EFE/AFP
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, se reunió ayer con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, como parte de su visita al país y su gira regional para desescalar la guerra en Gaza, e insistió en “la necesidad” de lograr “una paz duradera”para Israel, los palestinos y toda la región.
“Sé de sus esfuerzos desde hace muchos años por una mayor conectividad e integración en Oriente Próximo, pero creo que aquí hay una oportunidad real. Tenemos que pasar este momento muy complicado, asegurarnos de que nunca vuelva a suceder el 7 de octubre (día del ataque de Hamás) y trabajar para construir un futuro muy diferente y mucho mejor”, dijo en un encuentro en Tel Aviv con el ministro israelí de Exteriores, Israel Katz.
Asimismo, en su encuentro con Netanyahu en Jerusalén, el secretario de Estado “reiteró la necesidad de garantizar una paz duradera y sostenible para Israel y la región, incluso mediante la creación de un Estado palestino”, informó el Departamento de Estado de Estados Unidos.
El máximo representante de la diplomacia estadounidense reafirmó su respaldo “al derecho de Israel a evitar que se repitan los ataques terroristas del 7 de octubre”, cuando el grupo islamista palestino Hamás atacó territorio israelí y causó unos 1.200 muertos y secuestró a más de dos centenares de personas.
A su vez, enfatizó “la importancia de evitar más daños a los civiles y proteger la infraestructura civil en Gaza”, donde la ofensiva israelí, con ataques por tierra, mar y aire, ha causado la muerte de más de 23.000 personas y casi 60.000 heridos.
Blinken también trató con Netanyahu “los esfuerzos en curso para asegurar la liberación” de los rehenes en Gaza, 129 en la actualidad -entre los cuales Israel calcula que hay unos 24 muertos-, y quiso recalcar “la importancia de aumentar el nivel de asistencia humanitaria que llega a los civiles de Gaza”.
La gira del secretario de Estado por la región se centró en buscar medidas para desescalar tensiones en la guerra entre Israel y las milicias palestinas en Gaza, que supuso una escalada de violencia regional que se expandió sobre todo con la milicia chií Hezbolá en Líbano, pero también con lanzamientos de cohetes desde Siria o por parte de los rebeldes hutíes desde Yemen, que crearon una crisis en el Mar Rojo.
Tras reunirse con Netanyahu, el jefe de la diplomacia de EE.UU. también se reunió con el Gabinete de Guerra y el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, quién le instó también a “incrementar la presión” a Irán, aliado de Hamás y Hezbolá y archienemigo de Israel.
Presión
“Un aumento de la presión ejercida contra Teherán es fundamental y puede evitar una escalada regional en ámbitos adicionales”, dijo Gallant a Blinken. Gallant enfatizó la influencia de Teherán a nivel regional y su “agresión contra Israel a través de sus ‘proxies’”, en referencia a actores armados como el propio Hamás, Hezbolá o los rebeldes hutíes en Yemen. Sus declaraciones se produjeron cuando aumenta aún más la tensión en la zona de la frontera libanesa-israelí, tras otro día de fuertes hostilidades entre el Ejército de Israel y Hezbolá en Líbano, en el marco del fuego cruzado entre ambos que se va produciendo casi desde el inicio de la guerra contra Hamás.
Durante el día, un ataque con dron atribuido a Israel en el área del funeral de un comandante de Hezbolá asesinado el lunes mató a otro cargo de la milicia al que prensa identifica como Alu Hussein Barji, y que sería responsable de las operaciones aéreas del grupo.
Gallant enfatizó ayer ante Blinken que “la máxima prioridad de Israel” es que las decenas de miles de ciudadanos que tuvieron que evacuar de las localidades fronterizas con Líbano puedan volver a sus casas pronto, algo que quiere lograr “cambiando al mismo tiempo la realidad de seguridad en el área”.
Para Israel, esto implica la exigencia de que los milicianos de Hezbolá se alejen de la región fronteriza, un objetivo que el Estado judío “prefiere alcanzar a través de entendimientos diplomáticos”, pero si hace falta, “también prepara alternativas militares”, alertó Gallant.
Ejército abatió una célula terrorista
El Ejército israelí anunció ayer la expansión de su ofensiva terrestre en la ciudad de Jan Yunis con ataques en los que murieron unos 40 miembros de Hamás y se localizaron pozos de túneles y armamento. “Durante el último día, las tropas ampliaron las operaciones terrestres en Jan Yunis y llevaron a cabo ataques en los que murieron unos 40 terroristas. Además, se localizaron importantes pozos de túneles del terror y armas, incluidos doce rifles AK-47, cuatro lanzadores de RPG cargados, decenas de granadas, cartuchos y chalecos militares”, informó un portavoz militar. El Ejército indicó que llevaron a cabo una “incursión selectiva” en un complejo militar, donde localizaron a un miliciano armado y lo mataron. En el centro del enclave, en un operativo en el campo de refugiados de Maghazi, un avión de combate israelí “mató a una célula terrorista” de la brigada de campamentos centrales de Hamás.
Israel comparece hoy ante la CIJ
Israel y Sudáfrica se enfrentan hoy miércoles ante la más alta jurisdicción de la ONU luego de que Pretoria acusara al Estado hebreo de “actos genocidas” en Gaza, cargos calificados por los israelíes de “libelo de sangre”.
En una demanda de 84 páginas ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, Sudáfrica exhorta a los jueces a ordenar con urgencia a Israel “suspender inmediatamente las operaciones militares” en la Franja.
Pretoria considera que Israel “cometió, comete y corre el riesgo de seguir cometiendo actos de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza”. El Estado judío reaccionó con vehemencia a esos comentarios, que calificó como un “absurdo libelo de sangre” por el portavoz gubernamental Eylon Levy. “No, Sudáfrica, no somos nosotros quienes venimos a perpetrar un genocidio, es Hamás”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Israel juró “destruir” a Hamás, tras los ataques sin precedentes del 7 de octubre que dejaron unos 1.140 muertos, sobre todo, civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes.
La guerra dejó 23.084 muertos en la Franja de Gaza, en su mayoría, mujeres y menores, según un balance divulgado el lunes por el Ministerio de Salud gazatí, controlado por Hamás.
En teoría, el tribunal puede ordenar a Israel poner fin a su operación militar, pero es más probable que el gobierno israelí haga caso omiso.
En marzo de 2022, la CIJ ordenó a Rusia “suspender inmediatamente” la invasión de Ucrania, una orden completamente ignorada por Moscú.
Pero una decisión de la corte contra Israel tendría un “impacto simbólico extremadamente importante”, declaró a AFP Johann Soufi, abogado y experto en justicia internacional. “Después, por supuesto, está el problema de la aplicación de las decisiones (...) pero al final, la justicia internacional es lo único que nos queda”, agregó Soufi, quien ha trabajado con la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en Gaza. [afp]
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