Redacción El País
Decenas de miles de personas coparon las calles de varias ciudades argentinas en una marcha masiva para repudiar los recortes de fondos a la universidad públicas. Se trata de la mayor manifestación hasta el momento contra la política de ajustes del presidente Javier Milei. Solo en la Ciudad de Buenos Aires, se calculó una asistencia de al menos 150.000 personas a las 18:00, hora en que comenzó el acto en la Plaza de Mayo.
La referente de Madres de Plaza de Mayo, Taty Almeida, fue la primera en tomar la palabra al comienzo del acto central. “Es una marcha pública política, pero no partidista”, expresó Almeida ante la multitud. Adolfo Pérez Esquivel, premio Nóbel de la Paz, también se dirigió a la multitud presente en la plaza: “Ustedes nos dan mucha esperanza para construir un mundo mejor, defendemos la universidad pública, libre y gratuita, que es una de las grandes conquistas de nuestro pueblo y a la que no vamos a renunciar”.
Piera Fernández de Piccoli, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), fue la encargada de leer la proclama en la que desestimó que hubiera un consenso con los funcionarios del Poder Ejecutivo, luego de los aumentos anunciados en las últimas horas. “El aumento anunciado por el gobierno es absolutamente insuficiente”, sostuvo. “La universidad pública argentina atraviesa un período crítico como consecuencia de la política implementada por el gobierno nacional”, señaló el texto que leyó la dirigente estudiantil.
El reclamo universitario consiguió un consenso que se extendió incluso a sectores “dialoguistas” con los libertarios. Desde la Unión Cívica Radical (UCR) hasta el Partido Justicialista (PJ), pasando por la Coalición Cívica (CC), el Frente Renovador (FR) y el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) dijeron presente. Desde el sector gremial, la CGT, las dos vertientes de la CTA y grupos piqueteros que integran la UTEP y el Polo Obrero se sumaron a la convocatoria, al igual que los gremios docentes Suteba y Ademys.
También adhirieron desde instituciones privadas, como estudiantes de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), la Universidad de San Andrés y la Universidad Torcuato Di Tella.
Presupuesto
Pese al aumento anunciado por el Gobierno la semana pasada y efectivizado el lunes por la noche, el presupuesto 2024 para las universidades nacionales continúa siendo el más bajo desde que se tiene registro. El dato se desprende del informe actualizado de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) realizado sobre la base de datos de la plataforma oficial Presupuesto Abierto.
Aun con las últimas modificaciones anunciadas el jueves pasado por el Ministerio de Capital Humano, el presupuesto actual es un 71% más bajo que el de 2023.
Con una inflación interanual cercana al 300%, las universidades comenzaron el año -al igual que tantas otras áreas del Estado- con el mismo presupuesto que en 2023 ($1.385.289,5 millones de pesos argentinos), dado que el de 2024 nunca se aprobó en el Congreso.
Un día antes del primer paro universitario, el 14 de marzo pasado, el Gobierno anunció un aumento del 70% para los gastos de funcionamiento, que llevó el presupuesto a $1.415.918,98 millones. Solo implicó un aumento del 2% en el gasto vigente en comparación con el presupuesto inicial, dado que se trata de un ítem del número total.
Además del reclamo salarial docente, las universidades nacionales venían avisando desde principios de año que los fondos no alcanzarían para solventar la cursada de todo el año.
En febrero, la Universidad de Buenos Aires (UBA) manifestó su extrema preocupación; luego se declaró en emergencia presupuestaria.
Mientras, los rectores nucleados en el Consejo Universitario Nacional (CIN) alertaron que se vería “seriamente afectado el funcionamiento” de las instituciones.
Después llegaron las imágenes de la UBA a oscuras o los recortes en becas.
En concreto, de las partidas que reciben las universidades cada mes, cerca de un 90% se destina al pago de salarios que se renegocian a través de paritarias.
El 10% restante representa los gastos de funcionamiento, es decir, el dinero que envía el Estado mes a mes para mantener todos los esenciales y que las instituciones puedan funcionar. Incluye pagos de servicios públicos, infraestructura, limpieza, mantenimiento, financiamiento para becas y erogaciones que van desde comprar una computadora hasta proveer papel higiénico: todo lo que está por fuera del pago de sueldos.
La mayoría de las universidades optó por recortes en limpieza y seguridad. En algunas, incluso, como la Universidad de Hurlingham, cuyo rector es Jaime Perczyk, exministro de Educación nacional en la gestión de Alberto Fernández, limitaron el máximo de materias para inscribirse en primera instancia. También suspendieron becas para apuntes o equipamiento.
“A modo de ejemplo, las facturas de energía eléctrica se han multiplicado casi por siete en el período abril 2023-abril 2024 (577% de incremento). Si comparamos esas mismas facturas con lo abonado en febrero 2024, el incremento alcanza un 324% en tan solo los últimos dos meses”, apunta una resolución de la UBA. (Con información de La Nación/GDA)
Gobierno cerró la discusión
En el Gobierno afirmaron ayer que la polémica con las universidades está cerrada y que la convocatoria de ayer se trataba de “una marcha política”. En la Casa Rosada alegaban que ya estaban depositados los fondos para el funcionamiento de las universidades con un incremento del 70%, como fue anunciado el lunes en el Ministerio de Capital Humano. Con ese incremento, argumentan, se acumula un 140% dado por el Gobierno, mientras que las universidades insisten en que la diferencia pendiente ronda todavía un 160%. Para los funcionarios del presidente Javier Milei la marcha es “funcional a la casta” e “impulsada por la vieja política”. En esa línea aseguran que la presencia de la CGT y de referentes de la oposición -como el exministro de Economía y excandidato a presidente, Sergio Massa o el senador Martín Lousteau- no hicieron sino ratificar cuál es la “verdadera motivación” de la marcha. Como ya es característico, Javier Milei reposteó una catarata de tuis en su cuenta en la red social previo a la marcha. Uno de los mensajes era el de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: “Hoy vamos a ir a cuidar a los estudiantes Sergio Massa, Axel Kicillof, Hugo Yasky y Pablo Moyano”. Finalmente, la inédita concurrencia a la marcha en la Ciudad de Buenos Aires hizo imposible aplicar el operativo antipiquetes pese a la fuerte presencia policial.
Reaparición
Sergio Massa, exministro de Economía durante la gestión de Alberto Fernández, dijo presente en la marcha y aclaró ante las cámaras de Crónica TV que asistía a la manifestación en calidad de acompañante de sus hijos Tomás y Milagros y sus compañeros de estudio. “No voy hablar. Hoy hablan los rectores y los chicos”, se limitó a decir a los medios.
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