes y seguir instrucciones.
La pasantía duró apenas seis meses, no fue rentada y se extendió del lunes 22 de diciembre de 1992 al también lunes 22, pero de junio de 1993, según reveló el periodista Alejandro Bercovich a fines de septiembre pasado. Milei tenía 22 años y dos meses exactos cuando ingresó a la entidad por la calle Reconquista. Tiempos en que Domingo Felipe Cavallo era ministro de Economía del presidente Carlos Menem, la convertibilidad 1 peso – 1 dólar daba sus primeros pasos y Roque Benjamín Fernández presidía el Banco Central. Vueltas de la vida, treinta años después, Fernández se convirtió en uno de los hombres de referencia para Milei, al punto de acompañarlo en sus reuniones con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Milei llegó al organismo como parte del programa de pasantías que la entidad monetaria ofrecía a estudiantes universitarios avanzados de distintas facultades de Ciencias Económicas, que de ese modo podían adquirir su primera experiencia laboral y, en ciertos casos, emprender una carrera dentro del Banco Central.
“No recuerdo la camada específica que integró Milei, pero sí puedo decirle que a muchísimos pasantes se les renovó la pasantía y a varios se les ofreció un trabajo en planta permanente y esos sí debieron someterse a todos los estudios preocupacionales, físicos y psicológicos”, rememoró un veterano que pasó cinco décadas dentro del organismo. “Y puedo confirmarle, también, que algunos de esos pasantes continúan dentro del Central; de hecho, un estudiante que ingresó como pasante ahora es gerente”, detalló.
No fue el caso de Milei. Cuentan los memoriosos que el por entonces estudiante avanzado de la Universidad de Belgrano pronto comenzó a protagonizar chisporroteos frecuentes con sus superiores inmediatos. “No obedecía instrucciones”, detalló una segunda fuente al tanto de lo ocurrido a principios de los 90.
Así fue como primero se desempeñó bajo las órdenes de una economista, Marta B. -La Nación se reserva su nombre completo-, a la que le planteó que no quería trabajar en tópicos de economía “aplicada”, sino de economía “teórica”. Y cuando le dieron algunas tareas en la línea que él pretendía, mostró flaquezas conceptuales. ¿Conclusión? Su jefa redactó el primer informe negativo.
Ante esa situación, sin embargo, optaron por darle otra oportunidad. Y como Milei había afirmado que sabía inglés, lo reubicaron en el área de Reservas Internacionales, bajo el mando de otro gerente, Alberto C., quien terminó por detectar que Milei no sabía inglés -o no lo suficiente, al menos- para interactuar por escrito o en forma oral con interlocutores extranjeros. ¿Conclusión? Segundo informe negativo.
El propio Milei dio a entender, por encima, cómo fueron aquellos seis meses en la entrevista que concedió a Radio Continental un día después del debate. “La verdad es que las tareas que me habían asignado no me gustaban y la gente que me tenía que tener en el área no quería que haga otro tipo de tareas”, planteó Milei, concepto que reiteró con otras palabras: “La gente del área no estaba contenta conmigo y yo tampoco estaba contento con el tipo de tareas”.
Versión distorsionada
Durante el debate, sin embargo, Massa describió lo ocurrido en otros términos. Tras plantear que sería bueno que él y Milei se sometieran a un psicotécnico, sostuvo que al libertario lo habían “rechazado” en el Banco Central, dando a entender que se había sometido a algún tipo de test psicológico que lo había dejado fuera de carrera y que eso explicaría por qué Milei propone cerrar el Banco Central, treinta años después.
“Lo hacés porque te sentís rechazado. No se trata de destruir lo que te ha rechazado. Hay que abrazar el rechazo”, planteó Massa, que lo presionó a Milei para que explicara cómo y por qué había concluido su pasantía en el Central. En ese momento, el candidato por La Libertad Avanza se vio obligado a dar una respuesta. “Era un joven que, digamos, ni siquiera estaba graduado”, rememoró. “¿Cuál es el problema? La vida tiene fracasos y uno se pone de pie y sigue. No como vos que seguís fracasando de la misma manera”.
Milei remarcó, además, que él no tendría problemas en someterse en la actualidad a un psicotécnico, como destacó que ya le hicieron –y superó- como condición previa a ingresar en Aeropuertos Argentina 2000, la compañía del empresario Eduardo Eurnekian. Luego sí, lo cruzó a Massa: “Vos que viviste siempre del Estado, no lo hiciste nunca”.
Treinta años atrás, en tanto, cuando a mediados de 1993 llegaban a su fin los seis meses de Milei en el Banco Central, los dos jefes de área que habían interactuado con él, Marta B. y Alberto C., emitieron informes en los que volcaron sus impresiones sobre él. Lejos de recomendar a los responsables de las pasantías que extendieran su relación por otro semestre, propusieron dar por terminada la experiencia, algo poco frecuente.
“Los dos informes fueron negativos porque Javier se resistía a acatar las instrucciones que le daban”, recuerdan dentro de la entidad, donde ya era comidilla general por la “cuestión actitudinal” del veinteañero líder de “Everest”, una banda tributo de los Rolling Stones que lucía un corte de pelo a mitad de camino entre Mick Jagger y Rod Stewart.
Según Bercovich, en esos informes también habrían cuestionado la capacidad y formación de Milei, porque, entre otros motivos, porque no sabía inglés, algo que Milei no abordó durante el debate, ni en las entrevistas posteriores. “Era un joven que, digamos, ni siquiera estaba graduado”, explicó el último domingo. “Esa experiencia no fue exitosa, pero tuve otras llenas de éxitos”, concluyó a modo de réplica ante la embestida de Massa.