TERMINALES MARÍTIMAS
La cercanía de las fechas navideñas ha puesto los problemas de la cadena de suministro de Estados Unidos en el punto de mira de millones de personas.
El fuerte incremento de las compras en línea durante la pandemia y la falta de transportistas y camiones han provocado el caos en las terminales de los puertos de Los Ángeles y Long Beach, los dos más importantes de Estados Unidos.
La cercanía de las fechas navideñas ha puesto los problemas de la cadena de suministro de Estados Unidos en el punto de mira de millones de personas, que no se explican cómo la mayor potencia del mundo tiene paralizadas sus vías de entrada de productos, mayoritariamente procedentes de Asia.
El epicentro de este problema se encuentra en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, ambos en California, por donde entra el 40% de los contenedores a Estados Unidos, y que se han convertido en la representación gráfica de la preocupante paralización del abastecimiento estadounidense.
Solo hace falta pasear por las zonas costeras de Los Angeles para darse cuenta de las largas colas de enormes cargueros que fondean frente a estos dos muelles a la espera de poder atracar y descargar sus mercancías, una tarea que puede demorar ahora hasta doce días.
Esperando esas mercancías y productos en tierra firme están cientos de transportistas, como Gio Marz, que cuenta desde los aledaños del muelle angelino que las colas en las terminales para recoger los cargamentos sobrepasan fácilmente las 10 horas.
“Hay muchísima congestión: se ve muchas veces que los conductores llegan a las 10 de la mañana y se van a las 8 o 9 de la noche con una sola carga”, explica Marz, camionero y director de operaciones de la empresa de transporte de carga Atlas Marine. En su opinión, el principal problema radica en el “gran aumento” del comercio electrónico durante la pandemia, que creció un 4% a nivel global según cifras de las Naciones Unidas, y en la falta de bastidores o chasis, el elemento estructural de los camiones diseñado para soportar y transportar el cargamento.
Este último punto contradice la versión de analistas, empresas y expertos en economía en Estados Unidos, que consideran que una de las mayores dificultades para la cadena de suministro es la falta de transportistas.
Esta narrativa “menosprecia” el esfuerzo de los camioneros, según Marz, que asegura que están presentes en las terminales para descargar los productos a pesar de las dificultades actuales.
Si bien el vicepresidente de políticas de cadena de suministro de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, John Drake, reconoce la entrega de los transportistas y coincide con la falta de chasis, también explica que el país perdió unos 100.000 camioneros durante la pandemia tras el cierre de muchas empresas de transporte, según cifras oficiales.
“Esa es parte de la razón por la que estamos viendo esta acumulación de contenedores en los puertos, porque simplemente no existe la capacidad en forma de conductores, trabajadores del puerto y de almacenes para mover la cantidad de mercancías que están entrado”, resume Drake a EFE.
Pero para él también han tenido un gran impacto los cambios de patrones de comportamiento de la sociedad durante la pandemia, ya que las personas desviaron su dinero destinado a viajes, entretenimiento físico y restaurantes hacia las compras en línea, multiplicando el crecimiento de la demanda de comercio electrónico.
En otra terminal del puerto de Los Ángeles está Adán Álvarez, portavoz en esta zona portuaria del sindicato Teamsters, que representa 1,4 millones de trabajadores de la industria del transporte y almacenes. “No hay falta de mano de obra, sino que hay falta de puestos de trabajo de calidad”, defiende Álvarez, que critica que la industria del transporte “ha explotado a los trabajadores por varias décadas”.
Según su relato, la mayoría de las empresas de transporte de carga que operan en los puertos de Los Ángeles y Long Beach prefieren trabajar con conductores autónomos para no soportar el costo de tenerlos en nómina.
Alivio.
Este cúmulo de circunstancias, tanto a nivel macro como micro, ha creado la tormenta perfecta para que Estados Unidos se vea ante la primera gran crisis de abastecimiento en la era moderna de la cadena de suministro global.
El presidente Joe Biden y las autoridades portuarias intentan solucionar a contrarreloj este apuro antes de que se convierta en una hecatombe.
La última medida consiste en mantener abiertos y operativos los puertos de Los Ángeles y Long Beach durante todas las horas de cada día, 24/7.
Este anuncio, según Biden, “tiene el potencial de cambiar las reglas del juego” de un sector que es clave para el funcionamiento del día a día de Estados Unidos.
Aun así, el puerto de Los Ángeles no empezará a operar de inmediato en todas las horas del día, según su director ejecutivo, Gene Seroka. “Esto no es como apagar y encender un interruptor de luz: hay que resolver problemas individuales para que la operación 24/7 tenga fluidez”, señaló Seroka ayer jueves en una rueda de prensa, que optó por no dar una fecha estimada del inicio de este nuevo horario.
Un problema global por efecto de la pandemia
El problema de suministro no es solo en Estados Unidos. También se siente en la UE y en el Reino Unido. Los cuellos de botella de las cadenas de suministro mundial son un tema central en las reuniones anuales del FMI y el BM, así como en las citas de los ministros de Finanzas del G20 y del G7. En el G20 dijeron que van a “utilizar todas las herramientas disponibles durante el tiempo que sea necesario” para contrarrestar el impacto de la pandemia. Pero advirtieron que es probable que persistan los problemas de suministro, junto con el aumento de precios. El BM estima que el 8,5% del transporte de contenedores a nivel mundial está estancado en los puertos, el doble que en enero.