ESPAÑA
Hoy se sumó la presencia de un dron en el cielo del aeropuerto que llevó a cerrar la operativa.
El aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez vivió este lunes una jornada complicada, en la que se cerró el espacio aéreo durante dos horas por la presencia de un dron y se ha ralentizado la operativa como consecuencia de los problemas técnicos de un avión de Air Canadá para el que se preparó un aterrizaje forzoso tras detectar que tenía problemas en el motor. Sobre las 15 horas de Uruguay, la aeronave pudo aterrizar en el aeropuerto de la capital española.
ÚLTIMA HORA | El avión de Air Canada ha aterrizado ya en el aeropuerto de Barajas https://t.co/WplpJwpskc pic.twitter.com/9BugaHBQbM
— EL PAÍS (@el_pais) February 3, 2020
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La paralización del aeropuerto pasado el mediodía después de que dos pilotos detectaran la presencia de drones obligó a cerrar el espacio aéreo durante dos horas y a desviar 26 vuelos, en una jornada ya de por sí complicada por la espesa niebla que cubría esta mañana el aeródromo madrileño.
El vuelo AC837, operado por Air Canada y con destino Toronto, se encuentra actualmente quemando combustible al sur de la capital tras haber registrado una incidencia con el tren de aterrizaje cuando despegaba de Barajas a las 14:55. [vídeo de @Beatrizxy] pic.twitter.com/m4mA4zVjVn
— Aeropuerto Madrid-Barajas (@aeropuertoMAD) February 3, 2020
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Poco después de la apertura, pasadas las 14:30, el aeropuerto volvió a regular la operativa, según comunicó el gestor del tráfico aéreo (Enaire) a la espera de que pudiera tomar tierra un avión de la aerolínea Air Canadá, que después de detectar problemas en un motor sobrevoló Madrid para soltar combustible y preparar el aterrizaje de emergencia.
El Boeing 767-300 de la compañía canadiense despegó del aeropuerto madrileño rumbo a Toronto (Canadá) a las 14:33 horas y, tras detectar problemas técnicos, trató de volver a Barajas. El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aérea (Sepla) detalló que el avión perdió piezas del tren de aterrizaje que entraron en el motor izquierdo, por lo que estuvo horas quemando combustible antes de aterrizar, tal y como marca el protocolo.
En prevención, se activó el dispositivo de seguridad del Ayuntamiento de la capital y de la Comunidad de Madrid. Se desplazaron al lugar al menos seis dotaciones de la Comunidad y otras tantas del Ayuntamiento, además de personal sanitario del servicio municipal y regional de urgencias (Samur y Summa), confirmaron fuentes de Emergencias 112.
Desvío de vuelos
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Tras detectar la presencia de al menos un dron, Enaire acordó el desvío de llegadas a otros aeropuertos y la paralización de los despegues, aunque se mantuvo activa una pista para permitir aterrizar a aviones con poco combustible.
El gestor de infraestructuras aeroportuarias Aena ha informado de que los vuelos se han desviado, sobre todo a los aeropuertos de Valencia, Barcelona, Alicante-Elche, Valladolid y Zaragoza.
Tras conocerse el incidente, se constituyó el comité local de seguridad en el aeropuerto, en el que participan el gestor de los aeropuertos (Aena), la Guardia Civil y la Policía Nacional.
Estos dos cuerpos de seguridad desplegaron patrullas en los alrededores del aeropuerto para tratar de localizar al operador del aparato.
La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), responsable de la normativa de vuelos, ha recordado que no está permitido el uso de drones a menos de 8 kilómetros de una zona aeroportuaria.
Las sanciones varían en función de si la persona que pilota estos drones realiza actividad comercial o tienen conocimientos aeronáuticos: si los tiene puede llegar a 4,5 millones de euros y si no, hasta los 225.000 euros.
Drones, un nuevo frente para la seguridad
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El cierre de Barajas se suma a otros semejantes en aeródromos de todo el mundo, que tienen en estos aparatos un elemento nuevo de preocupación para la seguridad.
Los aeropuertos británicos de Heathrow y Gatwick, el estadounidense de Newark o el Ben Gurion de Israel, entre otros, han recibido ataques similares al ocurrido este lunes en Madrid.
Uno de los episodios más graves se produjo en las proximidades del aeropuerto londinense de Gatwick -el segundo más importante del Reino Unido- que provocó el cierre de las instalaciones durante más de un día, con cerca de 1.000 vuelos cancelados y más de 140.000 personas afectadas, en los días previos a las Navidades de 2018.