TENSIÓN DIPLOMÁTICA
El gobierno chino calificó la decisión de “abominación absoluta” y amenazó con tomar represalias. Además convocó al embajador de Estados Unidos en Pekín.
China reaccionó con ira ayer jueves después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ratificara una ley que apoya las protestas en favor de la democracia en Hong Kong, en medio de una guerra comercial entre los dos países.
El gobierno chino, que calificó la ley de “abominación absoluta” y amenazó con tomar represalias, convocó al embajador de Estados Unidos en Pekín, Terry Branstad, por segunda vez en cuatro días.
El viceministro de Relaciones Exteriores chino, Le Yucheng, transmitió al embajador Terry Branstad la “firme oposición” de su país e instó a Estados Unidos a “corregir su error”, a “no aplicar” la ley, para no “perjudicar más las relaciones y la cooperación sino-estadounidense”, informó el ministerio en un comunicado.
Consultado sobre la convocatoria de Branstad, un portavoz de la embajada estadounidense en Pekín declaró a la AFP que el Partido Comunista chino “debe mantener su promesa al pueblo de Hong Kong, que solo pide la libertad”.
La resolución de Estados Unidos, aprobada la semana pasada por el Congreso y promulgada el miércoles por Trump, “oculta intenciones siniestras”, denunció el ministerio de Relaciones Exteriores chino en un comunicado, en el que no especifica qué medidas podría tomar Pekín.
El régimen chino acusa al texto de “apoyar descaradamente los actos cometidos contra ciudadanos inocentes que han sido golpeados, heridos y quemados (...) por delincuentes violentos”.
Un alto cargo del Ejecutivo de Hong Kong declaró por su parte que la resolución “está interfiriendo claramente en los asuntos internos de Hong Kong” y “transmite un mensaje equivocado a los manifestantes”.
La Oficina de Enlace de Pekín en Hong Kong condenó la “conducta repugnante” de Washington que podría desencadenar “disturbios y caos” en Hong Kong.
Esta ley amenaza con suspender el estatuto económico especial concedido por Washington a la excolonia británica si no se respetan los derechos de los manifestantes. Un estatuto que permite que el territorio esté exento de las restricciones que se aplican a China continental.
La promulgación de Trump fue acogida satisfactoriamente tanto por senadores de su Partido Republicano como por miembros de la oposición demócrata.
Los activistas prodemocracia de Hong Kong también lo elogiaron, estimando que favorecerá un consenso internacional a favor de su movimiento.
Sunny Cheung, un estudiante que habló ante el Congreso a favor de la ley, dijo a la AFP que dará “más peso para presionar a Hong Kong y a Pekín” a favor de más democracia.
El presidente se había mostrado receloso de firmar la ley, pero la resolución fue adoptada días atrás por una amplia mayoría en el Congreso y eso le dejaba poco margen de maniobra.
“He firmado esa resolución por respeto por el presidente Xi (Jinping), China y el pueblo de Hong Kong”, explicó Trump en un comunicado, y destacó que esperaba que “los líderes y representantes de China y Hong Kong sepan solucionar de forma amistosa sus diferencias”.
El territorio semiautónomo de Hong Kong vive desde hace casi seis meses el mayor movimiento de protestas desde que Reino Unido lo devolvió a China en 1997.
A nivel bilateral, el tema central será qué efecto puede tener la ratificación de la resolución sobre los esfuerzos para resolver la guerra comercial entre las dos principales economías mundiales. “Estamos en la fase final de un acuerdo muy importante, creo que se podría decir que es uno de los acuerdos más importantes en materia de comercio”, había dicho Trump.