Pensilvania | Sentada en el balcón, la joven estadounidense de 26 años acaricia su panza de seis meses de embarazo. Pero los gemelos que está gestando no son suyos. Brandy Hummel, residente de Pensilvania, aceptó a principios de este año brindar su vientre para gestar el hijo de una pareja que vive en Nueva York, a 400 km. de su casa.
El contrato, extremadamente preciso, fue negociado por la abogada Melissa Brisman, cuya oficina está en el vecino estado de Nueva Jersey. "Alquilar" el vientre de una mujer a cambio de dinero está prohibido en varios estados estadounidenses, incluido Nueva York, pero en Pensilvania es legal.
El estudio de Brisman tiene a cargo más de 150 gestaciones de ese tipo cada año, y estima que el total en Estados Unidos es de alrededor de 6.000. Las cifras oficiales son inexactas, dado que en muchos casos no se declara, explicó la abogada, que asegura haber visto cómo en sus 13 años de práctica legal se disparó la demanda. Las parejas homosexuales y las que vienen de países donde las gestaciones con "madres de alquiler" son ilegales constituyen el grueso de los clientes.
La madre biológica de los gemelos que Brandy Hummel lleva en su vientre, Dina Feivelson, quiso junto a su esposo, Neil, tener familia luego de vencer un cáncer. Pero los médicos la disuadieron y entonces decidió lanzarse a la aventura.
Pero en ese mundo de gestaciones en vientres ajenos no todo es tan fácil: el gran problema es cuando la madre sustituta se arrepiente y se niega a entregar el bebé. Por eso los estudios como el de Brisman exigen junto a los análisis médicos un estricto examen psicológico. Su agencia recibe semanalmente de 50 a 100 candidatas y entrevista a entre 10 y 20, para aceptar 5 ó 6. En la mayoría de los contratos, los derechos de la madre sustituta sobre el bebé terminan antes de dar a luz. AFP