El presidente sirio, Bashar al Asad, afirmó ayer que su país debe "erradicar el terrorismo" para encontrar una solución política a la guerra civil, después de que responsables rusos aseguraran que está dispuesto a organizar elecciones.
Cinco días después de una visita sorpresa a Moscú, Asad recibió en Damasco a una delegación de diputados y responsables rusos. Les repitió que la prioridad debía ser la lucha contra "los grupos terroristas", un término con el que el régimen se refiere a todas las organizaciones que luchan contra él, bien sean moderadas, islamistas o yihadistas. "La erradicación de las organizaciones terroristas ayudaría a alcanzar la solución política a la crisis siria que buscan tanto Siria como Rusia", declaró Asad, citado por la agencia oficial Sana.
Un miembro de la delegación rusa, el diputado Alexandre Yushchenko, indicó en Moscú que Asad está "dispuesto a celebrar elecciones con la participación de todas las fuerzas políticas que quieren que Siria prospere", una vez que el país haya sido "liberado" de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Según Yushchenko, Asad tiene intención de participar en esos comicios "si el pueblo no se opone a ello".
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, había asegurado el sábado que era "necesario preparar elecciones presidenciales y legislativas" en Siria.
Rechazo.
Asad, que llegó al poder en el año 2000, obtuvo un tercer mandato de siete años el 3 de junio de 2014, más de tres años después del inicio de la revuelta popular que se convirtió en guerra civil, a raíz de la sangrienta represión del régimen.
Consiguió entonces el 88,7% de los votos en unos comicios organizados en los territorios controlados por el gobierno. La oposición y los países occidentales se burlaron de esa "parodia de democracia". Los rebeldes sirios a los que apoya la comunidad internacional, rechazaron la propuesta de nuevas elecciones en el contexto actual. Samir Nashar, un representante de la coalición opositora, acusó a Moscú de intentar "eludir las demandas del pueblo sirio que quiere una salida de Asad". "Los rusos ignoran la realidad del terreno, con millones de personas desplazadas en Siria y que huyeron al extranjero. Cada día se destruyen las ciudades", añadió Nashar. "¿Qué elecciones se pueden celebrar en esas circunstancias?", se preguntó.
Desde marzo de 2011, la guerra causó la muerte de cerca de 250.000 personas y dejó cuatro millones de refugiados y siete millones desplazados.
Combates.
Aunque no se ponen de acuerdo sobre el futuro de Asad, Moscú y Washington multiplican las conversaciones. Ayer, en un nueva charla telefónica, Lavrov y su homólogo estadounidense, John Kerry, hablaron de las "perspectivas de solución política" al conflicto "por parte del poder sirio y la oposición patriótica", indicó el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores. La víspera, durante una breve visita a Riad, Kerry había insistido una vez más en la "necesidad de una transición sin Asad".
El responsable de la diplomacia saudita, Adel al Jubeir, abundó este domingo en esa idea y aseguró que Asad "no desempeñará ningún papel en el futuro de Siria"
Moscú intenta devolverle un rol central al presidente sirio, cuya posición se vio debilitada por una serie de derrotas militares antes de que Rusia iniciara su campaña de bombardeos en Siria, el 30 de septiembre. Los ataques rusos permitieron varias ofensivas terrestres con resultados desiguales. Cuarenta y tres miembros de las tropas gubernamentales y 28 combatientes del EI murieron en las últimas 48 horas, en una batalla por el control de una carretera estratégica en la provincia de Alepo (norte), según la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
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