AFP
"Chile entero llora a Valparaíso", dijo el presidente Gabriel Boric, al decretar desde este lunes dos días de duelo por los 112 muertos y miles de personas sin casa que han dejado hasta ahora estos incendios forestales que ya figuran entre los tres más mortíferos del mundo del siglo XXI.
Sin luz, poca agua y mucho calor, vecinos de Quilpué y Villa Independencia, en los cerros poblados de la región de Valparaíso, unos 120 km al noroeste de Santiago, padecen la falta de servicios básicos para poder reponerse entre calles tapadas de escombros, autos carbonizados y cenizas.
"Se salvó lo más importante de mi casa, pero ahora estamos sin luz, no podemos hacer nada ni cargar los celulares. El tráfico está complicado con autos quemados, está todo devastado", contó a la AFP, Patricia Guzmán, de 63 años desde el sector Canal Chacao, arrasado por los llamas, donde la cuadra donde vive quedó en pie.
La movilización en las rutas de las zonas afectadas empeora a medida que llegan voluntarios, gente que quiere ayudar a familias, asistir a mascotas, entregar alimentos, agua, carpas, y también están trabajando bomberos y equipos oficiales buscando víctimas en sitios quemados.
En pleno verano austral, esta zona de playas visitadas por turistas tiene gran parte de sus hoteles sin empleados porque han resultado afectados por la catástrofe.
El último balance de cuenta de 112 muertos y casi 15.000 viviendas dañadas, según informó el subsecretario del ministerio del Interior, Manuel Monsalve, el domingo en la noche, quien agregó que la mayor cantidad de damnificados se concentra en Viña del Mar.
Estos incendios que empezaron el miércoles, el mismo día que se hizo sentir una ola de calor con temperaturas por encima de 40 grados Celsius, se propagaron en cuestión de horas el viernes en la tarde y figuran entre los tres más mortíferos del siglo XXI, después de los de Australia en 2009 (179 fallecidos) y los de Hawái en agosto 2023 (más de 100 muertos).
Fuegos activos en Chile
Las condiciones del clima mejoraron con un fenómeno típico en la costa del Pacífico, que produce mucha nubosidad, alta humedad y disminuye el calor, "que ayuda a enfriar el incendio" aunque "habrá altas temperaturas hasta el martes", dijo la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Sin embargo, los equipos trabajan en la extinción de 40 incendios, con algunos focos que causaron evacuaciones preventivas el domingo en la tarde en Til Til, 60 km al norte de Santiago, y en Galvarino, 400 km al sur de la capital, cerca de una extensa región que en febrero del año pasado también se vivieron incendios de gran magnitud.
Las zonas más castigadas están en Viña del Mar, en la región de Valparaíso, centro del país, que desde hace décadas se ha superpoblado sin planificación urbanística, objetivo de proyectos inmobiliarios que omiten regulaciones y en la que, por su cercanía a la costa del Pacífico y también a Santiago, viven familias clase media y otras partes se han levantado asentamientos precarios y pobres.
Esos factores sociales sumados a la complicada orografía del lugar, la prolongada sequía en Chile y las temperaturas extraordinariamente altas de la última semana, fueron el caldo de cultivo de estos siniestros
Tanto Boric como el Ministerio el Interior ya han declarado que sospechan que los incendios fueron provocados.
En Villa Independencia, en los cerros de Viña del Mar, que concentra el mayor número de muertos y daños. Hugo de Filippi, mecánico de autos de 34 años, agradece la gran cadena de solidaridad de la comunidad que han recibido pero suplican a las autoridades que acudan "a sacar los escombros".
El mismo llamado hace Daniela Barraza, estudiante de Educación de 36 años, que tiene un hijo con autismo y se encuentra sin casa recibiendo ayuda de grupo de vecinos por ahora. "Quedamos con lo puesto, mi hijo sin zapatos, mi hija sin ropa, quedamos así, de brazos cruzados", dijo a la AFP.
En la región de Valparaíso, conocida por sus playas turísticas y producción vitivinícola, se encuentran desplegadas 17 brigadas de bomberos, 1.300 soldados y voluntarios civiles que ayudan a combatir las llamas, pero también a los damnificados que perdieron todo.
El papa Francisco pidió oraciones a sus fieles por los muertos y heridos de los incendios, mientras Francia y el alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ofrecieron ayuda por esta catástrofe en Chile que recuerda "los estragos de la sequía y el clima", dijo.
Lo que se sabe hasta el momento de los incendios en Valparaíso
¿Por qué se propagaron tan rápido los incendios?
