Por Lázaro Gamio, Eve Sampson, The New York Times
Durante años Irán e Israel evitaron una confrontación directa, librando una guerra en la sombra de sabotaje y asesinatos secretos.

Pero ahora los dos países se están acercando a un conflicto abierto, tras la invasión israelí del sur del Líbano y el ataque iraní con misiles balísticos contra Israel, el segundo en menos de seis meses.

Israel parece dispuesto a atacar directamente a Irán, de una manera más enérgica y pública que hasta ahora. Irán tiene varios objetivos sensibles, entre ellos centros de producción de petróleo, bases militares y plantas nucleares.

He aquí una visión general de cómo podría ser un ataque israelí.

Las instalaciones de petróleo y gas de Irán se concentran principalmente en el oeste del país, cerca de Irak, Kuwait y Arabia Saudita. Un número significativo de instalaciones se encuentran frente a las costas de Irán o en islas, como su principal terminal de exportación de petróleo en la isla de Kharg, en el Golfo Pérsico.

Los daños a las instalaciones petroleras podrían perjudicar la ya frágil economía iraní y perturbar los mercados petroleros mundiales un mes antes de las elecciones estadounidenses.

Irán produce unos 3 millones de barriles de petróleo al día, o aproximadamente el 3% del suministro mundial. Su mayor cliente es China. Las sanciones han reducido la importancia de Irán en el mercado mundial, pero un ataque podría afectar de todos modos los precios petroleros.

Cuando se le preguntó el pasado jueves si apoyaría un ataque de Israel contra la infraestructura petrolera de Irán, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que esa posibilidad estaba “en discusión”, un comentario informal que hizo subir inmediatamente el precio del petróleo.

El crudo Brent, la referencia internacional, tuvo una ganancia semanal de más del 8%, el mayor aumento en dos años.

Israel considera que el programa nuclear iraní constituye una amenaza a su existencia, pero las autoridades israelíes han dicho que no tienen planes inmediatos de atacar las instalaciones nucleares iraníes (entre ellas, plantas de producción y enriquecimiento de uranio, minas de uranio y reactores de investigación) en represalia por el reciente ataque con misiles contra su territorio.

Atacar instalaciones nucleares iraníes, muchas de las cuales se encuentran a gran profundidad, sería difícil sin la ayuda de Estados Unidos.

Biden dijo el pasado miércoles que no apoyaría un ataque a instalaciones nucleares iraníes. Incluso si Irán acelera sus esfuerzos para fabricar suficiente uranio altamente enriquecido para una bomba, los expertos dicen que el país estaría a meses y posiblemente hasta un año de crear un arma nuclear.

Si Israel quiere utilizar su poderosa fuerza aérea para tomar represalias, sus aviones tendrían que recorrer grandes distancias geográficas, pero recientemente ha demostrado que puede hacerlo.

En recientes ataques contra los hutíes en Yemen, las fuerzas israelíes volaron más de 1.600 kilómetros para atacar plantas de energía e infraestructura naviera, utilizando aviones de reconocimiento y docenas de aviones de combate que tuvieron que reabastecerse de combustible en pleno vuelo.

Un ataque aéreo contra Irán implicaría distancias similares, pero sería mucho más peligroso. Irán tiene defensas aéreas mucho más fuertes que Líbano y Yemen.

En el pasado abril, en represalia por el primer ataque con misiles de Irán, un ataque aéreo israelí dañó un sistema antiaéreo S-300 cerca de Natanz, una ciudad en el centro de Irán que es fundamental para el programa de armas nucleares del país. Funcionarios occidentales e iraníes dijeron que Israel había desplegado drones aéreos y al menos un misil disparado desde un avión de guerra en ese ataque.

“Creo que es probable que imiten la operación de abril y traten de destruir los sistemas de alerta temprana y las defensas aéreas de Irán para abrir paso a un ataque aéreo”, declaró Grant Rumley, ex funcionario del Pentágono y miembro del Washington Institute for Near East Policy. “La pregunta será hasta qué punto y si entrarán en el espacio aéreo iraní”, agregó.

Pero Israel podría no tener que depender únicamente de su fuerza aérea para atacar a Irán. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de estudios de Washington D.C., Israel tiene otras opciones, que son los misiles balísticos de alcance medio Jericho 2, los cuales pueden volar unas 2.000 millas, y también los misiles balísticos de alcance intermedio Jericho 3, que pueden alcanzar objetivos a más de 4.000 millas de distancia.

Foto: JACK GUEZ/AFP fotos