BRASIL EN VILO

Brasilia prohibió el porte de armas y desplegará toda su Policía en la asunción de Lula

Lula asumirá el domingo en un marco de incertidumbre por posibles incidentes. El sábado pasado, un seguidor de Bolsonaro fue detenido; planeaba colocar un explosivo en un camión cisterna.

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Lula. Foto: AFP.
Foto: DOUGLAS MAGNO / AFP
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Brasilia desplegará toda su policía para la asunción presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva este 1° de enero, ante preocupaciones por los disturbios y el intento de ataque con explosivo protagonizados por bolsonaristas disconformes con la elección.

El domingo "habrá una movilización del 100% de las fuerzas policiales del Distrito Federal (DF), para garantizar la seguridad no solo del presidente, sino también de las delegaciones extranjeras y del público", dijo a periodistas Flávio Dino, futuro ministro de Seguridad del gobierno de Lula.

De momento, "no hay ninguna alteración" de los planes para la ceremonia, agregó Dino, en respuesta a la posibilidad de que Lula desfile ante el público en la Explanada de los Ministerios dentro de un coche cerrado, en lugar del tradicional paseo en un descapotable de época.

"Ambos escenarios estarán disponibles ese día" y la decisión se tomará "en el momento", añadió en una conferencia junto al futuro ministro de Defensa y el gobernador del Distrito Federal, responsable de la policía local.

Será una ceremonia "segura" y "en paz", dijo Dino, quien incentivó a los brasileños a viajar desde otros estados para acompañar los actos institucionales y shows culturales previstos en la región central de Brasilia, donde se esperan cientos de miles de personas.

Numerosos seguidores de Lula expresaron en las redes sociales temer que ocurran disturbios o atentados desde la multitud durante la investidura, especialmente después de que un seguidor del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro fuera detenido y acusado de terrorismo el sábado por planear colocar un explosivo en un camión de combustible cerca del aeropuerto de Brasilia.

Según dijo a los investigadores el hombre, identificado como George Washington de Oliveira Sousa, con el atentado pretendía "iniciar el caos" e "impedir la instauración del comunismo en Brasil".

Desde la derrota de Bolsonaro por 50,9% a 49,1% en el balotaje de octubre, sus simpatizantes bloquearon carreteras y se manifestaron ante cuarteles militares para pedir a las fuerzas armadas que impidiesen la toma de posesión de Lula.

El 12 de diciembre, manifestantes de uno de estos campamentos chocaron con la Policía e incendiaron autobuses y automóviles en Brasilia, tras la detención de un indígena que participaba de uno de estos actos.

"Pequeños grupos terroristas y extremistas no pondrán contra la pared a las instituciones de la democracia brasileña", aseguró Dino este martes.

Bolsonaro, que ha limitado sus apariciones públicas tras la derrota, no se ha manifestado públicamente sobre los incidentes, ni ha confirmado que traspasará a Lula la banda presidencial el domingo.

CON INFORMACIÓN DE AFP Y EFE

Prohibición en el porte de armas

Un juez de la Corte Suprema de Brasil suspendió este miércoles los permisos de porte de armas en Brasilia hasta el próximo 2 de enero, a fin de reforzar la seguridad para la investidura del presidente electo.

La decisión fue tomada por el magistrado Alexandre de Moraes y atendió una solicitud planteada por el equipo de Lula, después de que grupos de ultraderecha amenazaran con atentados o acciones violentas para intentar evitar que el presidente electo asuma el cargo, en una ceremonia que se celebrará el próximo domingo.

De Moraes justificó la decisión en diversos hechos ocurridos en las últimas dos semanas en Brasilia, atribuidos a grupos violentos que respaldan al presidente saliente, Jair Bolsonaro, quien aún no ha reconocido su derrota en las urnas en octubre pasado.

Hace dos semanas, tras la detención de un bolsonarista radical que había amenazado a Lula a través de las redes sociales, decenas de activistas de ultraderecha provocaron graves desórdenes en la zona central de Brasilia, donde atacaron una comisaría y quemaron una decena de vehículos.

En todos esos casos, los responsables de la violencia formaban parte de grupos de ultraderecha que no reconocen el triunfo de Lula, están acampados frente el Cuartel General del Ejército en Brasilia y exigen un golpe militar para mantener a Bolsonaro en el poder.

Muchas de esas personas, según las autoridades, poseen portes de armas obtenidos gracias a políticas impulsadas por Bolsonaro, quien incentivó a sus seguidores a adquirir todo tipo de armamento con la idea de promover la "autodefensa" contra la delincuencia.

Sin embargo, Bolsonaro también dijo muchas veces que "un pueblo armado no será esclavizado" y podrá "reaccionar" frente a cualquier intento de "despojarlo de su libertad".

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