En pleno verano austral, desde la semana pasada se han registrados olas de calor de 40ºC.
El viernes, incendios simultáneos se batieron sobre los cerros de Viña del Mar y otras zonas de la región de Valparaíso, principalmente, unos 120 kilómetros al noroeste de la capital Santiago.
El fuego se multiplicó y propagó por el viento, explicó Miguel Castillo, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile.
Cuando la vegetación o la basura hacen combustión, se genera aire caliente liviano "que eleva partículas encendidas o pavesas que viajan centenares de metros provocando focos satélites" de fuego, explica el académico.
Oleadas de temperaturas máximas más el viento son una combinación "nefasta": las llamas se aceleran "en pendiente y a favor del viento", lo que las torna más letales.
Hasta las 22:00 locales del sábado, 37 incendios forestales estaban en combate, mientras que 46 se habían controlado.
¿Por qué han sido tan mortíferos?
El fuego alcanzó zonas densamente pobladas de Viña de Mar, principalmente. En solo un punto, Villa Independencia, hubo 19 muertos.
Allí y otros sectores se han hacinado familias en construcciones livianas, incluso en terrenos donde estaba planificado levantar cortafuegos, según coinciden autoridades y expertos.
Materiales livianos como la madera, que abunda en ese tipo de viviendas, obran como combustible y terminan ganándole al zinc y fibrocemento, ignífugos (anticombustible).
Las llamas corrieron por entre las estrechas calles de los cerros haciendo explotar hileras de autos estacionados frente a las viviendas, según relataron sobrevivientes.
Ahora se evalúa si, pese a los avisos de desalojo enviados oportunamente a través de celulares, personas no quisieron evacuar.
"Se dieron las alarmas, pero la evacuación al parecer no funcionó (...). Se pone mucho énfasis en los combates, pero no tanto en la prevención (...) y yo creo que esa es una carencia", opina Horacio Gilabert, del Centro Cambio Global de la Universidad Católica de Chile.
¿Han sido incendios intencionales los incendios en Chile?
"Se está investigando la eventual intencionalidad de estos incendios", señaló el sábado el presidente Gabriel Boric.
Según la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el 99,7% de las quemas se originan intencionalmente o por imprudencia.
En la actual emergencia, se "sucedieron focos simultáneos y eso es totalmente anormal", apunta el profesor Castillo.
Ante las cada vez más frecuentes emergencias por incendios, la "intencionalidad ha ido en aumento sostenido", pese a que la ley castiga hasta con 20 años de cárcel a los responsables dolosos de incendios, que rara vez son aprehendidos en flagrancia.
En caso de quemas involuntarias, la pena es hasta de cinco años.
¿Los incendios están relacionados con la crisis climática?
En esta parte del territorio americano, el fenómeno natural y cíclico de El Niño se ha tornado más intenso y frecuente por el calentamiento global provocado por la actividad humana, según científicos. Dicho fenómeno eleva la temperatura del océano Pacífico generando sequías o inundaciones.
"Un cambio de sólo unos pocos grados en el Pacífico Tropical puede marcar la diferencia entre una temporada de incendios forestales relativamente leve y una catástrofe generalizada", explica el climatólogo Raúl Cordero en un estudio publicado recientemente en Scientific Reports, de la editorial Nature.
Chile atravesó el año pasado por un atípico período de lluvias en medio de una sequía prolongada, lo que hizo crecer matorrales que terminan siendo depósitos de combustible.
¿Cómo está enfrentando Chile la emergencia?
Apoyados por 31 helicópteros y aviones con una importante capacidad de descarga (de refrigerante y agua), unos 1.400 bomberos, 1.300 militares y voluntarios combaten las llamas.
El presidente Boric, que en casi dos años de gobierno ha incrementado en un 47% el presupuesto para la prevención y combate de incendios, decretó el estado de excepción por catástrofe para movilizar la mayor cantidad de recursos.
En sectores de Valparaíso ha dispuesto el toque de queda por horas para liberar las rutas para el paso de los vehículos de emergencia, o facilitar la evacuación.
No obstante estas acciones, Chile está en mora de revisar y modernizar su estrategia frente a catástrofes de esta magnitud.
No tenemos equipos "de combate aéreo nocturno (...). Por lo tanto, la probabilidad de que todo el trabajo que se ha hecho durante el día se pierda durante la noche es cada vez más alta", dijo Michel De L'Herbe, experto en gestión de emergencias, a radio Cooperativa.