Comenzó la COP26 con fuertes llamados a actuar por el clima

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Johnson, Bennett y Biden dialogan en la cumbre del clima en Escocia. Foto: AFP
Israel's Prime Minister Naftali Bennett (L), US President Joe Biden (C) and British Prime Minister Boris Johnson (R) chat at a reception to mark the opening day of COP26 on the sidelines of the COP26 UN Climate Change Conference in Glasgow, Scotland on November 1, 2021. - COP26, running from October 31 to November 12 in Glasgow will be the biggest climate conference since the 2015 Paris summit and is seen as crucial in setting worldwide emission targets to slow global warming, as well as firming up other key commitments. (Photo by Alberto Pezzali / POOL / AFP)
ALBERTO PEZZALI/AFP fotos

ENCUENTRO DE LAS POTENCIAS

Los presagios más funestos y los llamamientos más desesperados llenaron la tribuna de líderes mundiales en el primer día de la cumbre del clima.

Los presagios más funestos y los llamamientos más desesperados llenaron la tribuna de líderes mundiales en el primer día de la cumbre del clima COP26, sin que, por el contrario, abundasen grandes anuncios que permitan vislumbrar más cerca la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados.

El tono de la reunión que acoge en Glasgow a unos 120 líderes mundiales para lanzar las negociaciones políticas que la COP mantendrá durante dos semanas es grave y sombrío, a la altura de una situación que la comunidad científica considera alarmante.

Desde las alusiones al “día del Juicio Final” con las que el anfitrión, Boris Johnson, abrió las sesiones hasta la “amenaza existencial” citada por el presidente estadounidense, Joe Biden, o las apelaciones a “dejar de cavar nuestra propia tumba” del secretario general de la ONU, Antònio Guterres, los mandatarios internacionales dejaron claro que se trata de un asunto de vida o muerte.

Prácticamente todos los jefes de Estado o Gobierno que desfilaron por el plenario (mañana continuarán los discursos de quienes aún no lo han hecho) coincidieron en reclamar una mayor ambición de cara a conseguir las cero emisiones netas antes de 2050, vital para conservar vivo el objetivo de los 1,5 grados a final de siglo.

“Es hora de decir basta”, lanzó Guterres en la apertura de la COP26. “Basta de maltratar la biodiversidad. Basta de tratar la naturaleza como un retrete. Basta de quemar, perforar y minar a mayor profundidad. Estamos cavando nuestra propia tumba”, alertó.

Johnson, por su parte, advirtió que “la ira y la impaciencia del mundo serán incontenibles a menos que hagamos de esta COP26 el momento en que abordamos en serio el cambio climático”.

El mayor anuncio de la jornada, que realizó el primer ministro indio, Narendra Modi, fue recibido con alegría, aunque paradójicamente complica las posibilidades de alcanzar la meta. La India, dijo Modi, prevé alcanzar la neutralidad de carbono en 2070, dos décadas más tarde de lo que pide la ONU.

Además, India -tercer mayor emisor de carbono- aspira a que para 2030 la mitad de su consumo energético provenga de las renovables y pretende reducir su uso del carbón en un 45% antes de ese mismo año.

Boris Johnson, primer ministro británico. Foto: AFP
Boris Johnson, primer ministro británico. Foto: AFP

Se trata de la primera vez que la India se marca un plazo para llegar a la neutralidad de carbono, y además plantea una hoja de ruta para alcanzarla, aunque las urgencias por acelerar los tiempos hacen que todavía quede lejos de lo requerido por la ONU.

Qué se espera.

Las negociaciones del clima llegan tras ser canceladas el año pasado a causa de la pandemia de COVID-19. Su objetivo es desarrollar el Acuerdo de París de 2015, que fijó como gran objetivo limitar el calentamiento del planeta a +1,5 ºC.

En un mensaje de video, la reina Isabel II, de 95 años, impedida por su estado de salud de acudir a la cumbre, llamó a los líderes mundiales a hacer “frente común” para “resolver los problemas más insuperables”.

A lo largo de doce días de negociaciones, que acostumbran ser extenuantes, los delegados de casi 200 países deben tomar medidas enérgicas para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero y lograr que los países ricos cumplan su promesa de ayudar financieramente a las naciones desfavorecidas.

Una vasta agenda, que según el presidente estadounidense, Joe Biden, es una “increíble oportunidad” para hacer negocios, y no un fardo. “Dentro de la creciente catástrofe creo que hay una increíble oportunidad, no solo para Estados Unidos, sino para todos nosotros”, afirmó. “Estados Unidos no solamente ha vuelto a la mesa, sino que esperamos que lidere con el poder del ejemplo”, añadió.

En la cumbre de los líderes de dos días en Glasgow hay grandes ausentes, como el chino Xi Jinping, presidente del mayor país emisor de gases contaminantes, el ruso Vladimir Putin y el turco Recep Tayyip Erdogan, que canceló a última hora.

Las expectativas son importantes, y las primeras protestas de ecologistas, en especial jóvenes, hicieron acto de presencia a las puertas del parque de exposiciones donde tiene lugar el encuentro, bajo grandes medidas de seguridad.

De América Latina no acudieron ni el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ni el brasileño, Jair Bolsonaro.

Otros países, como Ecuador, asumieron el protagonismo, con un anuncio de ampliación de la reserva natural de las Islas Galápagos en 60.000 km2, que se añaden a los 130.000 km2 actuales. El presidente Guillermo Lasso anunció esa iniciativa y planteó el canje de deuda externa nacional para la conservación de esa reserva.

