EFE, AFP
El Centro Internacional para la Persecución del Crimen de Agresión contra Ucrania (ICPA) empezó a operar ayer lunes en la sede de Eurojust, en La Haya, con el fin de preparar los procesos judiciales contra los responsables de la invasión rusa.
La Corte Penal Internacional (CPI) tiene jurisdicción para perseguir el crimen de agresión, pero solo podría hacerlo si ambos países afectados han ratificado el Estatuto de Roma, el tratado fundacional del tribunal, y ni Rusia ni Ucrania lo han hecho, lo que ha complicado la situación y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de crear un nuevo tribunal especial.
Así es que ayer en La Haya lanzaron oficialmente el ICPA el comisario europeo de Justicia Didier Reynders; el presidente de Eurojust Ladislav Hamran; el fiscal ucraniano Andriy Kostin; el fiscal de la CPI, Karim Khan; y la ministra neerlandesa de Justicia, Dilan Yeşilgöz-Zegerius. También estuvo el fiscal general adjunto de Estados Unidos, Kenneth A. Polite, cuyo país no reconoce a la CPI, pero sí colabora con esta investigación a Ucrania.
Reynders señaló que el ICPA “funcionará como una pieza esencial para garantizar la rendición de cuentas, de forma complementaria a los marcos ya existentes”.
Con el ICPA, los fiscales independientes de varios países podrán trabajar juntos en el mismo lugar todos los días, “intercambiar pruebas de manera rápida y eficiente y acordar una estrategia común de investigación y persecución” y su trabajo “preparará y contribuirá de forma efectiva para cualquier juicio futuro al crimen de agresión, independientemente de la jurisdicción ante la cual se presenten”, señala Eurojust.
Ucrania, Lituania, Polonia, Estonia, Letonia, Eslovaquia y Rumania, los siete socios del equipo conjunto de investigación (JIT) que ya opera desde Eurojust, han participado en la puesta en marcha del ICPA.
También se facilitará la participación de otros países y organizaciones en la ICPA, como la Misión Consultiva de la Unión Europea (UE) en Ucrania, y aquellos que posean información o pruebas relevantes.
Aprovechando el lanzamiento oficial, Eurojust también firmó un acuerdo de contribución, con una cantidad inicial de 8,3 millones de euros, con el Servicio de Instrumentos de Política Exterior de la Comisión Europea, que financia el ICPA en su totalidad.
Contraofensiva de Ucrania
En el frente de batalla, Ucrania avanza “poco a poco” en su contraofensiva para expulsar a las tropas invasoras rusas, a una semana de la revuelta de los mercenarios del grupo Wagner que pusieron en jaque al régimen de Vladimir Putin en Rusia.
“La semana pasada fue difícil en el frente, pero registramos progresos. Avanzamos poco a poco”, resumió ayer lunes el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en Telegram.
Las fuerzas ucranianas lanzaron a principios de junio una gran operación destinada a retomar los territorios ocupados por Rusia tras la invasión a Ucrania en febrero de 2022.
Pero los avances siguen siendo limitados, tanto por la importante defensa rusa como por la falta de aviación y artillería.
La contraofensiva ucraniana es una operación extremadamente difícil y “no es una sorpresa” que avance con lentitud, señaló el almirante Rob Bauer, presidente del Comité Militar de la OTAN.
La viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar, declaró que en el sur “el territorio liberado ha aumentado en 28,4 km2”, lo que eleva a 158 km2 la superficie reconquistada en esta zona desde el lanzamiento de la contraofensiva. En el este, donde las tropas ucranianas luchan alrededor de la devastada ciudad de Bajmut, los avances solo fueron de 9 km2, precisó.
“El enemigo resiste con fuerza, se está librando un duelo muy duro”, dijo.
Rusia lleva meses construyendo líneas defensivas a base de trincheras y campos de minas.
La lentitud de la contraofensiva ucraniana suscita tensiones y Zelenski criticó a sus socios occidentales porque tardan en formar a los pilotos ucranianos para que puedan pilotar cazas F-16.
“No hay un calendario para las misiones de entrenamiento. Creo que algunos socios están tardando. ¿Por qué lo hacen? No lo sé”, dijo.
En Rusia, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, aseguró que la rebelión del grupo Wagner “no afectó” la invasión y que su “lealtad” logró que fracasara el ataque.
Por otro lado, los miembros de la OTAN se reúnen la próxima semana en Vilna (Lituania) para buscar una posición común sobre las garantías de seguridad que están dispuestos a otorgar a Ucrania, en ausencia de una promesa de adhesión a la Alianza Atlántica.
El presidente del Comité Militar de la OTAN, almirante Rob Bauer, admitió ayer que hará falta “un número considerable de años” para que sean totalmente ejecutables los nuevos planes de defensa que la Alianza espera aprobar en la cumbre de Vilna.
No obstante, recalcó que los planes sí permitirían responder ya, ahora mismo, a un hipotético ataque contra la OTAN.
Además, al margen de que los aliados tengan que dar luz verde a los nuevos planes, la OTAN ya tiene otros planes de defensa y disuasión, que fueron activados el 24 de febrero de 2022, cuando se produjo la invasión rusa de Ucrania a gran escala.
Recabará las pruebas para procesar a los responsables de la invasión a Ucrania
El líder mercenario del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, desaparecido desde el pasado 24 de junio, cuando lideró una fallida rebelión armada en Rusia, publicó ayer lunes un mensaje de audio en el que adelantó “nuevas victorias en el frente”. El mensaje fue difundido por el canal de Telegram “Grey Zone”, cercano al Grupo Wagner. Según el jefe de Wagner, la “Marcha por la Justicia”, que duró 24 horas y en la que los wagneritas recorrieron casi 800 kilómetros y que casi llegó a Moscú, tenía como objetivo “luchar contra los traidores” y “movilizar” a la sociedad. “Creo que mucho de eso lo hemos conseguido”, opinó.
A la vez, Prigozhin se mostró convencido de que pronto los rusos verán nuevas victorias. “Pronto veréis nuestras siguientes victorias en el frente. Gracias, chicos”, concluyó sin dar más detalles. Este domingo el Grupo Wagner anunció que “suspende temporalmente” el trabajo de sus centros de reclutamiento por el periodo de un mes debido a “la no participación temporal en la campaña militar (en Ucrania) y el traslado a Bielorrusia”.