PORTUGAL
El alemán Christian Brueckner envió una carta desde la cárcel acompañada de un curioso dibujo.
El principal sospechoso del crimen de Madeleine McCann, la niña británica que desapareció en 2007 cuando tenía tres años en un complejo hotelero en Praia da Luz, Portugal, donde se hospedaba junto a sus padres, rompió el silencio.
Se trata de Christian Brueckner, quien actualmente está cumpliendo una pena de siete años tras haber sido declarado culpable de violar a una mujer estadounidense de 72 años en 2005 (dos años antes de la desaparición de la niña y cerca del lugar del presunto crimen), en un domicilio de Praia da Luz. El alemán también fue acusado de abusar de la hija de cinco años de su exnovia en 2013.
Si bien el sospechoso nunca fue interrogado, decidió enviar un comunicado de prensa desde la cárcel en el que asegura que es inocente. Además, le solicita al fiscal que investiga el caso, Hans Christian Wolters, abandone su cargo.
Se trata de la primera vez que el hombre habla públicamente desde que se conocieron las acusaciones. La carta fue escrita a mano, está fechada el 8 de mayo y fue publicada por el medio alemán Bild.
En ella se puede leer: “Acusar a un sospechoso es una cosa, pero es algo completamente diferente cuando un fiscal inicia una campaña de prejuzgamiento público antes de iniciar el proceso principal”. De esta forma, Brueckner calificó a lo sucedido como “un escándalo increíble” y aseguró estar siendo víctima de una campaña difamatoria.
Luego, hizo referencia a la libertad de expresión y aseguró que no está pensada para “que la gente diga o escriba lo que le gusta oír a la mayoría”.
Finalmente, pidió que los fiscales que investigan el caso renuncien a sus cargos. “Ambos demuestran, a través de convicciones arbitrarias del pasado y a través de escandalosas campañas de prejuicio contra una persona inocente, que no son aptos para el cargo de ‘defensores honestos del pueblo alemán’”. A su vez, considero que ese tipo de sistema legal es una “vergüenza para los alemanes”.
Además del escrito, la carta fue acompañada por un dibujo que aparentemente fue realizado por Brueckner. En la imagen están representados los dos fiscales del caso, Wolters y Ute Lindemann en una pizzería pidiendo un “filet forense”. El dibujo busca “marcar” que los investigadores no tienen pruebas forenses para culparlo.