Por Francisco Jueguen, La Nación/GDA
La inflación se desató en Argentina. Será una fenomenal herencia de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa conjugada con el sinsabor del sinceramiento encarado por el nuevo gobierno de Javier Milei. Sin contención tras las elecciones que perdió el peronismo, con precios que se mueven con una inercia propia y que salen de debajo de la alfombra en un mercado repleto de indeseados pesos y sin dólares en el Banco Central (BCRA), la inflación de noviembre se aceleró hasta 12,8%. Pero ya con las expectativas de las nuevas medidas económicas y su aplicación –entre ellas, un dólar más alto y liberalización en las góndolas-, diciembre promete un fogonazo que cerrará el año con un IPC de casi 200%, la variación más alta desde la hiperinflación de 1990. Esas esquirlas -creen en el oficialismo- se extenderán al primer bimestre de 2024.
La suba de precios acumulada en lo que va del año fue de 160,9%, por lo que 2023 terminará por encima de la variación de 84% de 1991, año en el que se aplicó la convertibilidad. En 1990 había cerrado en 1343,9%. La medida interanual fue de 148,2%, según el Indec. La inflación núcleo -que elimina precios estacionales y regulados- fue de 13,4% en el mes. Los valores de los alimentos volaron 15,7%.
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— INDEC Argentina (@INDECArgentina) December 13, 2023
Los precios al consumidor (#IPC) aumentaron 12,8% en noviembre de 2023 respecto de octubre y 160,9% interanual https://t.co/6Q7Qpw5m94 pic.twitter.com/kBlbo3ZI0x
La división de mayor aumento fue Salud (15,9%), producto de los aumentos en los medicamentos y en las cuotas de empresas de medicina prepaga. Le siguieron Alimentos y bebidas no alcohólicas (15,7%) -con las mayores subas en Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos, Frutas, y Verduras, tubérculos y legumbres- y Comunicación (15,2%), por los incrementos en servicios de telefonía móvil e internet.
Diciembre ya muestra las uñas y una fortísima aceleración de los precios. Según FIEL, sólo la primera semana acumuló una inflación de 5,8%; para Orlando Ferreres, fue de 4,8%. “La inflación núcleo de las cuatro semanas previas a los anuncios económicos fue de 20%”, anticipó Luciano Cohan de Alphacast. En los primeros siete días del último mes del año, Alimentos y bebidas mostró un aumento de precios de 8,2%, según EcoGo. Con diciembre completo mostraría una brutal variación de 28%. Para las consultoras privadas, el IPC de diciembre puede rondar entre el 20% o 25%. Sería el mayor salto del año.
La apuesta del gobierno de Milei es un plan de shock anunciado ayer a través de un video grabado por su ministro de Economía, Luis Caputo. Implica la eliminación del déficit financiero (5,2% del PBI) este año mediante una significativa baja de gastos y también una suba de impuestos. Además del ancla fiscal -más exigente que la que prometía el país ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), con un rojo de 1,9% del PBI-, y tras un realineamiento de precios relativos -un dólar comercial por arriba de los $800 y un desdoblamiento-, habrá además un ancla cambiaria, ya que la entidad monetaria que conduce Santiago Bausili moverá sólo 2% mensual el tipo de cambio para intentar contener la inercia de precios.
En el Ministerio de Economía trabajan además en mecanismos de contracción de la cantidad de pesos en la economía –un menú de bonos, por ejemplo, para los importadores- a lo que se agrega que no habrá monetización del déficit si este efectivamente deja de existir. También piensan en sumar US$5000 millones del campo al Banco Central, y creen que el impacto de la fuerte baja del gasto sumado a la licuación de los ingresos –que caen hace seis años- provocará una recesión que contendría la inflación. En el Gobierno no quieren hacer proyecciones, pero ven una desaceleración -tras un fogonazo inicial- luego de tres meses que podrían promediar un 40% de suba de los precios en conjunto. El pico, estimaron fuentes del equipo económico, podría verse en diciembre luego del realineamiento de precios relativos.
De hecho, el presidente Milei pronosticó una estanflación –recesión más inflación- por los próximos entre 18 y 24 meses debido al rezago que tiene la política monetaria expansiva que dejó el gobierno saliente.
Los analistas privados que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central estimaron una inflación mensual de 11,5% para noviembre y una inflación para todo el año de 185%. Quienes mejor pronosticaron esa variable, el llamado “top 10″, esperaban en el relevamiento de fines de octubre una inflación de 11,9% para noviembre y de 188,6% para 2023. Respecto del IPC núcleo, los participantes del REM ubicaron sus previsiones para 2023 en 194,5%. Hoy se conocería el nuevo REM.
El IPC porteño había mostrado para noviembre de 11,9%, con una fuerte suba de los alimentos, hasta 14,2%. En tanto, la “inflación de los trabajadores” que calcula la UMET había previsto un 12,1% para noviembre, con una aceleración frente a octubre. “La aceleración de la inflación del mes pasado se produjo mayormente tras el balotaje del 19 de noviembre. La perspectiva de devaluación sumada a la desregulación de precios, tras las primeras medidas del nuevo Gobierno, viene generando desde entonces intensas subas de precios, que dejan un fuerte arrastre para diciembre. Con total seguridad, 2023 será por lejos el año de mayor inflación desde la híper de 1990″, escribieron.
La visión de los analistas
“Dado el brusco salto del tipo de cambio oficial, nuestra estimación de inflación para el bimestre diciembre y enero -asumiendo que el impacto de la devaluación se distribuye en ambos meses al efectuarse a mediados de mes- treparía a 25% mensual”, afirmó un informe de Equilibra. “Sería mayor si se aplicara una ajuste de tarifas de servicios públicos, pero como lleva tiempo implementarlo, estimamos se haría recién en febrero de 2024. No hemos calculado el impacto tarifario con precisión, pero estamos hablando de tarifas de electricidad y gas que se multiplicarían por más de cuatro. AySA podría tener una suba múltiplo de tres. A su vez, el impacto sobre la actividad y empleo será muy contractivo”, advirtieron.
En LCG, la economista Melisa Sala contó que la primera semana de diciembre cerró con una inflación de alimentos de 7,4%. “Es el registro más alto desde que realizamos el relevamiento”, dijo. En las semanas previas, ya habían subido 4,3% y 3,3% por semana semanal, respectivamente. “Con esto, la inflación acumulada en las últimas cuatro semanas asciende a 17,5%. Las subas son bastante generalizadas: el 53% de los productos relevados sufrió un aumento en la semana, esto quiere decir que toda la canasta ajustaría al menos dos veces al mes, lo que muestra una inercia que corre cada vez más rápido”, dijo.
“En el marco de la eliminación de controles, liberación de precios que estaban contenidos y ajustes preventivos para tratar de conservar márgenes sobre productos que ya fueron aumentando, esperamos un marcado ascenso de la inflación en el corto plazo. Sobre esto se suma el efecto de la eliminación de subsidios sobre las tarifas energéticas y de transporte, y el ajuste previsible de los bienes transables ante la devaluación del dólar oficial y la suba de impuesto país para las importaciones”, agregó Sala.
“Que este salto de precios no derive en un salto inflacionario, dependerá de la pericia del Gobierno en la implementación de un programa de estabilización”, estimó y agregó: “Habrá que ver el éxito que logre tener en anclar expectativas a través del ajuste fiscal que fue anunciando en números, pero que todavía no está del todo claro cómo va a aplicar. Nuestra proyección es de una inflación navegando en torno a 20% en los próximos meses”, dijo. La especialista afirmó que creen que el año terminará en un 200%.
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