AFP, Agencia EFE
En Haití la situación va de mal en peor. Un poderoso líder de una de las pandillas que azotan el pequeño país caribeño amenazó con una “guerra civil” si el primer ministro, Ariel Henry, se mantiene en el poder.
“Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyándolo, nos dirigimos hacia una guerra civil que llevará a un genocidio”, declaró Jimmy Cherizier, apodado “Barbecue”, durante una entrevista con la prensa.
Desde hace una semana, las bandas armadas que controlan zonas extensas de Haití, incluida la capital, Puerto Príncipe, han lanzado ataques contra varios lugares estratégicos para, según ellas, derrocar a Henry.
El primer ministro, en el poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, debería haber dejado el cargo a principios de febrero, pero se resiste a convocar elecciones.
“Debemos unirnos. O Haití se convierte en un paraíso para todos o en un infierno para todos”, dijo Cherizier, un expolicía de 46 años, convertido en líder de una coalición de bandas conocida como el G9.
Henry aterrizó el martes en Puerto Rico, informaron las autoridades. El controvertido primer ministro haitiano llevaba días en paradero desconocido.
El primer ministro no ha vuelto a Haití desde que viajó la semana pasada a Kenia, donde firmó un acuerdo para el envío de policías a su país, en el marco de una misión internacional apoyada por Washington y la ONU.
Según el medio dominicano CDN, intentó viajar este martes a República Dominicana en un vuelo procedente de Nueva Jersey, pero las autoridades del país vecino de Haití le negaron el permiso para aterrizar. Fue a raíz de eso que voló a Puerto Rico. El gobierno de República Dominicana informó que negó el aterrizaje de la aeronave que trasladaba a Henry porque buscaba hacer una “escala indefinida” en ese país.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos dijo que no está prestando ayuda a Henry para regresar a Haití desde Puerto Rico, según un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC). “No estamos brindando ninguna asistencia para ayudar al primer ministro a regresar a Haití”, indicó el portavoz en un breve mensaje escrito a EFE.
La nueva escalada de violencia forzó el desplazamiento de unas 15.000 personas en Puerto Príncipe, declaró el martes en Nueva York el portavoz de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric.
Los trabajadores humanitarios comenzaron a repartir alimentos y otros productos de primera necesidad en tres nuevos centros para refugiados, señaló el funcionario.
El gobierno haitiano decretó el domingo un estado de emergencia en la región de Puerto Príncipe “por un periodo renovable de 72 horas”, así como un toque de queda entre las 18.00 y las 05.00 el lunes, martes y miércoles.
Haití afronta una grave crisis política, humanitaria y de seguridad desde el asesinato de Moïse. Según la ONU, más de 8.400 personas fueron víctimas de la violencia de las pandillas el año pasado, incluidos muertos, heridos y secuestrados, “un aumento del 122% respecto a 2022”.
Volker Türk, jefe de derechos humanos de la ONU advirtió ayer miércoles que la situación en Haití se ha vuelto “más que insostenible”, con 1.193 personas asesinadas por la violencia de las pandillas desde principios de 2024.