AFP, EFE
El hemisferio norte se incendia y las altas temperaturastrastocan la vida cotidiana de buena parte de la población. Varios cientos de millones de personas en todo el mundo viven estos días bajo alerta por olas de calor extremo, incendios forestales o inundaciones, en un primer mes de verano boreal que deja récords de temperaturas en lugares tan distantes como Turpan (China), con 52,2°C, o Figueres (España), con 45,4.
Una postal recurrente en las ciudades azotadas por el calor extremo es la de sus habitantes -y turistas, en esta época- buscando alivio en fuentes de agua, hombres transportando ventiladores recién comprados, niños tirándose encima botellas de agua, trabajadores al sol envolviéndose la cabeza con trapos húmedos. Es que esta ola de calor es insalubre y roza lo soportable por el hombre; en Irán, la sensación térmica alcanzó más de 65,5°C, al límite de la supervivencia humana.
Esta temperatura fue medida en el Aeropuerto Internacional del Golfo Pérsico de Irán, informó ayer el Washington Post. Peor aún, desde Teherán hasta las regiones rurales, la gente está publicando videos en las redes sociales quejándose de días interminables de calor sin agua corriente. De la canilla no salen más que gotas turbias.
Ante este panorama, la OMS llamó al mundo a prepararse para “olas de calor más intensas” e instó a cada persona a elaborar su propio “plan de lucha” para hacer frente a temperaturas extremas.
La organización informó ayer que está desarrollando un sistema de alerta para los grupos de personas más vulnerables por amenazas derivadas de las olas de calor, en colaboración con la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Además, instó a los gobiernos a desarrollar estrategias y planes locales de avisos para asegurar “la detección inmediata de todas las personas potencialmente en riesgo”.
En Italia, por ejemplo, 20 ciudades están en alerta roja. En Roma, el mercurio alcanzó los 40°C, justo por debajo del récord local de 40,5°C establecido en agosto de 2007.
A primera hora de la tarde del martes, la temperatura más alta registrada en Italia -que ostenta el récord de calor en Europa continental, con 48,8 °C medidos en Sicilia el 11 de agosto de 2021- fue de 44 °C en Ragusa, en la misma región.
En España también se calentó el mar. La temperatura del agua en sus costas alcanzó un máximo histórico para esta época, informó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que mantiene en alerta a buena parte del país por la ola de calor.
Según las lecturas de la Aemet en las zonas costeras españolas, la temperatura del mar alcanzó una media de 24,6 °C a mediados de julio, unos 2,2 grados más de lo normal para la temporada.
Es una cifra que supera “ampliamente los registros de los dos años previamente más cálidos”, 2015 (24 °C) y 2022 (23,7 °C), y que no tiene “precedentes a mediados de julio en toda la serie histórica” que se inició en 1940, indicó la Aemet en Twitter.
Esta situación, en un contexto de calentamiento global de los océanos, es aún más preocupante toda vez que el verano está lejos de terminar, según afirmó un portavoz de la Aemet, Rubén del Campo.
“Todavía hay recorrido para que el mar se siga calentando más”, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico, dijo el portavoz, que precisó que se han registrado temperaturas por encima de 28 ºC en el extremo sureste de la península en el Mediterráneo.
De todos modos, según los partes meteorológicos, ya desde hoy jueves aumentará la nubosidad y bajarán las temperaturas en regiones del noroeste de Italia, así como en las zonas alpinas y prealpinas.
En España, este episodio de calor extremo llega hoy a su fin.
Récord tras récord
Donde la ola no da respiro es en Estados Unidos. Casi cien millones de personas siguen bajo alerta por máximas extremas, sobre todo en el sur del país, mientras se prevén lluvias e inundaciones en el nordeste.
Phoenix, la capital de Arizona, en el sur de Estados Unidos, batió un récord similar que se mantenía desde hacía 49 años, con su 19º día consecutivo de temperaturas de 43,3º C o superiores, indicaron las autoridades meteorológicas.
Tal es la situación que el NWS emitió el martes una alerta de calor excesivo “con amenaza significativa a la propiedad o la vida” en 17 condados de Texas, incluido Dallas”, que estuvo en vigor hasta anoche.
Del otro lado del mundo, en China, cientos de turistas hacen fila ante la histórica Ciudad Prohibida pese al calor. Muchos llevan miniventiladores portátiles para mantenerse frescos.
En los estrechos callejones del centro de Pekín, varios habitantes van sin camiseta. Otros llevan abanicos para paliar un poco el aire sofocante.
El calor también elevó los niveles de contaminación atmosférica. El gobierno de Pekín instó a los ancianos a permanecer en sus casas y a los niños a acortar el tiempo de juego al aire libre para reducir la exposición al calor y a la contaminación por ozono troposférico, uno de los principales componentes de la nube tóxica que envuelve la ciudad.
“Trabajo de 7 de la mañana a 7 de la tarde... En los primeros días (de la ola de calor) me sentía somnoliento todo el tiempo”, cuenta Li Yong, que trabaja como guardia de seguridad.
“Trato de beber más agua y a buscar un lugar con algo de sombra”, explica este hombre de 57 años.
La gente prende el aire acondicionado en oficinas, casas y restaurantes para mantenerse fresca, lo que provoca un aumento de la demanda de energía, según los proveedores de servicios públicos.
Esto crea así un círculo vicioso en el que se queman más combustibles fósiles, lo que contribuye a calentar el planeta. Pero el aire acondicionado es un lujo para algunos en la capital china. “Yo sólo tengo un ventilador”, dice Li.
China y EE.UU. dialogan sobre clima
El diálogo en materia medioambiental entre los dos mayores emisores de CO2 del planeta ha vuelto. La visita de cuatro días a China del enviado especial de Estados Unidos para asuntos climáticos, John Kerry, resucitó las relaciones entre las dos potencias, rotas hace casi un año. Aunque no hay grandes avances tras las entrevistas de alto nivel del norteamericano, los canales de comunicación reabiertos marcan ya en sí un paso hacia delante.
“Nos comprometemos a colaborar estrechamente (...) para ayudar a que nuestros presidentes puedan producir resultados reales”, le trasladó ayer miércoles Kerry al vicepresidente chino, Han Zheng, con quien se entrevistó por la mañana. También le recordó que el cambio climático es una “amenaza universal” que debe tratarse de forma separada a otros asuntos diplomáticos, según recogió Reuters.
“Si somos capaces de unirnos en los próximos meses hasta la COP 28 tendremos la oportunidad de marcar una profunda diferencia en la cuestión climática”, dijo el estadounidense en su encuentro con el vicepresidente chino en referencia a la próxima Conferencia de Naciones Unidas en la que se negociarán medidas clave para limitar el aumento de la temperatura global.
La cita, que arranca en noviembre en Dubái, será la más “importante” desde la cumbre de París, en 2016,aseguró Kerry en su última jornada en la capital china.
El deshielo en materia de clima -que coincide con una bochornosa ola de calor en China y el registro de la temperatura más alta del país, 52,2º C el domingo- suma otro punto de reconexión política en unas relaciones que han tocado fondo este año. Kerry es el tercer alto funcionario estadounidense que visita Pekín en el último mes.
Los lazos en caída libre lograron estabilizarse primero con la visita a Pekín del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a mediados de junio, seguida del viaje a la capital china la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, hace dos semanas.
El País de Madrid