EFE
El presidente argentino Javier Milei anticipó ayer miércoles que despedirá a unos 50.000 empleados públicos más, continuará con su plan de ajuste a las cuentas del Estado y vetará cualquier modificación legislativa que “quiera romper el equilibrio fiscal”.
Durante su disertación en el décimo foro empresarial latinoamericano (Latam Economic Forum) que se celebra en Buenos Aires, Milei dijo: “A diferencia de otros que con ajustes de medio punto terminaron volando por los aires, nosotros hicimos el ajuste de siete puntos, estamos acá parados y vamos a seguir dando la pelea”.
El jefe de Estado explicó que el recorte del déficit en siete puntos del PIB argentino se ha hecho para buscar el “orden” en las cuentas estatales e indicó que no permitirá que lo pongan en riesgo, tras la aprobación por parte de la Cámara de Diputados de la reforma jubilatoria este martes, a la espera ahora de lo que suceda con el trámite en el Senado.
“Cada vez que los degenerados fiscales de la política quieran ir a romper el equilibrio fiscal, les voy a vetar todo. ¡Me importa tres carajos!”, advirtió en alusión a los grupos de la oposición que apoyaron la recomposición de los ingresos para los jubilados.
Al hablar de austeridad fiscal, defendió la reducción del número de ministerios de su Gobierno y los despidos de empleados públicos, que han rechazado la medida con la movilización de los sindicatos más grandes del país.
“Sabíamos que el programa iba a generar tensión social. Llevar la cantidad de ministerios a la mitad no fue gratis. Despedimos gente y vamos a terminar echando 75.000 personas y llevamos 25.000. Eliminamos las transferencias discrecionales, la obra pública y eliminamos contratos”, destacó.
A nivel económico, Milei auguró que al finalizar su primer año de mandato Argentina tendrá resultados primarios y financieros positivos, pero puntualizó que se debe terminar con los pasivos remunerados en el Banco Central y las opciones de venta, para poder liberar el cepo cambiario.
“Estamos trabajando para resolver ese problema, cuando lo hagamos, ¡chao, cepo (cambiario)! Pero lo primero que había que hacer era sincerar el mercado de cambios”, explicó.