LA HAYA
Ratko Mladic había apelado la condena en primera instancia de 2017 por, entre otros delitos, la masacre de Srebrenica de 1995, la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
La justicia internacional confirmó ayer martes la cadena perpetua para el exjefe militar serbiobosnio Ratko Mladic (78), condenado por genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Bosnia, de 1992 a 1995.
Apodado el “Carnicero de los Balcanes”, el exgeneral había apelado la condena en primera instancia de 2017 por, entre otros delitos, la masacre de Srebrenica de 1995, la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
“La sala de apelación confirma la sentencia de cadena perpetua impuesta a Mladic”, declaró en un comunicado el Mecanismo de Tribunales Penales Internacionales (MPTI), que tomó el relevo al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) de La Haya.
La confirmación de la condena fue saludada por el presidente estadounidense Joe Biden, que la tildó de histórica, y la alta comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, quien alabó “la determinación de la justicia internacional para hacer rendir cuentas”.
Detenido en 2011 después de 16 años en fuga, Mladic conserva entre los serbios un aura de héroe, aunque su nombre está asociado a Srebrenica, el asedio de Sarajevo y otros crímenes en Bosnia.
En el Centro Memorial del Genocidio, cerca del lugar de la masacre de 1995, una pantalla gigante difundió ayer los testimonios de supervivientes y familias, cerca de un campo de placas funerarias blancas donde reposan los cuerpos de más de 6.600 víctimas identificadas.
Mladic fue el rostro militar de un trío brutal junto al expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic y el exlíder serbiobosnio Radovan Karadzic. Milosevic murió de un ataque cardíaco en 2006 en una celda de La Haya antes de que concluyera su juicio, mientras que Karadzic cumple una sentencia de por vida por el genocidio en Srebrenica. Mladic fue declarado culpable por genocidio por personalmente vigilar la mascare en el enclave de Srebrenica y por orquestar una campaña de “limpieza étnica” para expulsar a los musulmanes y bosnios, con miras a crear una Gran Serbia luego de la disolución de la entonces Yugoslavia.