BRASILIA AFP
Brasil está reanudando su programa nuclear con la construcción de una tercera central nuclear, Angra III, paralizada hace 20 años y que tras ser aprobada por el Consejo Nacional de Política Energética (CNPE), integrado por los principales mi-nisterios del gabinete aguarda ahora la ratificación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que ya la aseguró.
"La nuclear es una energía limpia, no contamina, no emite CO2; en consecuencia, no causará efecto invernadero en el planeta (...). Y la tecnología de Brasil es perfecta, puedo decirles que nunca ocurrirá lo que ocurrió en Chernobyl", afirmó Lula hace dos semanas.
El presidente justificó su interés en que si Brasil quiere un crecimiento económico de más de 5% al año, el gobierno deberá garantizar a "los inversionistas que no faltará energía a partir de 2012". La construcción de la central requiere de 5,5 años y 3.500 millones de dólares de inversión, informó el ministro de Energía, Nelson Hubner.
El ministerio de Medio Ambiente fue el único que votó contra Angra III en el CNPE. "En los últimos 15 años ningún país construyó centrales nucleares porque hay muchos problemas con los residuos; tenemos otras fuentes, un gran potencial hidroeléctrico y energías limpias en las que debemos invertir", dijo recientemente la ministra Marina Silva.
Con la reanudación del programa nuclear, Brasil, que tiene la sexta reserva mundial de uranio, "será uno de los tres países del mundo que tiene reservas, capacidad de producción y domina todo el ciclo de procesamiento" del uranio, dijo el ministro de Energía, indicando que el país podrá exportar combustible nuclear.
El uranio enriquecido a 5% se utiliza como combustible de las centrales nucleares, y a 20% se destinaría al submarino que la Marina quiere construir y a un reactor de radiofármacos del Ipen. Para producir armamento nuclear, en el que Brasil asegura que no está interesado, la concentración es superior a noventa por ciento.
Un programa que ya tiene medio siglo
El programa nuclear brasileño, nacido en 1956, tomó forma con la construcción de las centrales Angra I y Angra II en el litoral de Rio de Janeiro, que hoy representan 2,2% de la matriz eléctrica del país (el 80% depende de hidroeléctricas). Angra I produce 657 MW y está en funcionamiento desde 1985; Angra II se inauguró en el año 2000 y genera unos 1.350 MW.