Milei será padrino de un séptimo hijo varón; ¿En qué consiste esta tradición que sólo Argentina conserva?

Según la Ley de Padrinazgo Presidencial, la familia de un séptimo hijo varón o mujer tiene derecho a solicitar que el presidente apadrine al niño. La norma tiene origen en una vieja leyenda rusa.

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Noah portillo será el primer ahijado del Presidente Javier Milei, quien es el primer mandatario, desde 1983, que no tiene hijos.
Foto: La Nación / GDA

Redacción El País
Según establece la ley y la tradición argentina, el presidente Javier Milei será padrino del primer séptimo hijo varón nacido desde su asunción, el 10 de diciembre. El bebé se llama Noah Portillo, hijo de Mirta Portillo, una misionera que vive desde hace 20 años en Río Gallegos, la capital de Santa Cruz, consignó este jueves La Nación.

Nacido este martes el Hospital Regional de Río Gallegos, Noah es el séptimo después de Adam (18), Ivan (16), Tiago (12), Aaron (10), Ezel (8) y David (2).

Según escribe el periodista Martín Boerr para La Nación, en el hospital mismo le dijeron a la mamá que por la Ley de Padrinazgo Presidencial, la familia tiene derecho a solicitar que Javier Milei sea el padrino de su hijo. “Me dijeron que están haciendo contacto con el presidente, así que podría ser el ahijado”, señaló la madre, de 41 años, en diálogo con FM Santa María de las Misiones.

Lo particular del caso es que Noah nació en la cuna del kirchnerismo, en la ciudad natal del expresidente Néstor Kirchner. El mandatario ya estuvo allí cuando hizo escala antes de su viaje a la Antártida en enero de este año. No obstante, no es obligatorio que asista al bautismo de su primer ahijado, aunque sí debe designar un funcionario que lo represente.

Padrinazgo por ley

La ley 20.843 establece que el séptimo hijo de una familia, sea varón o mujer, puede recibir el padrinazgo del presidente de la Nación. También se cuentan los hijos adoptivos. Si la familia hace los trámites, el presidente no puede negarse a ser padrino.

La norma fue sancionada por María Estela Martínez de Perón en 1974, pero la costumbre tiene más de 100 años en Argentina. La primera presidenta mujer también sumó a las séptimas hijas mujeres dentro de la normativa.

Ley de padrinazgo presidencial.
Ley de padrinazgo presidencial.
Foto: archivo

Lejos de terminar con la tradición, Cristina Kirchner amplió la norma en 2012 al incluir al séptimo hijo o hija de cualquier credo, no sólo a los bautizados católicos, como era hasta el momento. Eso sí: el culto o la religión que profese la familia debe estar inscrito en la Dirección General del Registro Nacional de Cultos.

Qué implica que un presidente sea padrino de un séptimo hijo

Los padrinos presidenciales deben ayudar a sus ahijados en su desarrollo educativo mediante becas. Pero no sólo eso: según la norma, el padrinazgo consiste también en la entrega de “una medalla de oro recordatoria”.

En cuanto a la ayuda económica, “el Estado asegurará la realización gratuita de estudios a toda persona que haya sido apadrinada por el titular del Poder Ejecutivo”, establece la reglamentación de la ley. Incluso marca, en su artículo 3, que la Presidencia deberá contemplar la provisión de libros y útiles “y todo aquello que sea inherente al alojamiento, alimentación y recreación del becario”.

El apoyo económico queda bajo la órbita de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación —hoy a cargo de Karina Milei—. Cuando esta “lo estime pertinente” contribuirá “mediante los medios que considere necesarios al bienestar del ahijado/a”. El gasto que demande el padrinazgo será imputado a las partidas presupuestarias de esa secretaría.

Actualizados a 2023, según Clarín, para el nivel inicial y primario la cifra era de $40.000 anuales; para el nivel secundario, $51.000, también por año; y para el nivel superior (universitario y no universitario) de $76.400.

El curioso origen de la tradición que sólo Argentina perpetúa

El mito llegó a Argentina de la mano de inmigrantes rusos. En la época de Catalina la grande, estaba extendida la creencia de que sobre el séptimo hijo varón caería la maldición del “lobizón”, un hombre lobo. De la misma forma, la séptima hija sería una Vid'ma, una bruja. Sólo la protección imperial los protegería de ese horror.

Los siglos pasaron. Era 1907. Los migrantes rusos Enrique Brost y Apolonia Holmann, asentados en el sureste argentino, le mandaron una carta al entonces presidente argentino, José Figueroa Alcorta, pidiéndole que fuera el padrino de su séptimo hijo para mantener la costumbre de su país natal, cuentan los historiadores. El mandatario accedió y el bautismo sucedió, siendo José Brost el primer ahijado presidencial oficial.

Fe de bautismo de José Brost, quien es considerado el primer ahijado "oficial" de los presidentes argentinos. Sus padres, Enrique y Apolonia Holmann eran rusos y le solicitaron al presidente Figueroa Alcorta que bautizara a su séptimo hijo varón, apelando a una costumbre de su país. SIn embargo, el hábito era ya de larga data en nuestro territorio.
Fe de bautismo de José Brost, ahijado de Figueroa Alcorta y considerado el primer ahijado "oficial" de los presidentes argentinos.
Foto: Archivo General de la Nación / La Nación (GDA)

Pero recién tuvo un marco regulativo siete décadas después, el 28 de setiembre de 1974, de la mano de María Estela Martínez de Perón. Rusia, en tanto, dejó de practicar la costumbre, lo que convierte a Argentina en el único país con una ley de estas características.

Hasta ahora, el presidente con más ahijados es Juan Domingo Perón, con 1.628 ahijados. Le sigue Carlos Saúl Menem con 1.166, mientras que la tercera en la lista es Cristina Fernández de Kirchner, que figura con 1.152. El último padrino en la lista es Eduardo Duhalde, con uno.

Carlos Saúl Menem y uno de sus ahijados, Mateo Caligari.
Carlos Saúl Menem y uno de sus ahijados, Mateo Caligari.
Foto: La Nación

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