EFE
El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, pidió este domingo a las Fuerzas de Defensa de Ruanda que se retiren del este de la República Democrática del Congo (RDC) y dejen de apoyar al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que combate al Ejército congoleño.

Guterres se declaró "profundamente preocupado por la escalada de violencia" en el este del Congo y reiteró su "más enérgica condena de la ofensiva en curso del grupo armado M23 y sus avances hacia Goma", capital de la provincia de Kivu del Norte, "con el apoyo de las Fuerzas de Defensa de Ruanda", según un comunicado emitido por su portavoz, Stéphane Dujarric.

Foto: JOSPIN MWISHA/AFP

El jefe de la ONU pidió al M23 que "cese inmediatamente todas las acciones hostiles y se retire de las zonas ocupadas" y exigió, además, a "las Fuerzas de Defensa de Ruanda que cesen su apoyo al M23 y se retiren del territorio" de la RDC.

En las últimas 48 horas, recordó, tres cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco), dos de Sudáfrica y uno de Uruguay, "resultaron muertos" en combates con el M23.

"Once efectivos de mantenimiento de la paz resultaron heridos y están siendo tratados en el hospital de las Naciones Unidas en Goma", precisó Guterres, al evocar que "los ataques contra el personal de Naciones Unidas pueden constituir un crimen de guerra".

Pidió, asimismo, a las autoridades competentes que "investiguen este incidente y lleven rápidamente a los responsables ante la justicia".

Es la primera vez que el secretario general de la ONU denuncia de manera tan explícita en un comunicado oficial el apoyo de las Fuerzas de Defensa de Ruanda al M23.

La Monusco informó este viernes de que presta apoyo a las Fuerzas Armadas congoleñas para frenar el avance del M23, que ese día anunciaron que avanzan hacia Goma e instaron a la misión de la ONU a "abstenerse de intervenir" en el conflicto.

Aunque las autoridades ruandesas niegan la presunta colaboración de Kigali con el M23, este extremo ha sido confirmado por las Naciones Unidas.

A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país, una colaboración también confirmada por la ONU.

La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte, y en marzo de 2022 el grupo empezó una ofensiva con la captura y pérdida recurrentes de localidades.

Desde entonces, el grupo ha avanzado por varios frentes hasta situarse cerca de Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la Monusco.