Con información de EFE y El País de Madrid
Una madre que mantuvo a su bebé escondida durante tres años en un cajón sin dejarle ver jamás la luz el sol ni a otro ser humano fue condenada a siete años y medio de cárcel en el Reino Unido, en un caso que ha conmocionado al país.
Según los medios locales, la pequeña fue hallada por casualidad en un estado de grave desnutrición e incapaz de caminar o hablar en febrero de 2023 por un compañero sentimental de su madre cuando éste buscaba el cuarto de baño en la planta de arriba de la vivienda y escuchó un sonido similar al de un bebé.
Al acercarse para ver de dónde procedía ese sonido, el hombre descubrió a la niña encerrada en un cajón; tenía el paladar hendido y estaba severamente deshidratada. Según su relato, llamó a la policía inmediatamente.
La primera trabajadora de los servicios sociales que acudió a la casa tras recibir el aviso indicó, en una declaración leída ante el tribunal y recogida por el diario británico The Guardian, que la "conmocionó" lo que vio al llegar a la vivienda y ver a la pequeña.
"Me quedé extremadamente conmocionada al ver a la bebé mirándome sentada en un cajón. Me miraba fijamente y se mecía hacia adelante y atrás", relató la trabajadora.
"Miré a su madre y le pregunté: '¿es ahí donde la tienes?' La madre respondió: 'Sí, en el cajón'. Me conmocionó que no mostrara ninguna emoción y que la situación la dejara impasible", agregó.
La trabajadora social reveló que la mujer le confesó que nadie más había visto a la niña: "(La situación) se volvió un completo espanto al ser la mía, probablemente, la única otra cara que (la niña) había visto aparte de la de su madre", recordó.
“Llevo siendo cuidadora social desde 2006, y nunca había experimentado un caso similar tan extremo y flagrante de crueldad y negligencia en el cuidado de un menor. La madre no mostró remordimiento ni emoción alguna, algo que me resulta extremadamente difícil de entender”, explicó al juez la responsable social.
La bebé nació en la bañera de la casa en el condado inglés de Cheshire en marzo de 2020 aunque su nacimiento fue mantenido en secreto y nunca se registró.
La madre, cuya identidad no puede revelarse por motivos legales, contó a la policía que había mantenido una relación con el padre de la niña y no quiso que éste supiera que estaba embarazada. Posteriormente puso a la bebé en el cajón a modo de cama y, de vez en cuando, se acercaba a darle de comer cereales disueltos en leche mediante una jeringuilla y cambiarle el pañal.
Con el paso del tiempo, la mujer volvió a trabajar y se ausentaba a llevar a sus otros hijos al colegio, dejando a la pequeña desatendida durante horas, incluso sola durante la noche de Navidad mientras ella y sus otros hijos se quedaban en casa de los abuelos.
Cuando fue examinada por médicos la pequeña no podía gatear, caminar, hablar ni emitir sonidos para comunicarse, además de tener debilitados los músculos y los pies hinchados, con un grave retraso en su desarrollo.
La fiscal Rachel Worthington indicó que "esta niña nunca ha tenido un regalo de cumpleaños, un regalo de Navidad ni reconoce nada estos días. No ha tenido ninguna interacción con sus hermanos. No había estado expuesta a la luz del sol o al aire fresco y no respondía a su propio nombre cuando la encontraron".
Agregó que la motivación de la madre no estaba clara pero que se había hecho justicia.
El juez del caso, el registrador de Chester, Steven Everett, dijo que el comportamiento de la madre "desafía totalmente la creencia. Privó a esa niñita de todo amor, atención o interacción con los demás, de una dieta adecuada y de la atención médica que tanto necesitaba para un paladar hendido".
“Esa pequeña huérfana estaba encerrada sola en una habitación. Lo que hiciste fue increíblemente perverso. Tus acciones fueron catastróficas. Ahora está volviendo a la vida después de lo que posiblemente fue una muerte en vida”, agregó, según declaraciones recogidas en The Guardian.
Evolución de la niña
Su desarrollo, a los 35 meses, era equivalente al de un bebé de 10 meses, según los especialistas que la examinaron. Su evolución ha sido muy favorable desde que ingresó en un hospital, fue operada dos veces para tratar su paladar hendido, consignó este jueves El País de Madrid. Los médicos aseguran que ha comenzado a vocalizar y expresa sus sentimientos a través de sonidos, con voluntad de comunicarse.
La madre confesó su culpabilidad, tras ser acusa de crueldad en el trato a menores. Ha sido condenada a siete años y seis meses de prisión. “Yo también soy madre, y simplemente no puedo comprender por qué hizo lo que hizo la acusada”, dijo la fiscal. “Pero nuestro trabajo es que se haga justicia, y eso se ha logrado. Confiamos ahora en que la víctima se recupere lo antes posible y tenga una vida plena”.