LA LUCHA CONTRA LE EPIDEMIA
“Es pronto para concluir que esta tendencia a la baja continúe, todas las posibilidades siguen sobre la mesa”, dijo el director general de la OMS en conferencia de prensa.
El número de nuevos casos diarios del coronavirus de Wuhan parece estar descendiendo en las últimos días, aunque la tendencia debe ser interpretada “con cautela”, declaró ayer lunes el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“Es pronto para concluir que esta tendencia a la baja continúe, todas las posibilidades siguen sobre la mesa”, dijo el médico etíope en la rueda de prensa diaria organizada por la OMS para analizar la epidemia.
En las últimas 24 horas China, que sigue concentrando el 99% de los casos de COVID-19, registró 2.051 nuevos positivos del virus, lo que eleva el total en ese país a 70.635 personas, de las que 1.772 fallecieron.
Las cifras suponen un descenso en comparación con las de la primera semana de febrero, en la que el número de nuevos casos diarios en China rondaba los 3.000 (el 13 de febrero se reportaron 14.840 casos diarios nuevos, aunque fue debido a un cambio puntual en el criterio de diagnóstico).
Se ha determinado que un 80% de los casos no son graves y la recuperación es sencilla. En el resto, un 14% de los casos son “graves” (desarrollan neumonía y dificultades respiratorias), aproximadamente un 5% “críticos” (pueden presentar choque séptico, fallos respiratorios y multiorgánicos) y un 2% fallecen, subrayó el máximo responsable de la OMS.
Los responsables de la OMS también se mostraron prudentes ante la pregunta de si deberían desaconsejarse los viajes en crucero debido a casos como el del Diamond Princess, atracado en Yokohama (Japón) y en el que se han detectado ya casi 500 casos de coronavirus, por lo que es el foco de contagio más grave fuera de China.
“Las medidas deben tomarse de manera proporcionada y basándonos en la ciencia y las evidencias, teniendo en cuenta que es imposible la ausencia total de riesgos”, dijo Tedros.
Evacuación en el crucero japonés.
Precisamente, Estados Unidos evacuó ayer lunes a unos 350 de sus ciudadanos que se encontraban en el crucero Diamond Princess. Los estadounidenses fueron evacuados junto a sus familias en dos aviones, el primero de los cuales aterrizó en California en la madrugada del lunes, mientras que el segundo llegó a Texas ayer por la mañana. Los repatriados serán puestos en cuarentena durante 14 días, el periodo de incubación.
Entre éstos figuran 14 casos positivos de personas cuyos resultados de las pruebas llegaron en el transcurso de la operación de evacuación.
Al menos 40 estadounidenses que fueron contagiados a bordo del crucero Diamond Princess se encuentran hospitalizados en Japón.
Otros gobiernos, como el de Australia e Italia, anunciaron su intención de evacuar a sus ciudadanos. Hong Kong también expresó su deseo de repatriar a los suyos -unos 330 hongkoneses- “lo antes posible”. Canadá tomó la misma decisión para unos 250 canadienses.
Búsqueda desesperada.
Otro crucero ha sido noticia, el Westerdam, que desembarcó en Camboya. Ahora centenares de sus pasajeros son buscados desesperadamente, luego de que una mujer que viajaba en el barco diera positivo al nuevo coronavirus, lo que hace temer una mayor propagación de la epidemia.
La empresa naviera Holland America, propietaria del crucero Westerdam, trabaja con varios gobiernos, la OMS y centros de análisis de Estados Unidos “para investigar y detectar a las personas que pueden haber estado en contacto” con la turista infectada.
Tras haber sido rechazados por varios países asiáticos por temor al coronavirus, los 1.455 pasajeros del buque pudieron desembarcar el jueves en el puerto de Sihanukville (sur de Camboya), decisión saludada por el presidente Donald Trump, en tanto se encontraban a bordo numerosos ciudadanos estadounidenses.
Más de 1.200 pasajeros del crucero desembarcaron en los días siguientes, luego que algunos se sometieran a un rápido examen médico. El primer ministro camboyano, Hun Sen, dio la bienvenida personalmente a los primeros en descender, ironizando sobre “la enfermedad del miedo”.