EL "CONVOY DE LA LIBERTAD"
Los manifestantes, liderados por camioneros de carga, cortaron dos pasos de frontera con Estados Unidos.
Empezó hace dos semanas como una protesta puntual de camioneros contra la vacunación, pero ahora es por las restricciones anticovid en general en Canadá, bloquea pasos fronterizos con Estados Unidos. Además, inspira movimientos similares otros países.
Cuatro días después del bloqueo del puente Ambassador, que une Ontario en Canadá con Detroit en Estados Unidos, otro paso fronterizo es blanco de los manifestantes canadienses: el de Emerson, que conecta a Manitoba con Dakota del Norte.
Los manifestantes, liderados por camioneros de carga, están en las calles desde hace dos semanas y el conflicto ya está trastornando principalmente a la industria automotriz en ambos lados de la frontera.
“Los bloqueos, las manifestaciones ilegales, son inaceptables y están afectando negativamente en negocios y fábricas”, dijo el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el miércoles ante la Cámara de los Comunes. “Tenemos que hacer todo para que se terminen”, añadió.
El miércoles la policía canadiense había amenazado con arrestar a los manifestantes que se unieron al bloqueo del puente Ambassador en solidaridad con los cientos de camiones que bloquean desde hace dos semanas la capital, Ottawa.
El llamado “Convoy de la libertad” comenzó en enero impulsado por camioneros que rechazan la vacunación obligatoria o ser examinados para atravesar la frontera con Estados Unidos. Pero luego el movimiento derivó en una protesta más amplia contra todas las medidas sanitarias anticovid y, en algunos sectores, contra el gobierno.
Más de 40.000 viajeros, turistas y camioneros que transportan mercancías por un valor de 323 millones de dólares estadounidenses atraviesan ese puente a diario.
Decenas de cámaras de comercio y asociaciones industriales de Canadá y Estados Unidos exigieron que se despeje el puente. “Cuando nuestras economías emergen de los impactos de la pandemia, no podemos permitir que ningún grupo socave el comercio transfronterizo”, dijeron.
Las autoridades señalaron que 5.000 trabajadores en Windsor fueron enviados antes a casa el martes por el bloqueo y que varias plantas de ensamblaje se estaban preparando para cerrar porque no llegaban las piezas.
En Ottawa, ayer jueves quedaban unos 400 vehículos aparcados enfrente de las oficinas del primer ministro canadiense, en medio de fogatas y música. Prohibidos por la justicia de usar sus bocinas tras las protestas de residentes, los manifestantes hacen rugir ahora sus motores, llenando el centro de Ottawa con gases de diésel.
Pero el movimiento de camioneros no solo está siendo un dolor de cabeza en Canadá sino que se expandió a otros países del mundo, desde Nueva Zelanda hasta Francia y Bélgica.
En Francia, miles de manifestantes inspirados en los camioneros canadienses planean converger en París hoy viernes por la noche, con algunos de ellos dispuestos a trasladarse hacia Bruselas el lunes. Varios convoyes están viajando desde ciudades francesas como Niza, Bayona o Perpiñán.
La prefectura de policía de París anunció que aplicará “un dispositivo específico” de viernes a lunes “para impedir el bloqueo” de la capital francesa, destacando que regirá la prohibición de los “convoyes”. Para ello, dispuso el despliegue de fuerzas en autopistas y carreteras y advirtió que serán multados o arrestados quienes intenten obstruir vías públicas.
Otro tanto sucedió en la capital belga. La alcaldía de Bruselas prohibió oficialmente ayer jueves la realización de la manifestación “Convoyes de la libertad” prevista para el fin de semana con un bloqueo en la ciudad para protestar contra las restricciones sanitarias y dispuso medidas especiales.