EN AMAZONIA
Hallaron restos humanos en la Amazonia; “que Dios conforte el corazón de todos”, dijo el presidente brasileño Jair Bolsonaro.

La ONU, indígenas, oenegés y allegados expresaron su indignación por el asesinato del periodista británico Dom Phillips y su guía Bruno Pereira en la Amazonía brasileña, donde continúa la investigación del caso.
Tras diez días de intensa búsqueda, la investigación por la desaparición de ambos dio un vuelco el miércoles con la confesión de uno de los dos detenidos, Amarildo da Costa de Oliveira, que condujo a la policía al lugar donde dijo haber enterrado los cuerpos, cerca de la ciudad de Atalaia do Norte, en la región del Valle del Javarí, fronteriza con Perú.
La Policía Federal (PF) halló ahí restos humanos, que son analizados ahora en Brasilia para su identificación.
El móvil del crimen, así como las circunstancias de la muerte al parecer con arma de fuego todavía deben determinarse.
Phillips, de 57 años, estaba trabajando en un libro sobre la preservación de la Amazonía. Pereira le hacía de guía en esta región en la que viven 26 pueblos indígenas, muchos de ellos aislados.
Frente a este “acto brutal de violencia” la ONU urgió a Brasil a “acrecentar sus esfuerzos para proteger a los defensores de derechos humanos y a los pueblos indígenas” por parte “de actores estatales y no estatales”, dijo en Ginebra Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
La Amazonía está “a merced de la ley del más fuerte, bajo la cual la brutalidad es moneda corriente”, deploró por su parte WWF.
Greenpeace aseguró que en los últimos tres años Brasil se configuró como la tierra del “todo vale”, alimentada por las “acciones y omisiones” del gobierno de Jair Bolsonaro.
“Vale la invasión y la apropiación de tierras; vale la proliferación de la minería; vale la extracción ilegal de madera, vale cualquier conflicto territorial... y vale la pena matar para asegurarse de que ninguna de estas actividades criminales se evite”, agregó la ONG.
Bolsonaro reacciona
La desaparición de Pereira y de Phillips, que había trabajado como reportero para The Guardian y otros medios, avivó las criticas contra Bolsonaro, quien reaccionó a sus muertes ayer jueves con un escueto tuit: “Nuestras condolencias a los familiares y que Dios conforte el corazón de todos”.
El mandatario aseguró en estos días que la incursión de Phillips y Pereira era una “aventura no recomendable” y que el reportero era “mal visto” en la región por su labor informativa sobre las actividades ilegales.
La Unión de Pueblos Indígenas del Valle de Javarí (Univaja), cuyos miembros participaron activamente en las búsquedas, calificó de “crimen político” el asesinato al considerar que eran “defensores de los derechos humanos”.
La Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación (Abraji) afirmó que la labor en los últimos años de periodistas y ambientalistas ha servido para mostrar los “récords” de los crímenes ambientales en la Amazonía, así como de los asesinatos de activistas.
En 2020, se cometieron 20 asesinatos de activistas ligados a la causa ambiental en Brasil, según Greenpeace.
En declaraciones a la AFP en Londres, Jonathan Watts, colega de Phillips en The Guardian, dijo esperar que estos “monstruosos” asesinatos alienten, y no disuadan, a los medios de comunicación a proseguir su trabajo.