China está moviendo sus fichas. Al otro día de que Vladimir Putin anunciara el retiro de Rusia del tratado de control de armas nucleares con Estados Unidos, y de que Joe Biden ratificara la determinación de Occidente de seguir respaldando a Ucrania, el canciller chino Wang Yi visitó Moscú. Lo recibió el mismísimo Putin en el Kremlin.
Según un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Wang Yi expuso las ideas de China para una “solución política” a la guerra en Ucrania. Pero de inmediato aclaró que “no se abordó ningún ‘plan’ (de paz) separado”.
China es el socio más importante que tiene ahora Rusia, sancionada por la comunidad internacional por su invasión a Ucrania.
Así, en este contexto de guerra en Ucrania, la vista de Wang Yi a Moscú sirvió para que Rusia y China mostraran sus buenas relaciones y su disposición a profundizar en sus vínculos bilaterales.
“Nuestras relaciones se desarrollan de manera segura y dinámica. Y a pesar de las fuertes turbulencias en la escena internacional, demostramos unidad y voluntad de defender los intereses de ambos de acuerdo con el derecho internacional y el papel central de Naciones Unidas”, dijo el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, luego de una reunión con su homólogo chino.
Por su parte, Wang Yi prometió “continuar sus esfuerzos para fortalecer y profundizar las relaciones ruso-chinas”.
China quiere tener un papel de mediador en la guerra en Ucrania y tiene previsto plantear un plan de paz.
Wang Yi llegó a Moscú tras reunirse la semana pasada con el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, durante una conferencia de seguridad en Múnich (Alemania), donde, según presentó “elementos claves del plan de paz chino”, según Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo este martes que tenía noticias a través de su ministro Kuleba de que China tenía una propuesta de paz, pero admitió que no ha recibido ningún documento oficial.
China ha prometido publicar su propuesta de “solución política” esta semana, coincidiendo con el primer aniversario del inicio de la invasión rusa a Ucrania, que se cumple mañana viernes.
Nada se había filtrado hasta ayer del plan chino.
Por lo pronto, Rusia saludó la disposición de su aliado asiático de desempeñar un “papel positivo” para ponerle fin a la guerra, según María Zajárova, portavoz del ministerio ruso de Exteriores.
La portavoz rusa dijo que la postura expuesta por China en la reunión de ayer con Putin fue “invariablemente equilibrada”.
A la reunión con Putin asistieron también, por parte rusa, el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario del Consejo de Seguridad, Nikolái Pátrushev.
El borrador de la iniciativa de paz china incluiría la defensa de la integridad territorial, un llamamiento al cese de las hostilidades y a la protección de las instalaciones nucleares en Ucrania, y la oposición al empleo de armas químicas.
Las primeras reacciones de algunos diplomáticos occidentales a la propuesta china han sido negativas por el hecho de que no contempla la retirada de las tropas rusas de territorio de Ucrania, que consideran condición indispensable para lanzar un proceso de paz.
Hasta ahora China ha defendido la integridad territorial de Ucrania, pero no ha condenado la invasión rusa, que incluso ha justificado por la expansión de la OTAN.
Putin rara vez recibe a funcionarios extranjeros que no son jefes de Estado, por lo cual el encuentro de ayer con el canciller chino subraya una vez más los vínculos privilegiados entre Moscú y Pekín.
Rusia ya comenzó su “gran ofensiva” en el este de Ucrania, pero carece de misiles y municiones para conseguir sus objetivos estratégicos, aseguró ayer el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budánov, en la edición ucraniana de la revista Forbes. “La gran ofensiva que ellos tienen en mente ya está en marcha”, declaró Budánov, y agregó que es apenas perceptible debido a las carencias, en materia de armamento y de munición, de las fuerzas rusas. Según el jefe de la inteligencia militar ucraniana, “el objetivo estratégico de Moscú es llegar antes del 31 de marzo a las fronteras administrativas de las regiones de Lugansk y Donetsk”.
La crisis del globo
La visita de Wang Yi a Moscú, se dio casi al mismo tiempo que desde Pekín el régimen chino acusó al presidente estadounidense Joe Biden de “decir una cosa y hacer otra”, a propósito de la destrucción por un avión de combate de un globo chino sobre Estados Unidos.
Las relaciones bilaterales entre China y Estados Unidos han empeorado desde ese incidente el 4 de febrero. Según Washington, se trataba de un dispositivo espía que observaba principalmente bases militares estadounidenses.
Para Pekín, era un aparato civil con fines científicos que se desvió de su trayectoria.
El domingo, el secretario de Estado Antony Blinken dijo en Twitter que había “condenado la incursión” de este globo durante una reunión con su homólogo chino Wang Yi.
