TENSIÓN EN MEDIO ORIENTE
el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, advirtió que el Ejército aumentará “la intensidad y cantidad” de bombardeos de represalia contra Gaza.
El movimiento islamista Hamás disparó ayer martes 130 cohetes contra el área de Tel Aviv, uno de las principales núcleos urbanos de Israel, y el centro del país, que hicieron sonar las sirenas antiaéreas.
Hamás había amenazado previamente con disparar a esta zona de Israel si atacaba el conocido edificio Hanide de 14 plantas, en la Ciudad de Gaza, que esta tarde fue bombardeado por aviones de combate en un fuerte ataque.
Miembros de Hamás y simpatizantes de la organización celebraron los ataques en las calles de Gaza, mientras que también se hicieron anuncios sobre ellos desde los altavoces de las mezquitas.
El ataque contra el área de Tel Aviv -a 60 kilómetros de Gaza- se produce después de que Hamás ya lanzara el lunes siete cohetes contra Jerusalén, a raíz de las protestas y disturbios entre palestinos y fuerzas israelíes que fueron el detonante de esta escalada, la más agresiva de los últimos años. Hasta ahora se ha saldado con la muerte de 28 palestinos del enclave y dos mujeres en Israel.
Según el Ejército israelí, Hamás y el grupo islamista Yihad Islámica lanzaron en poco más de 24 horas al menos 630 cohetes hacia territorio israelí. De estos, dos centenares fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, mientras que 150 fueron disparos fallidos que cayeron dentro de la misma Gaza.
Desde ayer, las alarmas no han dejado de sonar en las comunidades israelíes colindantes con la franja, en máxima alerta. A su vez, el primer ministro israelí en funciones, Benjamín Netanyahu, advirtió que el Ejército aumentará “la intensidad y cantidad” de bombardeos de represalia contra Gaza.
El Ejército también ha movilizado a miles de reservistas y se prepara para una escalada que podría tener larga duración.
Hasta ahora, ninguno de los mediadores que suelen comunicarse entre Hamás e Israel ha podido mitigar la situación, y no se ve una salida inminente a este fuerte pico de violencia.