JORNADA ELECTORAL
El nuevo sistema incorporó la representación proporcional.
Fin del sistema de representación binominal, voto en el extranjero y elecciones primarias, además de límite de los gastos de campaña y la prohibición de recibir donaciones empresariales, son algunos de los cambios implementados para los comicios de ayer domingo en Chile.
Las séptimas elecciones generales en el país desde el retorno de la democracia, en 1990, supusieron el reemplazo del sistema binominal, que históricamente otorgó una sobrerrepresentación a la derecha, por uno de carácter proporcional basado en la ley DHondt.
Este cambio tiene como consecuencia un aumento en el número de legisladores de la Cámara de Diputados (de 120 a 155) y el Senado (de 38 a 50), si bien en la Cámara Alta en esta ocasión sólo se renovarán 25 escaños. E indirectamente, también promueve una mayor participación femenina y suprime barreras para la creación de nuevos partidos políticos.
La nueva ley permite regular el financiamiento de las campañas políticas, el gasto electoral y las sanciones para quienes las infrinjan.
Además, las elecciones de ayer domingo fueron las terceras con inscripción automática en el censo electoral y voto voluntario, cambios que ya se aplicaron en las generales de 2013 y las municipales de 2016, en las que hubo una abstención del 65%.
Aunque esta reforma ha supuesto la incorporación al registro de cerca de 4,5 millones de electores, el hecho de que puedan decidir libremente si quieren votar o no en los diferentes comicios ha hecho que muchos legisladores se estén planteando la conveniencia de revertir la medida. Es que la baja participación, sobre todo entre los más jóvenes, preocupa al gobierno saliente de Michelle Bachelet, ya que demostraron poco interés en esta campaña electoral.
El cambio del marco legal afecta la financiación de las campañas electorales, que además de recortar su límite de gastos ya no pueden contar con donaciones procedentes de las empresas, y establece la elección popular de los consejeros regionales.
Y también incide en la composición de las listas parlamentarias, en las que debe figurar al menos un 40% de mujeres, en un intento de impulsar la representación femenina en el Congreso, que actualmente apenas suma el 16%.
Por primera vez desde el fin de la dictadura, la centroizquierda acudió fragmentada este domingo con dos candidatos: los senadores Alejandro Guillier, a quien apoyan seis partidos de la Nueva Mayoría, y Carolina Goic, respaldada por la Democracia Cristiana.
La izquierda estuvo representada por la periodista Beatriz Sánchez, candidata del Frente Amplio, una coalición formada por una docena de organizaciones sociales y movimientos alternativos, y el líder del Partido Progresista, Marco Enríquez-Ominami.
Otra de las novedades de esta elección es que por primera vez hubo un representante de la ultraderecha con posibilidades de obtener una votación significativa, el diputado José Antonio Kast, quien se considera heredero político del pinochetismo. Además, cerca de 40.000 chilenos residentes en 59 países del mundo pudieron votar por primera vez en unas elecciones presidenciales y parlamentarias.