Tras el inédito paro general en Argentina, la Justicia frenó la reforma laboral de Milei

Un fallo invalidó seis artículos laborales insertos en el decreto de necesidad y urgencia (DNU). No obstante, Milei ganó en otro frente: consiguió dictamen de mayoría sobre la ley ómnibus.

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En protesta al DNU y a la ley ómnibus, el sindicalismo paró y se movilizó a miles de personas
En protesta al DNU y a la ley ómnibus, el sindicalismo paró y movilizó a miles de personas.
Foto: AFP

Redacción El País
Cuando solo habían pasado 18 días desde la asunción de Javier Milei, el movimiento sindical anunció, por su celeridad, algo inédito en estos 40 años de democracia: la convocatoria a un paro general en protesta a las primeras medidas económicas del gobierno. La fecha: 24 de enero. Así, en un contexto de tensión social e indicadores económicos cada vez menos alentadores, la central sindical, la izquierda y el peronismo marcharon ayer hasta el Congreso de la Nación. Y pocas horas después, se anotaron un punto: un fallo de la Justicia frenó la reforma laboral que impulsaba el Ejecutivo dentro de su decreto de necesidad y urgencia (DNU).

Previamente, se habían otorgado medidas cautelares contra esos artículos, que, dicen, por ejemplo, que el derecho a realizar asambleas será “sin perjudicar las actividades normales de la empresa o afectar a terceros”; o el que interpreta como causal de despido bloquear o tomar el lugar de trabajo. Pero esta vez, la Justicia va más allá de lo cautelar: los artículos en cuestión solo serán ratificados en caso de que los vote el Congreso. Un obstáculo más para Milei, cuya relación con ambas Cámaras ha sido espinosa.

La nulidad de la reforma laboral fue reclamada por la central obrera, que también marchó ayer contra la ley ómnibus.

Sobre esta última, fue el gobierno el que se anotó un punto ayer al haber obtenido, en la madrugada, el dictamen de mayoría en el plenario de comisiones. Básicamente, esto permite que el proyecto pase a las cámaras para su debate.

Milei “está satisfecho, feliz”, dijeron ayer a La Nación fuentes cercanas al presidente. “Pero sabemos que es solo el primer paso”.

Jornada tensa

La movilización hacia el escenario dispuesto en la Plaza de los Dos Congresos comenzó poco antes del mediodía. La CGT no marchó sola: la medida de fuerza recogió el descontento de casi todos los sectores opositores al Gobierno.

A los camioneros, a los estatales, a los empleados de comercio y a los trabajadores de la construcción se sumó la Central de Trabajadores de la Argentina, así como también los distintos espacios que conforman Unión por la Patria, como el Frente Renovador del exministro Sergio Massa. Entre los asistentes destacó la presencia de la extitular del Aysa, Malena Galmarini, y la del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

Además de la izquierda, estuvieron presentes distintas organizaciones de derechos humanos, como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y un sinfín de movimientos sociales.

El titular del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, fue el primero en hablar en la columna de la CGT y apuntó contra los diputados de su espacio.

“¿Peronistas de qué? No se pueden privatizar las empresas del Estado”, lanzó el líder camionero. Pidió que Unión por la Patria rechazara el DNU y la ley ómnibus.

“Estamos para exigirles a los diputados y diputadas que hacen campaña cantando la marcha peronista, y cuando tienen que rechazar una ley que va en contra de lo trabajadores, se esconden y tenemos que ir a buscarlos a su despacho”, enunció.

En el tramo más duro de su discurso, el líder piquetero aludió a los dichos del presidente, quien sostuvo que al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, había que llevarlo a “pasear en andas”, por la inflación lograda en diciembre (25,5%).

“Pasear en andas, pero para tirarlo al Riachuelo”, espetó Moyano, lo que generó el rechazo del oficialismo.

Sobre la cifra de concurrentes a la movilización hubo discrepancias: desde el Gobierno nacional estiman que en la Ciudad de Buenos Aires participaron 40.000 personas, mientras que desde la central obrera afirman que 600.000 personas marcharon en el centro porteño y 1.500.000, en todo el país.

Pese a no haberse sentido la contundencia de otras jornadas de protesta sindical, el paro puso a prueba el operativo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Pese al gran despliegue de efectivos de las fuerzas de seguridad, la administración nacional y el gobierno de la Ciudad no pudieron impedir que hubiera cortes de calles, sobre todo, en las inmediaciones del Congreso. Por caso, la circulación estuvo interrumpida en la Avenida de Mayo y en la 9 de Julio, debido a la masiva afluencia de manifestantes. A pesar del caudal de gente, la protesta de la CGT fue pacífica y se desarrolló sin incidentes.

Mientras las miles de personas se trasladaban al Congreso, Bullrich recorrió el barrio porteño de Flores, donde visitó a comerciantes. La ministra buscó marcar un contraste entre la manifestación de los sindicalistas y los ciudadanos, quienes optaron por no adherir a la huelga.

