ARGENTINA
Reivindican al “gordo del mortero” que estuvo en Uruguay
Un sector de la izquierda, nucleado en el partido PSTU, protagonizó incidentes ayer jueves en las inmediaciones del Congreso argentino mientras la Cámara de Diputados analizaba el acuerdo con el FMI. Tras iniciar una quema de gomas y en medio de una columna de humo, el grupo comenzó a arrojar piedras contra el Palacio Legislativo.
Minutos después de iniciado el ataque con piedras al Congreso, efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires llegaron al lugar y lograron hacer retroceder a los manifestantes violentos por avenida de Mayo hasta la avenida 9 de Julio, en medio de las corridas de comerciantes para proteger sus negocios y de los transeúntes, que buscaban evitar quedar en medio de las piedras y balas de goma.
En medio de los incidentes, la policía detuvo a un manifestante y denunció que cinco uniformados sufrieron heridas: uno sufrió el impac-to de una bomba molotov -aunque se encuentra ileso-, dos fueron alcanzados por piedras, una oficial se descompensó y otra tuvo un esguince de tobillo. También advirtieron que la falta de un vallado en la zona para proteger al Congreso fue decisión del gobierno nacional.
Una vez identificados los grupos violentos, se dialogó con los referentes de las otras agrupaciones de izquierda que se manifestaban en el lugar para que se desplazaran a un costado, porque había niños y bebés en la marcha.
Luego de la intervención policial y el desplazamiento de los manifestantes, sobre la esquina de las avenidas Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen quedaron las marcas de la violencia: baldosas y cordones reducidos a escombros y polvo tras ser destruidos por los manifestantes para obtener piedras; paredes pintadas con consignas contra el FMI y el presidente Alberto Fernández; restos calcinados de gomas y contenedores de basura; y carteles y bancos de la plaza destruidos.
Desde la explanada del Congreso se observaban también los impactos de bombas de pintura sobre las paredes del Palacio así como las ventanas rotas por los piedrazos, lo mismo que las farolas históricas destruidas.
Otros sectores de izquierda no involucrados con el ataque al Palacio Legislativo -la mayoría- se replegaron sin enfrentarse con la policía. Mientras se sucedían los incidentes, en el recinto de la Cámara de Diputados continuaba sin interrupciones el debate por el acuerdo con el FMI.
Según pudo constatar La Nación en el lugar, los grupos violentos reivindicaban a Sebastián Romero, conocido como el “gordo mortero”, quien se encuentra con prisión domiciliaria por haber participado de los incidentes en el Congreso en diciembre de 2017, contra la reforma jubilatoria que impulsó Cambiemos.
Romero fue detenido en Uruguay tras un tiempo escondido y enviado a Argentina.
La protesta inició sin presencia policial, aunque finalmente arribó una formación de infantería y otra motorizada de la Policía de la ciudad de Buenos Aires, portando escudos en la intersección de Yrigoyen y Entre Ríos.
“Esto que pasó es un incidente menor que no cambia una marcha multitudinaria. Acá seguimos peleando contra este pacto con el Fondo. Esta refriega menor no cambia el eje político de la jornada: que el Gobierno y el macrismo llegaron a un acuerdo para votar el pacto con el FMI. Nuestra disposición es quedarnos hasta el final de la sesión”, le dijo a La Nación el legislador porteño Gabriel Solano, del Partido Obrero.
El despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner fue atacado por los manifestantes que arrojaron piedras contra los ventanales del primer piso del Senado, rompiendo varios de ellos. Según pudo saber La Nación, la vicepresidenta se encontraba en el lugar en el momento del ataque.
Los objetos contundentes también impactaron contra despachos y dependencias de la planta baja y del segundo piso del Senado. (Con información de La Nación/GDA).