Redacción El País
Argentina votó este domingo 22 de octubre para elegir a su futuro presidente. En una jornada electoral a la que el libertario Javier Milei llegaba confiado de vencer, e incluso ganar en primera vuelta, el electorado sorprendió al colocar al ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, como candidato más votado, con un 36,68% de los votos. Milei quedó con un 29,98% y la representante de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, se despide de la carrera por la presidencia con el 23,83% de votos. ¿Qué fue lo que pasó?

“¿Cómo logra un ministro de Economía con un dólar blue a $ 1.100 y una inflación del 148% anual convertirse en el ganador de la elección? ¿Qué cambió para que el país, que se había teñido de violeta y lo había dejado tercero, vuelva a mirar con buenos ojos al gobierno que tiene un 40% de la población por debajo de la línea de pobreza?”, se pregunta José del Río, periodista de La Nación.

Frente a la propuesta de Bullrich de convocar al orden y la bimonetariedad, y a la de Milei, quien apela a dolarizar la economía argentina, “Massa empezó a trabajar sobre la suma de los miedos de su electorado”, enfatiza Del Río. “Había que emitir programas para ‘todos y todas’. De mínima, el barco llegaría a diciembre; de máxima, sería un problema para la presidencia, pero con margen para ganar tiempo. Así es como unos $3 billones se volcaron a los sectores más disímiles. Es decir, el equivalente a 1,5% del producto bruto interno de un país que necesita ordenar sus cuentas”, agrega.

Foto: agencias

“No la vieron venir”, titula Luis Bruschtein para Página 12. “No fue una elección más porque además de los problemas económicos estaban en juego valores básicos de la civilización”, detalla el periodista.

“Massa saca al peronismo de la sombra y cumplió su función de partir a la oposición”, se titula el editorial de Ricardo Roa para Clarín. "Son millones que no pueden expresar otra cosa que el rechazo creciente a la política, que puede haber dejado de encarnar Milei, ya miembro de la casta que estigmatizó", expresa.

"El miedo le ganó a la bronca", dice Marcos Novaro para TN. "El electorado diferenció claramente lo que estaba en juego en agosto de lo que se tenía que resolver ahora en octubre: que es mejor tener un mal gobierno que no tener ninguno. Así fue que el miedo se impuso esta vez a la bronca, en parte, aunque suene paradójico, porque la propia gestión oficial nos acercó al abismo de la hiperinflación y el estallido social", agrega.