Milei juró como presidente: "Prefiero decirles una verdad incómoda, antes que una mentira confortable"

Javier Milei asumió la Presidencia en Argentina con la promesa de sacar a su país de años del estancamiento económico: se tomarán medidas duras y la situación empeorará antes de comenzar a mejorar.

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Javier Milei y su hermana Karina durante la ceremonia de asunción presidencial
Javier Milei y su hermana Karina durante la ceremonia de asunción presidencial
Foto: AFP

Redacción El País
Javier Milei juró ayer como presidente de Argentina, cargo que asume con el pronóstico anunciado de aplicar un tratamiento de shock para sacar al país de la crisis. No hay alternativa al shock ni al ajuste”: esa fue la sentencia que resonó durante toda la ceremonia en el Congreso.

Milei siguió el protocolo y juró: “por Dios y por la Patria, sobre estos Santos Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente de la Nación Argentina”. Además, el libertario firmó ayer su primer Decreto de Necesidad y Urgencia, que reduce los ministerios de 18 a 9.

Recibió del mandatario saliente, Alberto Fernández, la banda y el bastón presidencial. El ahora expresidente le estrechó la mano, le dijo algunas palabras y se retiró del recinto. Tras el juramento de Milei como nuevo mandatario, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, hizo lo propio, momento en el que Cristina Kirchner dejó la Asamblea Legislativa en manos de su sucesora.

“Es un momento que quedará para siempre en nuestros corazones y queremos agradecerles este gesto de acompañarnos de todos los países del mundo y todas las provincias”, dijo la abogada que quedará encargada de la Cámara Alta por el período 2023-2027.

Antes del juramento, ambos debieron pasar por el Libro de Visitas Ilustres. Lo llamativo fue que, además de la rúbrica de cada uno, Milei escribió su famoso lema “Viva la libertad, carajo”, y Villarruel agregó: “Todo por Argentina”. En el interior del Congreso, se encontraba la amplia delegación de representantes internacionales invitados a la ceremonia.

Pasado el mediodía, el presidente pronunció su discurso desde las escalinatas del Congreso. Flanqueando el atril, sentados, estaban el presidente Luis Lacalle Pou; el rey Felipe VI de España; los presidentes de Ucrania, Volodimir Zelenski; Chile, Gabriel Boric; de Paraguay, Santiago Peña; y de Ecuador, Daniel Noboa, así como el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, entre otros.

Con el líder ucraniano, Milei mantuvo unos minutos de conversación antes de fundirse en un abrazo de agradecimiento por haberse desplazado hasta Argentina en medio de la guerra que sufre su país por la invasión de Rusia.

También estaban entre los invitados a los expresidentes de Argentina Mauricio Macri y de Brasil, Jair Bolsonaro.

Una vez finalizado el discurso, que tuvo un tono duro y anticipó un ajuste sin gradualismos e incluso un aumento de la inflación y la pobreza, Macri tuiteó: “Felicitaciones Presidente Milei! No le sacaría ni una sola coma a su discurso en el Congreso. No puedo estar más de acuerdo con sus palabras de hoy”.

Ya en la Plaza de Mayo, el presidente se bajó del auto que lo trasladaba desde el Congreso y siempre junto a su hermana -quien se agarró de su brazo- avanzó por la Avenida Rivadavia hasta la Casa Rosada, mientras saludaba a parte de los miles de simpatizantes apostados detrás de las vallas.

Incluso rompió el protocolo y se acercó hasta ellos. Escoltaban el Mercedes descapotable una reforzada escolta del Comando Unificado.

En el camino, se volvieron a bajar Javier y Karina Milei para acariciar a un perro Golden que se cruzó en su camino junto a su dueña.

La devoción de Milei por los perros es uno de sus rasgos identitarios. Llegó a ser, de hecho, un punto de contacto con el expresidente Alberto Fernández. Durante la reunión de transición el 18 de noviembre, Milei le pidió conocer y saludar a Dylan, el perro del expresidente.

Ya en la Casa Rosada lo recibió el excanciller macrista Jorge Faurie, ahora integrado a sus equipos, acompañado por personal de la Casa Militar.

Más adelante lo esperaba su ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. En ese momento fue el saludo protocolar con los líderes que asistieron a la ceremonia. Allí, Volodimir Zelenski le regaló una Menorá, un candelabro de aceite de siete brazos sagrado del judaismo. Ya sobre las 16.00, el presidente Milei se dirigió a más de 20 mil personas que lo esperaban en los alrededores de la Casa Rosada, quienes coreaban “¡libertad, libertad!”.

Allí comenzó a cantar la canción de La RengaPanic Show”, la misma que cantó durante su acto de cierre de campaña de las elecciones generales, aquel 19 de noviembre en el Movistar Arena. Tras eso, reforzó frases de su discurso de asunción, dijo que termina “la noche populista”, repitió la definición de liberalismo y cerró: “Que las fuerzas del cielo nos guíen”.

Milei se sentó, finalmente, en el Sillón de Rivadavia -en alusión a Bernardino Rivadavia, el primer presidente argentino, en 1824-. Un video del presidente acomodándose la melena se hizo viral en redes sociales.

La silla se instaló en 1898 como asiento oficial durante la primera Presidencia de Julio Argentino Roca y recibió ese nombre en honor al que utilizó el primer jefe de Estado de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

En secreto

La jura de los ministros tuvo una particularidad: no fue emitida. Los funcionarios dieron su palabra en secreto, sin prensa. Milei tenía pautada la toma de juramento a sus nueve ministros y el jefe de todos ellos, Nicolás Posse, en una ceremonia en el Salón Blanco de Casa Rosada. Sin embargo, y pese a que se contemplaba su transmisión por sistema cerrado, y a que inicialmente se esperaba que la prensa acreditada accediera, nada de eso sucedió.

De ese modo, el libertario tomó juramento a Patricia Bullrich para Seguridad; Mariano Cúneo Libarona para Justicia; Luis Caputo, para Economía; Sandra Pettovello para Capital Humano; Diana Mondino para Relaciones Exteriores; Guillermo Ferraro para Infraestructura; Mario Russo para Salud; Guillermo Francos para Interior y Luis Petri para Defensa, bajo un inusual hermetismo.

El hecho no registra antecedentes. Se trata de un acto público y, a contramano de lo sucedido antes, fue el primero en no transmitirse. En general es un procedimiento protocolar sin ningún tipo de conflicto.

La jornada continuó con una ceremonia interreligiosa en La Catedral Metropolitana de Buenos Aires y finalizó con un show en el Teatro Colón. (Con información de La Nacióm/GDA)

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