Sao Paulo - Un millón de fieles emocionados asistieron hoy en el Campo de Marte, de Sao Paulo, a la misa campal en la que el papa Benedicto XVI canonizó a Fray Galvao, convertido así en el primer santo brasileño.
"Gracias a Dios puedo ver al Papa. Vine el lunes a Sao Paulo con mis tres hijos, de 16, 13 y 10 años. Estamos en Campo de Marte desde las 11 de la noche de ayer", contó a la AFP Mara Clara Machado Dotti, un ama de casa de 44 años, que viajó desde el estado de Sergipe, en el nordeste del país.
"Brasil es grande, Brasil es lindo y ahora tenemos un santo. El propio Papa vino aquí a canonizarlo, todos los brasileños estamos bendencidos por Dios, tenemos mucha suerte", celebró Juliane Oliveira de Souza, de 17 años, estudiante de Rio de Janeiro.
Para Decio Silveira de Souza, un vendedor de Sao Paulo de 43 años, "están diciendo que Fray Galvao es el primer santo brasileño. Eso no es verdad. El primero fue Dios, porque Dios es brasileño".
Instalados en colchonetas y portando velas encendidas, grupos de jóvenes, pero también familias enteras, esperaron -muchos desde la noche anterior- abrigados con mantas, en una fría madrugada que lentamente dio paso a un brillante día de sol.
Miles de banderas verdes y amarillas, los colores de Brasil, pero también de otros países latinoamericanos, se agitaron a la llegada del pontífice, que recorrió en papamóvil el inmenso aeródromo, ovacionado por la multitud.
En su homilía, Benedicto XVI llamó a seguir el ejemplo de Fray Galvao, "en una época tan llena de hedoninismo", con la práctica de la castidad, y la defensa de la virginidad antes del casamiento y de la "santidad del matrimonio".
Un millón de personas, según una estimación no definitiva del Ejército, se congregaron en el aeródromo, que estuvo rodeado de un gigantesco operativo de seguridad, con 6.000 efectivos policiales y personal de las Fuerzas Armadas, y helicópteros que sobrevolaban permanentemente el lugar.
En un clima tranquilo, hasta las 11 de la mañana se habían registrado 216 atenciones médicas, producto del cansancio, la falta de comida o la temperatura, y 11 personas debieron ser trasladadas a hospitales, dijo a la AFP el capitán Marcel Soffner, secretario de prensa de la Policía Militarizada (PM). El Ejército atendió por su parte a otras 300 personas.
En medio de la multitud, 260 personas fueron reportadas como perdidas.
Entre los fieles, algunos aprovecharon para pedir la beatificación y canonización de otros brasileños.
"Nhá Chica. Beatificación ya", rezaba un cartel, en referencia a una laica consagrada de Minas Gerais (centro), a la que se atribuyen muchos milagros en esa región.
En la gigantesca pista, donde se montó el altar desde donde el Papa ofició la misa, se veían banderas de Chile, Ecuador, Paraguay, Argentina y Uruguay, pero también destacaban las del Movimiento hacia el camino neocatecumenal y banderas azules con el nombre de Fray Galvao.
Fray Galvao, quien será conocido de ahora en adelante como San Antonio de Sant´Anna Galvao, vivió en Brasil entre 1739 y 1822, y fue conocido por su presunto poder de cura de enfermedades con el que favorecía a los seguidores que acudían al Monasterio de la Luz, que fundó en Sao Paulo.
Esas curas las realizaba mediante minúsculas "píldoras", papelitos enrrollados con el mensaje "tras el parto, Virgen, permaneciste inmaculada: Madre de Dios, ruega por nosotros".
Edmilson Gonçalves, un enfermero de 32 años, viajó desde el estado de Mato Grosso do Sul (centro oeste) para agradecer a Fray Galvao su propia curación.
"Yo fui curado por Fray Galvao de una hernia muy peligrosa. El ha hecho muchos milagros, siempre fue un santo", aseguró.
AFP