Otros, como el presidente boliviano, Luis Arce, denunció en cambio el “capitalismo verde” y aseguró que las negociaciones siguen dominadas por reglas impuestas por los países desarrollados.

Líderes mundiales reunidos en la cumbre climática. Foto: AFP
Líderes mundiales reunidos en la cumbre climática. Foto: AFP

Un total de 196 partes firmaron el Acuerdo de París con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura del planeta a +1,5 ºC. Pero la realidad es que la Tierra se dirige a un aumento de 2,7 ºC, y con esas cifras, su clima, sus ecosistemas, entran en “territorio desconocido”, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El mundo emite anualmente más de 50 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, según cálculos de la ONU.

“Nuestros estudios indican que se producirá un incremento de emisiones del 16% en 2030, cuando deberíamos registrar una reducción del 45%”, resumió la secretaria ejecutiva del órgano de la ONU para el cambio climático, la mexicana Patricia Espinosa.

Aunque públicamente existe la conciencia de que la situación debe cambiar, las previsiones de crecimiento mundial, y su exigencia de energía rápida y barata, plantean un enorme interrogante, reconocen los expertos.

Los países pobres piden ayuda para mitigar o adaptarse al cambio climático. Los países ricos prometieron 100.000 millones de dólares anuales, una cifra que ya debieron haber entregado en 2020.

Sin embargo, faltan 20.000 millones de dólares y ahora las potencias económicas aseguran que el tema será resuelto en un par de años.

Metas más ambiciosas de Brasil
Deforestación en la Amazonia brasileña. Foto: Greenpeace.

El gobierno de Brasil, muy criticado por su política medioambiental, anunció ayer lunes durante la COP26 que se compromete con metas más ambiciosas de reducción de gases de efecto invernadero y de eliminación de la deforestación ilegal.

“Presentamos una nueva meta climática más ambiciosa, pasando de 43% a 50% (la reducción de gases efecto invernadero) hasta 2030 y de neutralidad de carbono hasta 2050, que será formalizada durante la COP26”, dijo el ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite durante una presentación en Brasilia que fue transmitida en directo en el pabellón de Brasil en Glasgow. Leite arribará el 7 de noviembre a la cumbre de la ONU sobre el clima.

La reducción de gases será con relación a las emisiones de gases de 2005. La meta de neutralidad ya había sido avanzada por el gobierno desde 2060 a 2050 en abril pasado.

El gobierno también anunció ayer lunes que adelantará dos años, de 2030 a 2028, su meta para eliminar la deforestación ilegal, pese a las altas cifras de los últimos años bajo el gobierno de Jair Bolsonaro.

En un video pregrabado y transmitido en el pabellón brasileño, Bolsonaro afirmó que “Brasil es parte de la solución para superar este desafío global”. “Los resultados alcanzados por nuestro país hasta 2020 demuestran que podemos ser aún más ambiciosos”, defendió.

Acusado de disminuir el personal y financiamiento de los órganos públicos dedicados a la preservación del medio ambiente, el gobierno brasileño ha realizado una serie de anuncios en las últimas semanas, en un intento por mejorar su imagen internacional durante la cumbre.

El enviado de Estados Unidos para el clima, John Kerry, elogió las medidas anunciadas. “Recibimos con satisfacción los nuevos compromisos de Brasil”, escribió en su cuenta de Twitter. “Esto añade un impulso crucial al movimiento global para combatir la #CrisisClimática. ¡Estamos deseando trabajar juntos!”, expresó.

El viernes pasado, Brasil, que alberga un 60% de la Amazonía, anunció que firmará el Forest Deal, un acuerdo clave que busca alcanzarse durante la COP 26 sobre la reducción de la deforestación y la degradación de suelos de aquí a 2030.

Según un informe publicado por el colectivo de oenegés Observatorio del Clima, las emisiones de CO2 de Brasil aumentaron 9,5% interanual en 2020.

La media mundial estuvo a la baja en 7% debido a la pandemia de coronavirus, que obligó a reducir el transporte y la producción.

“Pasó el tiempo de las palabras, es el de la acción”

La reina Isabel II del Reino Unido urgió ayer lunes a los líderes y delegados que asisten a la cumbre del clima COP26 en Glasgow que aúnen esfuerzos para combatir con compromisos concretos la crisis climática. “Es necesario reconocer que ha pasado el tiempo de las palabras, es el momento de la acción”, afirmó en un mensaje pregrabado en video. La soberana británica, de 95 años, no ha acudido en persona a la reunión climática por recomendación médica. “Los beneficios de estas acciones no estarán ahí para que los disfrutemos hoy nosotros: ninguno de nosotros vivirá para siempre. Pero hacemos esto no por nosotros, sino por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos”, declaró.

“Durante más de setenta años, he tenido la suerte de reunirme y conocer a muchos de los grandes líderes mundiales, y probablemente he llegado a entender un poco aquello que les hace especiales”, reflexionó.

Isabel II dedicó un fragmento de su discurso a recordar a su esposo, el duque de Edimburgo, fallecido el pasado abril. “Es para mí una fuente de profundo honor el papel de liderazgo que jugó mi marido al animar a la gente a proteger nuestro frágil planeta”, dijo la monarca. La labor medioambiental del duque “pervive” en su primogénito, el príncipe Carlos, de 72 años y heredero al trono, y su nieto, el príncipe Guillermo, de 39. “No podría estar más orgullosa de ellos”, recalcó.

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