Finalmente, desde las 19 horas hasta la medianoche, los servicios de transporte se vieron interrumpidos en todo el país. (Con información de La Nación/GDA)

“Sinsentido, complicación y pérdida de dinero”

Gobierno afirma que manifestantes son “un grupo minoritario”

El gobierno consideró que el paro general que tuvo lugar ayer es “un gran sinsentido, una complicación y una pérdida de dinero contra muchos argentinos”. “Va en contra de lo que quiere la mayoría: vivir en paz en un país donde se empiecen a hacer las cosas bien, entendiendo que es un momento sumamente complicado”, aseguró en su conferencia de prensa diaria desde la Casa Rosada el portavoz presidencial, Manuel Adorni.

El portavoz acusó a los convocantes de “intentar complicar la vida al resto de los argentinos”. “No dejan de ser un grupo minoritario”, consideró Adorni. También recordó que el Ejecutivo de Milei tiene abierta una línea telefónica, la 134. El número, habilitado por el Ministerio de Seguridad de la Nación para denunciar extorsiones para participar de marchas como la que encabezó la CGT, recibió en un mes 57.300 llamados. Dentro de ese universo, 30 movimientos sociales quedaron mencionados en 3515 denuncias, según la cartera que dirige Patricia Bullrich. En un informe del ministerio al que accedió La Nación, se menciona un caso de la zona de Guernica (partido de Presidente Perón, en el sur del conurbano bonaerense), en el que una beneficiaria del plan Potenciar Trabajo denuncia que una referente de un movimiento social le pedía una transferencia que varió entre los $5000 y los $10.000 para mantener el beneficio.

Manuel Adorni, vocero presidencial.
Manuel Adorni, vocero presidencial.

El oficialismo sobre los sindicalistas

“Oligarquía”

Diana Mondino - Canciller

“El paro no tiene justificación. Convocado por la oligarquía de millonarios con autos blindados y chofer, falsos representantes de los trabajadores, ratifica que estamos en el camino correcto. Las cosas se consiguen con esfuerzo, no llorando y pataleando. No les tenemos miedo”.

“Mafiosos”

Patricia Bullrich - Ministra de Seguridad

“Sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos, todos defendiendo sus privilegios, resistiendo el cambio que decidió la sociedad democráticamente y que lidera con determinación el presidente”.

“Cómplices”

Ricardo López Murphy - Diputado Nacional

“Hoy paran los cómplices del peor gobierno de la historia reciente. Los que perdieron toda legitimidad apoyando la inflación, la pobreza y el déficit kirchnerista. Sabemos que no defienden a ningún trabajador, defienden sus intereses y privilegios. Vayan a laburar”.

Luis Caputo, ministro de Finanzas
Luis Caputo, ministro de Finanzas
Foto: AFP

Polémica declaración

Luis “Toto” Caputo “al Riachuelo”

“Lo van llevar en andas, pero para tirarlo al Riachuelo”. Con esas palabras Pablo Moyano, líder de Camioneros, principal orador del acto de la CGT, apuntó directo al ministro de Economía, Luis Caputo, a quien advirtió que si lleva a cabo las medidas de ajuste anunciadas por el gobierno, habrá consecuencias.

El cotitular de la CGT acusó a Caputo de fugar 45 mil millones de dólares durante el gobierno de Macri, en el que ocupó el cargo de ministro de Finanzas. “Tendría que estar dando explicaciones y desfilando por tribunales”, señaló.

“Hace pocos días, el presidente dijo que al ministro de Economía, por las medidas que estaba tomando, había que llevarlo en andas. Y yo le digo, ante miles de compañeros, que si lleva adelante estas medidas económicas de hambre, ajuste y despidos, los trabajadores, los jubilados y los más humildes lo van a llevar en andas al ministro, pero para tirarlo al Riachuelo”, aseveró. Una vez finalizado el discurso, Moyano no se retractó, volvió a arremeter contra Caputo y trató de minimizar su frase al sostener que fue metafórica: ¿Te pareció desafortunado cuando (José Luis) Espert dijo “cárcel o bala contra los que cortan la calle”?, ¿ustedes lo criticaron? El presidente puteó al Papa, reivindicó a (Margaret) Thatcher, y nadie dijo nada.”

La respuesta de Caputo no tardó en llegar. El ministro optó por responder un mensaje del economista Javier Timerman en la red social X. “Que espanto escuchar a un dirigente sindical amenazar con tirar al riachuelo a Luis Caputo. Sin palabras. No hay lugar para esos dichos en una democracia”, escribió el analista financiero. “Gracias, Javier. Espero que la Justicia tome cartas en el asunto”, sostuvo Caputo.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también utilizó las redes sociales para responderle a Moyano. “¿Quieren tirar a Caputo al Riachuelo? La Prefectura lo va a sacar a flote”, escribió en Instagram.

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