EFE, La Nación (GDA)/ Camboriú, Buenos Aires
El presidente argentino, Javier Milei, tenía previsto viajar ayer sábado a Camboriú, Brasil, para reunirse con el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro y participar en la quinta reunión del capítulo latinoamericano de la 5ta. Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC), considerado el mayor foro de ultraliberales del mundo.
La reunión de estos líderes es vista como una provocación al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, dado que no está en los planes que el libertario argentino se reúna con el mandatario brasileño, a quien ha insultado en anteriores oportunidades. Las relaciones entre ambos son nulas, desde que Lula manifestó su apoyo en la campaña electoral al candidato peronista Sergio Massa, a lo que Milei respondió tildando al jefe de Estado brasileño de “corrupto” y “comunista”.
Miembros del Gobierno brasileño ya cuestionaron en esta ocasión las prioridades de Milei y el que decidiera dedicar su primer viaje a Brasil desde que asumió su mandato en diciembre para una visita privada en la que se encontrará con Bolsonaro, principal adversario político de Lula.
Analistas piensan incluso que Milei podría despacharse contra el izquierdista brasileño en este encuentro de la CPAC, tal como lo hizo contra el jefe de Estado español, Pedro Sánchez, cuando asistió a una reunión también de derechistas convocada por el partido Vox en Madrid.
No obstante, la solo presencia de Milei en Camboriú este fin de semana, cuando mañana lunes comienza una Cumbre del Mercosur a la que no asistirá, ya es vista como una manera de crispar las relaciones con Lula, advierten analistas de ambos países.
Firme
Bolsonaro afirmó ayer sábado que no retrocederá en su carrera política pese a todos los procesos judiciales que enfrenta, ante miles de sus correligionarios y simpatizantes que dejaron claro que no aceptan otro candidato para las presidenciales de 2026.
“A pesar de la Policía Federal haber ido tres veces a mi casa y a que aún enfrento unos 300 y pocos procesos, vale la pena seguir. No vamos a retroceder”, afirmó el líder en su intervención en la CPAC. El capitán de la reserva del Ejército hizo ese comentario dos días después de que la Policía Federal le formulara cargos por asociación para delinquir, peculado y lavado de dinero en un caso en que lo investiga por el intento de apropiación de unas valiosas joyas que países árabes le obsequiaron a la Presidencia brasileña, entre otros cargos e investigaciones que enfrenta.
También se lo señala como inductor de los ataques antidemocráticos del 8 de enero de 2023, cuando sus seguidores intentaron forzar un golpe de Estado contra el presidente Lula da Silva.
“Fui condenado por reunirme con diplomáticos (ante los que puso en duda la fiabilidad del sistema electoral brasileño) mientras que otros se reunieron con delincuentes”, afirmó en una aparente referencia a Lula.
Ayer afirmó que, si los brasileños votan con la razón en las próximas elecciones, la derecha tendrá una amplia mayoría en el Congreso para imponer los cambios que el país necesita mediante leyes sin la necesidad de recurrir a decretos (presidenciales).
Bolsonaro destacó los éxitos que la derecha viene cosechando en todo el mundo y citó las victorias en las elecciones al Parlamento Europeo, la de Milei en Argentina, la de Meloni en el Gobierno de Italia y, “si Dios quiere, la de (Donald) Trump en noviembre”.
Máxima tensión
La presencia de Milei, en el evento de la derecha internacional en Camboriú elevó a la máxima potencia la tensión entre el jefe de Estado y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Hasta ahora, las relaciones bilaterales se venían manejando con cautela por las cancillerías de los dos países, que lograron, por algunos meses, establecer espacios de trabajo y cooperación a pesar de las ofensas de Milei al brasileño en la campaña del 2023 -reiteradas recientemente-, y la exigencia de Lula de un pedido formal de disculpas como condición para evaluar cualquier tipo de acercamiento.
En Brasilia, fuentes del gobierno consideran que el presidente argentino es el principal responsable por la crisis bilateral, y que sus ataques a Lula no pueden ser equiparados a la frialdad del presidente brasileño ante algunos gestos de Milei desde que llegó al poder. Brasil y la Argentina viven hoy la crónica de un desastre anunciado. Basta remontarse al 2023 para entender cómo se llegó al punto actual, en el que el gobierno de Lula está preparado para reaccionar con dureza en caso de que el presidente argentino reitere sus agravios al brasileño en Santa Catarina, al lado del expresidente Jair Bolsonaro.
Ante una ofensa de Milei a Lula en territorio brasileño, la respuesta del Palacio de Planalto probablemente será llamar a su embajador en Buenos Aires, Julio Bitelli, a consultas. Eso no ocurre desde 1906, cuando el entonces canciller de Brasil, el Barón de Rio Branco, considerado el padre de la diplomacia brasileña, convocó al embajador de su país en la Argentina en medio de conflictos desencadenados por la demarcación de fronteras.
Si la escalada de tensión no cediera, evalúan en Brasilia, el paso siguiente sería retirar al embajador de la Argentina y dejar la embajada en manos de un encargado de negocios. En paralelo, el nuevo embajador de la Argentina en Brasil, Daniel Raimondi, llegará esta semana a Brasilia, y como todavía no presentó cartas credenciales al presidente Lula, comentaron asesores del presidente brasileño, ese trámite podría demorarse. Una agudización de la crisis podría impactar en acuerdos comerciales, negociaciones e inversiones, aunque se espera que no se llegue a ese extremo.
Prófugos brasileños escondidos en argentina
En medio de todo esto, recuerdan fuentes de Brasilia según La Nación, está la situación de los bolsonaristas prófugos de la Justicia brasileña que están escondidos en Buenos Aires. Decenas pidieron refugio en ese país, y la duda es qué hará el gobierno de Milei cuando lleguen los pedidos de extradición. Otra prueba de fuego para la relación entre los dos países.
Otros participantes al congreso derechista
Entre los referentes de la derecha latinoamericana esperados en estos dos días de conferencias, está el chileno José Antonio Kast, líder del movimiento Acción Republicana, fundador del Partido Republicano y que fue derrotado en la segunda vuelta de las últimas elecciones presidenciales en Chile por Gabriel Boric.
Kast aseguró que, actualmente con Javier Milei en Argentina y por lo que hizo Jair Bolsonaro en Brasil, Latinoamérica está “testimoniando que los gobiernos de derecha pueden recuperar los países destruidos por la izquierda”.
“Son líderes de derecha que están recuperando y reconstruyendo países que han sido duramente afectados por la izquierda radical”, aseguró en entrevista Kast en Camboriú.
Igualmente está prevista la participación del ministro de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Gustavo Villatoro, uno de los principales colaboradores del presidente Nayib Bukele, quien ha sido tanto alabado como rechado por la opinión pública mundial por sus acciones represivas.
El representante de México será el actor y cantante Eduardo Verástegui, conocido por su radical campaña de combate a la legalización del aborto.
La gran mayoría de los participantes del evento, sin embargo, son los líderes del bolsonarismo en Brasil, entre ellos el hijo del expresidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, así como los también legisladores Nikolás Ferreira, el exministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles y el pastor y senador Magno Malta.