Con información de La Nación/GDA
En los últimos días, decenas de manifestantes autoconvocados se lanzaron a las calles en Argentina en contra el anunciado Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Ante las protestas y cacerolazos, el presidente Javier Milei respondió con ironía y publicó en su cuenta de Instagram una caricatura suya.

En la imagen se ve al mandatario abriendo una celda e invitando a salir a un hombre que está adentro protestando con una cacerola. El dibujo fue compartido sin descripción.

Este mismo jueves, Milei había señalado que en el país "puede ser que haya gente que sufra el síndrome de Estocolmo, que están enamorados del modelo que los empobrece" y que, además, "hay gente que mira con nostalgia, amor y cariño al comunismo".

Entonces defendió las medidas anunciadas y adelantó que "vienen más". Fue entonces que Milei advirtió a los diputados y senadores que no lo apoyen en el Congreso con sus reformas que: “Quedarán en evidencia frente a los argentinos quienes están en contra del progreso y quienes son casta. Acá es ganar libertades, competitividad y bienestar en términos de mejores bienes a mejor precio”.

Este viernes, el gobierno de Milei vuelve a desplegar un fuerte operativo de seguridad ante una nueva jornada de protestas. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que desde la madrugada se activó otra vez el nuevo protocolo de actuación de las fuerzas federales ante la manifestación en el centro porteño convocada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y organizaciones sociales en rechazo del megadecreto anunciado.

Según lo acordado entre las autoridades nacionales y porteñas, el Gobierno de Milei desplegó a las fuerzas federales -la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura Naval-en los accesos a la Capital, como el Puente Pueyrredón o el Puente La Noria; en edificios públicos, como la Casa Rosada y el Congreso. La intención de las autoridades nacionales es lograr de esa forma un efecto “disuasivo” en las zonas que están bajo jurisdicción federal.

Habrá estrictos controles para obstaculizar el ingreso de manifestantes que circulen con el rostro tapado o porten palos u otros “elementos contundentes”.

El esquema de seguridad para evitar piquetes en las principales arterías de la Ciudad estará a cargo del gobierno de Jorge Macri, que tiene su propio plan de procedimiento y no adhiere al protocolo de Bullrich. Las fuerzas federales solo intervendrán en caso de que haya un requerimiento formal del gobierno porteño. Es decir, en el supuesto de que la policía de la Ciudad se vea superada por los manifestantes y no logre despejar los cortes.