Conflicto palestino-israelí abre una brecha en la región, gobernantes se pronunciaron

Luiz Inácio Lula da Silva condenó el ataque y trató de mantener un equilibrio al reclamar un “corredor humanitario” para llevar ayudas a la Franja de Gaza.

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Luiz Inácio Lula da Silva
Luiz Inácio Lula da Silva.
Foto: AFP

Agencia EFE
El estallido de violencia en Oriente Medio ha encendido la política latinoamericana y abierto una brecha entre el apoyo incondicional a Israel de la derecha y una postura más matizada de la izquierda, que pone el foco en las causas profundas del conflicto palestino-israelí, a veces sin considerar que el ataque contra los israelíes fue realizado por un grupo terrorista, según analistas.

La crisis ha hecho aflorar divisiones en una región que defendió la creación del Estado de Israel en 1947, pero que en las últimas décadas ha votado consistentemente a favor de las resoluciones de la ONU que piden un freno a los asentamientos judíos en Palestina.

Por un lado, los líderes progresistas de Argentina y Brasil, países que cuentan con las mayores comunidades judías de Latinoamérica (unos 400.000 y 120.000, respectivamente), reaccionaron de manera inmediata a la agresión de Hamás.

El presidente Alberto Fernández expresó su “enérgica condena y repudio al brutal ataque terrorista” y ratificó “el compromiso de Argentina con la paz y la solución pacífica de los conflictos”.

En el recuerdo permanecen dos atentados sufridos por la colectividad judía en Buenos Aires en los años 90, que dejaron más de un centenar de muertos y que aún siguen impunes.

El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, además de condenar el ataque, trató de mantener un equilibrio, al reclamar un “corredor humanitario” para llevar ayudas a la Franja de Gaza. Una exigencia también apoyada por el Gobierno chileno de Gabriel Boric, que llamó a Israel, además, a detener los “bombardeos indiscriminados”.

Más polémica ha sido la respuesta del colombiano Gustavo Petro por no condenar de forma explícita el terrorismo de Hamás y comparar al Gobierno israelí con los nazis. En cuanto a México, el presidente Andrés Manuel López Obrador rompió dos días de silencio total para rechazar “tomar partido” y “polemizar” sobre el histórico conflicto.

“A partir de los años 70, Israel dejó de ser el David y se volvió Goliat en su mentalidad (de la izquierda)”, señaló la analista Dina Siegel, directora para Latinoamérica del Comité Judío Estadounidense.

“Tibieza”

En el lado contrario, las oposiciones de derecha han salido a criticar lo que consideran una respuesta tibia de los gobiernos y han defendido a ultranza el derecho de Israel a defenderse.

Analistas apuntan a dos factores detrás de esta postura: la influencia de los evangélicos en países como Brasil y la tradicional alineación con Estados Unidos, el gran aliado de Israel.

EL factor religioso pesa mucho en Brasil, donde más de una cuarta parte de la población es evangélica.

“Israel es un país hermano con profundos lazos culturales y religiosos con nuestro pueblo”, dijo el expresidente Bolsonaro, quien hace unos años amagó con trasladar la embajada de Brasil a Jerusalén, ciudad que la comunidad internacional no reconoce como capital israelí.

En México, donde el peso evangélico no es tan fuerte pero los lazos comerciales y políticos con EE.UU son cruciales, la oposición pidió una postura “contundente, condenando el ataque terrorista de Hamás”.

El conflicto se coló incluso en el último debate preelectoral entre los candidatos a la Presidencia argentina con vistas a los comicios del 22 de octubre, en los que la derecha intentará arrebatarle a la izquierda el Gobierno.

Aunque casi todos los aspirantes fueron unánimes expresando su “solidaridad” con Israel, Javier Milei fue más allá al defender el “pleno derecho a defender su territorio de los terroristas”.

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