Ayer miércoles, el ministerio de Exteriores chino reaccionó enérgicamente cuando el canal estatal CCTV le preguntó por el tuit.
“El presidente Biden, personalmente y sin escrúpulos, ordenó el envío de aviones de combate y de misiles avanzados para derribar un aerostato civil”, declaró el portavoz Wang Wenbin.
“Es 100% uso ciego de la fuerza, es 100% reacción excesiva, es 100% histérica. Se trata de una grave violación de la práctica y de los convenios internacionales”, añadió.
“El presidente Biden ha prometido en varias ocasiones, pública y solemnemente, que no está buscando una nueva Guerra Fría y que no tiene ninguna intención de entrar en conflicto con China”, señaló el portavoz.
“Esperamos que, como líder de un gran país, mantenga su palabra y haga lo que dice, en lugar de decir algo y hacer lo contrario”, recalcó.
La guerra en Ucrania también contribuyó a tensar las relaciones. Estados Unidos dice que China está considerando enviar armas a Rusia, mientras algunos expertos creen que si fuera así habría un cambio de escenario.
Esa es la opinión de Mick Ryan, un mayor general retirado del ejército australiano. “Esta es una guerra de sistemas industriales. De momento Rusia se ve superada por Occidente. Si entra China, desaparece cualquier ventaja que tenga Ucrania por la capacidad industrial occidental”, explicó Ryan a la agencia AFP.
El 95% de los ucranianos confía en la victoria contra Rusia
El 95% de los ucranianos cree en la victoria contra Rusia, según una encuesta realizada a principios de febrero por el instituto ucraniano Rating Group, que muestra que la determinación no disminuye después de un año de guerra. Al mismo tiempo, 97% de los ucranianos encuestados afirma confiar en su ejército (frente a 65% en 2019), y 90% en su presidente, Volodimir Zelenski (36% en enero de 2022), según este sondeo.
Mientras que 17% de la población declara haber perdido a un pariente en la guerra, más de la mitad (58%) considera “imposible” el restablecimiento de las relaciones amistosas con los rusos y los bielorrusos, cuyo país es aliado de Moscú. Para 22% de los ucranianos, tal recuperación es posible “en 20 o 30 años” y para 11%, “en 10 o 15 años”.
Dos tercios de los ucranianos han experimentado un deterioro de su situación económica y 36% afirma haber perdido su trabajo.
En cambio, la proporción de ucranianos que viven separados de sus familiares debido a la guerra disminuyó del 41% en marzo de 2022, a 21% casi un año después.
La encuesta se realizó en febrero con una “muestra representativa” de más de 1.600 personas que viven en diversas regiones del país, con excepción de los territorios ocupados por Rusia en Crimea y en el este.
El estudio revela también las aspiraciones prooccidentales de los ucranianos. El 87% desea unirse a la Unión Europea mientras que 86% quiere unirse a la OTAN, proporciones que no han dejado de aumentar en los últimos años.
Finlandia y Suecia: “Vamos de la mano a la OTAN”
El presidente finlandés, Sauli Niinistö, reiteró ayer miércoles el compromiso de ingresar a la vez que Suecia en la OTAN, pero resaltó que si Turquía decide aceptar su entrada antes que la del país vecino no puede hacer nada.
“Vamos de la mano en este proceso, pero la ratificación no está en nuestras manos”, dijo Niinistö en rueda de prensa conjunta con los primeros ministros de Suecia, Ulf Kristersson, y Noruega, Jonas Gahr Støre, en Harpsund, oeste de Estocolmo).
Turquía reforzó a principios de febrero su negativa al ingreso de Suecia, anulando varias reuniones bilaterales, después de que un grupo prokurdo hiciera una ejecución simbólica del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Estocolmo y de la quema del Corán por un ultraderechista delante de su embajada en la capital sueca.
Kristersson resaltó que ambos países mantienen una estrecha cooperación en defensa, por lo que un ingreso por separado en la OTAN no la alteraría, aunque generaría algunos problemas. “Es mejor que estemos en las mismas condiciones, por eso debemos entrar a la vez”, dijo.
Gahr Støre, cuyo país sí es miembro de la OTAN, mostró su apoyo al ingreso de Suecia y Finlandia, una cuestión que ya quedó “resuelta” en la cumbre de junio pasado en Madrid.
La reunión celebrada ayer es la continuación de otra realizada en 2019 en Finlandia para discutir sobre la seguridad del denominado casquete nórdico, que incluye las regiones fronterizas más al norte de los tres países.
La invasión rusa en Ucrania provocó en 2022 que Suecia y Finlandia acabaran con su no alineamiento militar y solicitaran el ingreso en la OTAN.
En base a EFE y AFP